Como recogió Hispanidad, el pasado 2 de mayo, el sitio web ‘Político’ filtró un borrador de opinión mayoritaria en que se apunta a que la Corte Suprema podría revocar el fallo del caso Roe vs. Wade, que legalizó el aborto en Estados Unidos en 1973. Si la decisión se mantiene, se tiene previsto que más de una docena de estados prohibirán inmediatamente el aborto.

Y como hemos ido publicando, desde ese momento se han venido sucediendo una serie de ataques y actos de vandalismo perpetrados contra organizaciones a favor de la vida e iglesias católicas. A estos ataques, hay que sumar el acoso de los demócratas de Joe Biden a los miembros del Tribunal Supremo, y que el juez, Samuel Alitotuvo que ser evacuado a un lugar seguro con su familia para protegerlo de la violencia de los activistas proaborto

El último ataque ha sido contra la juez Amy Coney Barrett. Recuerden que, contra viento y marea, Barrett se convertía en la quinta mujer en la historia en ser elevada al más Alto Tribunal del país y la tercera magistrada designada por Donald Trump, después de Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh.

Católica, madre de siete hijos y contraria al aborto, con estas credenciales Barret desataba el odio por parte del agresivo y anticristiano Partido Demócrata. Y su posible apoyo a la revocación del caso Roe vs. Wade ha sido suficiente para que un grupo de abortistas se presenten frente a su domicilio, 'manifestándose' ataviadas con pantalones ensangrentados y muñecos que simulaban bebés nacidos "a la fuerza" y pancartas donde se pedía aborto libre y sin tener que pedir perdón. 

Está previsto que el fallo se conozca en pocos días, entre finales de junio y principios de julio, hasta entonces, la presión a los pro-vida y a los jueces no cesará, violencia y presión consentida por el presidente de los Estados Unidos, el abortero Joe Biden.