Como viene informando Hispanidad, Polonia y Hungría están siendo perseguidos por la Unión Europea por hacer valer sus principios cristianos y, por ejemplo, oponerse al adoctrinamiento de los niños en ideología de género, defender la vida, o promocionar la familia formada por hombre y mujer…
En este momento, el primer ministro polaco es Mateusz Morawiecki. Y el presidente, Andrzej Duda. Ambos del partido Ley y Justicia, que defiende los ideales anteriormente citados.
Por esa razón, la progresía europea no puede ni ver al actual Gobierno polaco. Y hará todo lo posible por desprestigiarlo.
Y en este contexto es donde hay que situar las últimas informaciones que hablan de una gran manifestación --unas 300.000 personas, según algunos medios-- en la capital polaca, Varsovia, este fin de semana, convocadas por la oposición para protestar, al parecer, por una supuesta disminución del Estado de Derecho en ese país.
El principal líder de la oposición, Donald Musk --el amigo de toda la progresía europea--, dijo: "El gigante ha despertado". "¡Nadie nos puede silenciar!".
Las principales exigencias de los manifestantes son "elecciones libres y justas" y "una Polonia democrática y europea".
Como si en Polonia, hasta ahora, no se hubieran celebrado "elecciones libres y justas".
Se trata, en definitiva, de extender el manto de la sospecha de una posible manipulación electoral por parte del partido gobernante, campaña a la que el consenso mediático se ha unido sin dudarlo.
Porque, qué casualidad: los sondeos siguen dando mayoría al partido gobernante Ley y Justicia... Lo cual querrá decir que los polacos que no se manifestaron este fin de semana no están en absoluto de acuerdo con esa manifestación...
En cualquier caso, la campaña forma parte del vector: todo lo que suene a cristiano resulta ultra. Por tanto, antidemocrático. Bueno, salvo que sea un católico rarito.