Como ya contó Hispanidad meses atrás, la política económica y ecologista radical de Joe Biden está suponiendo una amenaza para la economía estadounidense, generando un alza en el precio de la energía en general y de los hidrocarburos en particular. Lo cual, en combinación con la alta inflación existente, está provocando desabastecimiento, escasez de mano de obra, y una subida sin precedentes en el precio de alimentos, gasolina y transporte.
Ahora, en pleno escenario bélico entre Rusia y Ucrania, el presidente estadounidense ha emulado a su homólogo español, Pedro Sánchez, y ha culpado a Rusia de los elevados precios de la gasolina en EEUU, y de la elevada inflación que asola el país.
En la tribuna de opinión, el diario New York Post ha enmendado al presidente Biden, recordándole que el alza de los precios de la gasolina no tiene su origen en la invasión rusa de Ucrania, sino en las políticas de gasto sin control y ecologismo radical de la Administración Biden. El rotativo neoyorquino ha puesto de manifiesto que, antes de que entraran en vigor las sanciones a Rusia, con la consecuente afección a toda la economía mundial, la inflación ya había crecido en EEUU un 7,5%. Una cifra que ha seguido creciendo, por cuanto en el mes de febrero ha alcanzado un 7,9%, situándose los precios de los alimentos y la gasolina en el máximo de los últimos cuarenta años.
El diario 'New York Post' ha enmendado al presidente Biden, recordándole que el alza de los precios de la gasolina no tiene su origen en la invasión rusa de Ucrania, sino en sus políticas de gasto sin control y ecologismo radical
En la misma línea, el senador republicano por Texas, Ted Cruz, ha exigido a Biden que no culpe del alza de los hidrocarburos al conflicto entre Rusia y Ucrania. Cruz ha recordado en un certero tuit que, ya antes de la invasión rusa, los precios de la gasolina habían crecido un 48%, por las medidas de Biden contrarias a los combustibles fósiles. El texano ha enumerado los múltiples ataques de Biden a la independencia energética estadounidense, entre ellos la moratoria en las extracciones petrolíferas en la Coste Norte del Estado de Alaska, la prohibición del fracking en terrenos federales y la eliminación del Proyecto del Oleoducto Keystone entre Canadá y Estados Unidos, uno de los proyectos más ambiciosos de la historia y que permitiría el transporte del crudo desde Canadá hacia toda la geografía estadounidense.
Las palabras del legislador han sido refrendadas por el expresidente Donald Trump, quien ha afirmado que la responsabilidad del alza en los precios de la energía es del presidente Biden que ha permitido que “radicales extremistas climáticos dirijan Estados Unidos, mientras el mundo arde”.
Preguntada precisamente por el bloqueo del Oleoducto Keystone, la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, ha contestado en un alarde de grosería y mentira que “no creo que las petroleras necesiten una invitación bordada del gobierno para hacer extracciones”.
Antes de la invasión rusa, los precios de la gasolina habían crecido un 48%, por las medidas de Biden contrarias a los combustibles fósiles. Y antes de las sanciones a Rusia, con la consecuente afección a toda la economía mundial, la inflación ya había crecido en EEUU un 7,5%
Cabe decir que Biden sí ha cumplido sus promesas electorales de entregar el país al ecologismo radical. Ya en 2019, como candidato presidencial, Biden afirmaba que como presidente, prohibiría las extracciones de gas y petróleo en terrenos federales.
La tensión por el alza en los precios energéticos es tal, que Biden se ha visto obligado a comparecer y nuevamente ha vuelto a contradecirse señalando que “no es cierto que mi Administración esté impidiendo la producción energética doméstica” e incluso ha afirmado que “EEUU se acerca a niveles récord de producción de petróleo y gas, y que estamos camino de alcanzar un récord mundial de producción el año que viene”.
Las palabras de Biden difícilmente pueden corresponderse con la realidad, por cuanto sus medidas radicales ya han tenido su reflejo en que, al final de este año, EEUU perderá su condición de exportador neto de petróleo, algo que puede afectar gravemente a la economía estadounidense, precisamente en el actual contexto. Esta noticia supone un notorio fracaso para la todavía primera potencia mundial, que hace apenas dos años, en 2020, último año de presidencia de Donald Trump, había hecho historia y se había convertido en exportador neto, gracias a la elevada producción que había alcanzado en los últimos años.
Biden, Rusia no tiene la culpa en el alza de los precios, tú eres el responsable.