Dedicamos esta crónica semanal de Hispanoamérica —en la que hacemos especial énfasis en la defensa de la vida, la familia y la libertad— a Nicaragua, para defender la libertad, especialmente la libertad religiosa y de culto.
Allí, la dictadura comunista de Daniel Ortega está sometiendo a la Iglesia católica a una persecución por defender los derechos humanos. Los episodios en ese sentido no dejan de producirse.
Junto con la expulsión de las Misioneras de la Caridad del país o el cierre de emisoras diocesanas, el régimen sandinista ha comenzado a atacar y detener a sacerdotes e incluso obispos. Es el caso, por ejemplo, del obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, que lleva semanas retenido en el Palacio Episcopal junto a otros sacerdotes, seminaristas y laicos, y que se están quedando sin comida, recuerda Aciprensa.
Las detenciones de sacerdotes también se suceden. Un párroco fue detenido por su homilía y otros dos sacerdotes católicos se han visto obligados a esconderse a causa del acoso policial.
Esa guerra callada que están haciendo para perseguir a Jesús en su Iglesia en la hermana nación de Nicaragua, ese no es el fuego que Jesús ha venido a traer
Por todo ello, el cardenal hondureño Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga calificó como una «guerra callada», la persecución que existe contra Jesús en su Iglesia en la hermana nación de Nicaragua. «Esa guerra callada que están haciendo para perseguir a Jesús en su Iglesia en la hermana nación de Nicaragua, ese no es el fuego que Jesús ha venido a traer», recoge Infocatólica de Aica.
Por su parte, al menos dos archidiócesis españolas han mostrado su apoyo a la Iglesia en Nicaragua a través de las redes sociales, con mensajes de solidaridad, en especial con el obispo de Matagalpa, Mons. Rolando José Álvarez. Desde la cuenta oficial de la Archidiócesis de Toledo, Primada de España, han encomendado a toda la Diócesis de Matagalpa “en estos momentos críticos”, al tiempo que piden “al Señor el don de fortaleza para sus pastores y fieles laicos”. Por su parte, el Arzobispo Coadjutor Electo de Granada (España) y Administrador Apostólico de Ávila, Mons. José María Gil Tamayo, ha expresado su “solidaridad por la Iglesia en Nicaragua”, recoge Aciprensa.
El pasado viernes 12 de agosto, en la sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos, Juan Antonio Cruz, observador permanente de la Santa Sede ante la OEA, expresó «la preocupación» de la Santa Sede sobre la situación que atraviesa Nicaragua. «La Santa Sede no puede dejar de manifestar su preocupación al respecto mientras asegura su deseo de colaborar siempre con quienes apuestan por el diálogo como instrumento indispensable de la democracia y garante de una civilización más humana y fraterna», recogió Alfa y Omega.
La quema de iglesias y la salvaje destrucción de las imágenes del culto católico avanza en una línea de destrucción de bases sociales y antropológicas
Sin embargo, 26 expresidentes de Hispanoamérica y España publicaron una carta abierta pidiendo a la Santa Sede que realice una defensa más enérgica frente a la persecución de la dictadura de Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, contra la Iglesia Católica en Nicaragua, recoge Aciprensa.
La carta está firmada por Felipe Calderón y Vicente Fox, de México; Mauricio Macri, de Argentina; Andrés Pastrana, Álvaro Uribe e Iván Duque, de Colombia; Óscar Arias, Rafael Ángel Calderón, Laura Chinchilla, Miguel Ángel Rodríguez y Luis Guillermo Solís, de Costa Rica; y Eduardo Frei y Sebastián Piñera, de Chile.
También firmaron José María Aznar, de España; Jamil Mahuad, Osvaldo Hurtado y Lucio Gutiérrez, de Ecuador; Nicolás Ardito Barletta y Mireya Moscoso, de Panamá; Alfredo Cristiani, de El Salvador; Federico Franco y Juan Carlos Wasmosy, de Paraguay; Carlos Mesa y Jorge “Tuto” Quiroga, de Bolivia; y Luis Alberto Lacalle y Julio María Sanguinetti, de Uruguay.
Los expresidentes señalaron que les preocupa “que la quema de iglesias y la salvaje destrucción de las imágenes del culto católico, avanza en una línea de destrucción de bases sociales y antropológicas que mejor recuerda la quema de libros judíos, socialistas y pacifistas y de bibliotecas enteras por los partidarios del régimen nacional socialista alemán en 1933.
Aquí tienen la carta citada:
Y esta no ha sido la única carta. El cardenal arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal española, monseñor Juan José Omella, ha escrito una carta a monseñor Carlos Enrique Herrera, obispo de Jinotega y presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, ante la situación que vive la Iglesia en aquel país. El cardenal Omella ha pedido “a todos los católicos españoles unir nuestra oración a la oración del pueblo nicaragüense ante vuestra patrona, la Virgen María en su Inmaculada Concepción, para que se produzca pronto la deseada libertad para las personas presas, así como el restablecimiento de la libertad para la Iglesia y para todo el querido pueblo nicaragüense”.