Aún no ha terminado el recuento, pero Donald Trump será presidente de los Estados Unidos hasta para el republicano más pesimista. Prueba de ello es que el cuartel general demócrata se ha quedado vacío y Kamala Harris no comparecerá ante los norteamericanos hasta el jueves 7. No sé yo si esta chica es buena perdedora. Lo que iba a ser una fiesta de celebración con todas las estrellas del espectáculo que le han jaleado en la campaña y con el voto femenino que ella creía que tenía ganado como buena feminista, con todo ese aparentemente universo feminista, se ha convertido en un funeral. El feminismo no ha conseguido acabar con el machista Trump.

Así, don Donald vuelve a la Casa Blanca. Y esto significa muchas cosas. Con la caída de Kamala Harris, Estados Unidos demuestra que sabe resistir al Nuevo Orden Mundial (NOM) y al mundo woke que significa esto: cristofobia, ideología de género, religión climática, censura creciente en un Estado de libertad vigilada (no todo se puede decir), igualdad liberticida y economía subvencionada o nuevo socialismo.

Ninguna exageración. En Europa la actitud cristianófoba se ha generalizado y en Estados Unidos empieza a crecer. Lógico, la Iglesia es el objetivo a batir por el NOM. A batir o a conquistar.

El segundo objetivo del NOM es la ideología de género, una nueva antropología que pretende que el hombre decida quién es, como si se pudiera dar razón de su existencia, como si se hubiera creado a sí mismo.

Otro de los dogmas del NOM es la religión climática. Entiéndase, no como descripción científica del hecho: puede que se haya acelerado, o no, el cambio climático pero al NOM eso no le importa: lo que le importa es utilizar el cambio climático para someter al ser humano, porque es el culpable de dicho cambio y tiene que pagar por ello. Si quieres forjar una tiranía democrática, no tienes más que invocar el calentamiento global hasta que se convierte en calentamiento mental.

Trump ha vencido gracias a su espíritu de resistencia: le han intentado ningunear, caricaturizar, encarcelar y hasta asesinar... pero nunca se rindió. Ahora puede ser condenado a penas de prisión en la Casa Blanca

Pero la ideología Nuevo Orden a la que ha vencido don Donald va más allá. Por ejemplo, en toda Europa está resurgiendo la censura, ahora censura impuesta por los progresistas. una censura creciente en un Estado de libertad vigilada, resumida en la famosa frase que el español Enrique Barón, el que fuera presidente del Europarlamento, empleó para censurar y eliminar políticamente -lo consiguieron- al filósofo cristiano Rocco Buttiglione: "Se puede decir de todo pero no todo se puede decir".

El NOM también predica una igualdad liberticida: en nombre de la igualdad cercena la libertad individual no sólo en el hacer, sino también en el decir. Una de las muestras son los delitos de odio.

En economía, ¿el NOM es de izquierdas o de derechas? Pues es socialista y descaradamente antiliberal. Le encantan las economías subvencionadas y el papel de lo grande, sea público o privado, sea el Estado del Bienestar o las grandes multinacionales, y no le agrada lo pequeño, que es más libre y más productivo. Al NOM no le gusta, sobre todo, la meritocracia. Se premia al vago mediante subsidio y se castiga al emprendedor con impuestos y, aún peor, con una burocracia asfixiante.

Que el país está dividido es claro. Pero, ¿lo ha dividido Trump o el Nuevo Orden Mundial? Y por cierto, las feministas y el lobby gay, ¿no estarán agotando al electorado masculino norteamericano... y de todo el mundo, con sus interminables reivindicaciones?

Pues bien, a todo eso ha vencido Donald Trump. Ha vencido gracias a su espíritu de resistencia: le han intentado ningunear, caricaturizar, encarcelar y hasta asesinar... pero nunca se rindió. Ahora puede ser condenado a penas de prisión en la Casa Blanca. Al menos, podrá indultarse a sí mismo. Y un factor importante: Trump es un bocazas pero también es un entusiasta. Y eso gusta y supone un antídoto contra las exageradísimas caricaturas que el progresismo europeo ha forjado sobre Trump.

Que el país norteamericano está dividido es claro. Pero, ¿lo ha dividido Trump o el Nuevo Orden Mundial al que se ha apuntado con entusiasmo el Partido Demócrata?

Y por cierto, las feministas y el lobby gay. ¿no estarán agotando al electorado masculino norteamericano... y de todo el mundo, con sus interminables reivindicaciones? Porque era una de las bazas de Kamala Harris, al parecer, no ha funcionado.