Semana tras semana denunciamos en Hispanidad la persecución que sufren los cristianos en el mundo por su fe, y este domingo ha sido el Papa el que ha alertado de la situación: "Hoy se recuerda a los protomártires romanos, y también nosotros vivimos en un tiempo de martirio, aún más que en los primeros siglos".

"En tantas partes del mundo, tantos de nuestros hermanos y hermanas sufren discriminación y persecución a causa de la fe", agregó Francisco, tras el rezo dominical del Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico.

El propio Francisco es quien va a visitar Indonesia, uno de los países asiáticos donde más han crecido las vocaciones y la Iglesia en los últimos años, uno de esos lugares donde la fe católica ha surgido con fuerza es la isla de Flores, situada en el este del conjunto de islas que forman la provincia de Nusa Tenggara (NTT). Algo muy curioso, danda la persecución hacia los cristianos imperante en Asia, pero la fuerza de la fe ha podido más y el gobierno indonesio, el cual gobierna para un 90% de musulmanes, ha autorizado convertir Flores en un destino de peregrinación internacional. La idea es que peregrinos de todo el mundo acudan al lugar y pueedan celebrarse festividades religiosas. 

 

Consciente de la importancia de las diócesis en los territorios donde hay persecución, el Papa ha anunciado la creación de la nueva diócesis de Bentiu, en Sudán del Sur, y pone al mando a un misionero conocido en el país, el comboniano italiano Christian Carlassare, de 46 años, hasta ahora obispo de Rumbek, también en Sudán del Sur, que antes, desde 2005, sirvió en la vecina diócesis de Malakal.

Carlassare fue noticia en 2021, antes de ser consagrado obispo, cuando unos hombres entraron en su habitación, cercana a la catedral de Rumbek, y le dispararon hiriéndole en las piernas. "Tomará algún tiempo para que mis piernas puedan volver a caminar, pero les aseguro que volveré y estaré con ustedes", aseguraba tras el terrible hecho, y después de cirugías cumple con su palabra y se pone al frente de la creación de una nueva diócesis. 

 

Y para terminar, les dejamos con el siguiente testimonio que alerta de que nunca ha sido tan peligroso ser cristiano en Afganistán como en la actualidad: "Los conversos del islam que se quedan viven expuestos a ser arrestados, torturados o incluso asesinados, como le ocurrió al marido de Khada".