En Polonia, el pasado 13 de diciembre, el nuevo primer ministro Donald Tusk (líder de la coalición Plataforma Cívica) y su consejo de ministros juraron sus cargos en Varsovia.
El nuevo Ejecutivo sustituye al del democristiano Mateusz Morawiecki quien, pese a ganar las elecciones con su partido Ley y Justicia (PiS), con el 35,38% de los votos, no logró formar Gobierno. Ley y Justicia (PiS) gobernó el país desde 2015.
Por contra, Tusk, con su Plataforma Cívica, obtuvo el 30,7% de los y 157 diputados en las últimas elecciones que, sumados a los 65 de Tercera Vía y los 26 de La Izquierda, han logrado desbancar finalmente a Morawiecki.
Tusk ya fue primer ministro de Polonia entre 2007 y 2014. Ese año dejó el Gobierno polaco y fue nombrado presidente del Consejo Europeo, cargo que retuvo hasta 2019, cuando pasó a presidir el Partido Popular Europeo (PPE).
Durante la campaña electoral, Tusk expresó su intención de legalizar el aborto hasta la semana doce del embarazo
Pues bien: durante la campaña electoral, Tusk expresó su intención de legalizar el aborto hasta la semana doce del embarazo. De hecho, el programa electoral de Coalición Cívica recoge lo siguiente: "El aborto hasta la semana 12 de embarazo será legal, seguro y disponible. Ningún hospital que opere bajo el Fondo Nacional de Salud podrá acogerse a la cláusula de conciencia y rechazar el procedimiento. La decisión debe ser de la mujer".
En Polonia, desde 1993, el aborto era legal en tres supuestos: violación, una amenaza para la vida o la salud de la madre y también en una situación de «alta probabilidad de defecto grave e irreversible del feto o enfermedad incurable que amenace su vida», o sea, el aborto eugenésico.
Pero el partido Ley y Justicia interpuso un recurso de inconstitucionalidad contra el aborto eugenésico y el 22 de octubre de 2020, el Tribunal Constitucional polaco sentenció que este era inconstitucional. Esta sentencia entró en vigor el 27 de enero del año 2021 y trajo como consecuencia que, en 2021, el número de abortos legales cayó en Polonia de más de mil a 107.
En 2021, el número de abortos legales cayó en Polonia de más de mil a 107
Así las cosas, lo primero que quiere hacer el nuevo Gobierno de Donald Tusk es ampliar los supuestos del aborto, tal y como explicó ayer el viceministro de Justicia del nuevo Gobierno polaco, Arkadiusz Myrcha, quien expresó su apoyo a aplicar las sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) sobre el supuesto «derecho» al aborto ('derecho' según el TEDH, claro).
Sin embargo, uno de los socios de su coalición, Tercera Vía, propone realizar un referéndum sobre el aborto.
Myrcha también respaldó la aplicación en el sistema jurídico polaco de otra sentencia del TEDH que insta a Polonia a «reconocer y proteger» las uniones civiles entre personas del mismo sexo. Aunque admitió que aún no se han iniciado consultas en la coalición del nuevo Gobierno.
Respecto a una posible negativa del actual presidente de Polonia, el católico Andrzej Duda, a sancionar estos cambios legales, Myrcha enfatizó la responsabilidad del nuevo Ejecutivo en aprobar estas leyes a pesar de las posturas conocidas del presidente contra el aborto y los postulados del lobby LGTBI.
Hispanidad ha venido denunciando el acoso de la UE a Polonia (bajo el Gobierno de Morawiecki) y Hungría (bajo el Gobierno de Viktor Orban) para obligar a sus gobiernos a plegarse a los principios del Nuevo Orden Mundial, para que aprueben políticas contrarias a la ley natural, por ejemplo en todo lo relativo a la ideología de género y al derecho a la vida.
Pero, como Hispanidad ya ha explicado, ni Budapest ni Varsovia (con el anterior primer ministro Mateusz Morawiecki) vulneran los derechos LGTBI. Lo que prohíben es la propaganda de los principios de ese colectivo en las escuelas, pues ambos países defienden -al igual que la Declaración Universal de los Derechos Humanos- que la educación moral y sexual de los niños corresponde a los padres, no al colectivo LGTBI.