El Parlamento de Nicaragua, dominado por la dictadura de Daniel Ortega, canceló la personalidad jurídica de la Academia Nicaragüense de la Lengua (ANL), tras 94 años de existencia, luego de haber sido acusada por la dictadura de Daniel Ortega de no registrarse en calidad de agente extranjero, recoge Redmas.

La Cámara, controlada por miembros afines al presidente y con el apoyo de 75 de los 91 diputados, también prohibió otras 82 oenegés, entre ellas la Fundación Enrique Bolaños, del expresidente homónimo (2001-2007), acusadas de saltarse el ordenamiento jurídico.

Entre las faltas señaladas a las oenegés canceladas están: Incumplir con el registro de agente extranjero; no  reportar sus informes financieros; o no promover la transparencia en el uso de los fondos.

Sin ningún debate en el pleno de la Cámara, estas cancelaciones fueron aprobadas mediante un decreto legislativo presentado por el diputado sandinista Filiberto Rodríguez, a petición del Ministerio de Gobernación (Migob), entidad del gobierno que supervisa las oenegés. El Migob alega que las oenegés canceladas "han transgredido e incumplido con sus obligaciones" y han "obstaculizado el control y vigilancia" que hace a esas entidades.

La ANL había rechazado los señalamientos y mencionó que trabaja "en la revisión, enmiendas y aportes a la nueva gramática de la lengua española y al diccionario de la lengua española

Por su parte, la ANL había rechazado los señalamientos y mencionó que trabaja "en la revisión, enmiendas y aportes a la nueva gramática de la lengua española y al diccionario de la lengua española".

El gobierno aprobó a finales de 2020 una ley que obliga tanto a organizaciones de la sociedad civil como a personas jurídicas que reciben fondos del exterior a registrarse en calidad de agentes extranjeros y a rendir cuentas de cómo gastan el dinero o cómo utilizan las donaciones que reciben.

Entre tanto, el escritor y exvicepresidente Sergio Ramírez expresó su "asombro" por lo que calificó una "barbarie cultural" porque "la lengua no se puede conmutar", señaló que ha recibido mensajes de las academias de todo el continente y afirmó que la disolución de la ANL "ha levantado una ola de estupor y repudio" en el mundo de las letras. "Nadie puede confiscar a las instituciones. No sé cuál es la idea de ilegalizar la academia. Es una idea bárbara confiscar las investigaciones, el trabajo sobre la lengua", añadió.