El aborto ha sido algo que ha obsesionado a Donald Tusk desde que consiguió llegar al poder en Polonia con su alianza de partidos, Plataforma Cívica –partido de Tusk–, Izquierda y Tercera Vía. Y es que recordemos que Tusk no ganó las elecciones, sino que está en el Gobierno al estilo Sánchez. Pero hicieron falta tan solo dos semanas desde que tomó el cargo para que anunciara su gran proyecto de despenalización del aborto. Pero sus planes se han vuelto a truncar... por su propia coalición de Gobierno.
Ya lo intentó hace unos meses, y ahora ha vuelto a someter a votación su nueva ley con el mismo resultado: 215 votos a favor y 218 en contra, así como dos abstenciones, en contra Ley y Justicia (PiS) y Konfederacja, de la oposición, y el partido campesino PSL, que forma parte de la coalición gobernante. El presidente, Andrzej Duda, ya anunció que vetaría la norma, así como toda la agenda progresista de Tusk.
Con la normativa Tusk buscaba legalizar el aborto hasta la semana 12 de gestación, eliminar la responsabilidad penal de quienes ayudasen a las mujeres a acabar con el bebé y permitir la venta sin receta de la "píldora del día después" a las mayores de 15 años. Y es que en Polonia desde 1993, el aborto era legal en tres supuestos: violación, amenaza para la vida o la salud de la madre. Los médicos polacos, en una declaración conjunta, advirtieron que los dos últimos supuestos suponían un coladero para realizar abortos a disposición, es más pusieron el ejemplo de España como país en el que pasa exactamente eso.
Pero el partido Ley y Justicia interpuso un recurso de inconstitucionalidad contra el aborto eugenésico y el 22 de octubre de 2020, el Tribunal Constitucional polaco sentenció que este era inconstitucional, convirtiendo el aborto en Polonia en prácticamente ilegal. Esta sentencia entró en vigor el 27 de enero del año 2021 y trajo como consecuencia que, en 2021, el número de abortos legales cayó en Polonia de más de mil a 107. Pero no porque no se permitiera abortar si existe un verdadero riesgo para la vida de la madre, sino porque se creó un tribunal médico que hacía su trabajo.
Para entendernos, la mujer que dijera que existía un riesgo para su vida tenía que argumentarlo y demostrarlo ante un tribunal médico que no le daba la razón porque sí, sino porque verdaderamente el supuesto se cumpliera. Algo que el niño mimado de Bruselas, Donald Tusk, no podía permitir, él es progresista, ¿y hay algo más progresista que el aborto?
Tusk se ha mostrado destrozado y ha admitido que "No habrá una mayoría a favor del aborto legal, en el pleno sentido de la palabra, hasta las próximas elecciones. No nos engañemos". Todo esto suponiendo que gane y con mayoría, claro está. Pero como queda mucho tiempo para que se vuelvan a realizar unos comicios, y esos son muchos abortos perdidos, Tusk ha anunciado que ya están trabajando para establecer "nuevos procedimientos" en la fiscalía y hospitales para hacer más llevaderas las restricciones en el país. Con todo, Polonia resiste.