A poco más de dos semanas para el día de las elecciones presidenciales, si bien el escenario sigue siendo muy igualado y es difícil predecir qué candidato se llevará la contienda, las alarmas se han encendido en las filas demócratas. Su candidata presidencial, la vicepresidenta Kamala Harris, ha perdido gran parte de la ventaja que ostentaba a nivel nacional sobre su rival republicano el expresidente Donald Trump, habiéndose reducido a poco más de un punto y en la mayoría de los Estados clave que decidirán los comicios, hoy por hoy, los sondeos reflejan una ligera ventaja para el republicano.
Y la preocupación es que esta tendencia negativa de las últimas semanas para los progresistas se justifica precisamente por la errática actuación de su candidata. Ciertamente la ruta mediática de Kamala Harris ha acreditado por qué durante muchos meses su equipo de campaña la mantuvo apartada de los medios de comunicación.
En una entrevista, en la cadena ABC, en el programa The View, al ser preguntada sobre qué cosas haría diferente con respecto a Joe Biden, tras quedarse pensativa afirmó que “nada me viene a la mente”. Y tuvo la ocasión de enmendarse, porque el entrevistador volvió a efectuar la misma pregunta, y afirmó “yo no soy Joe Biden, eso efectivamente sería un cambio”
Incluso en foros amables, la vicepresidenta no ha salido especialmente bien parada. Harris ha tratado de desvincularse de manera poco exitosa de la Administración de Joe Biden, algo ciertamente complicado porque durante casi cuatro años ha sido la segunda autoridad de dicha Administración y sigue formando parte de la misma a día de hoy.
En una entrevista, en la cadena ABC, en el programa The View, al ser preguntada sobre qué cosas haría diferente con respecto a Joe Biden, tras quedarse pensativa afirmó que “nada me viene a la mente”. Y tuvo la ocasión de enmendarse, porque el entrevistador volvió a efectuar la misma pregunta, y afirmó “yo no soy Joe Biden, eso efectivamente sería un cambio”.
Tales respuestas han sido ironizadas por el senador por Ohio y candidato republicano a la vicepresidencia J.D. Vance:
Ella entra a 'The View' y uno pensaría que sería una entrevista y le formulan una pregunta fácil. Realmente propaganda. Dijeron: ¿puedes nombrar algo en lo que no estés de acuerdo con Joe Biden?
Ahora, retrocedamos por un segundo, porque recuerden que toda la campaña de Kamala Harris consiste en fingir que no ha sido vicepresidenta durante los últimos tres años y medio. Entonces piensas que, después de todo este tiempo, pensando en cómo haría las cosas de manera diferente a Joe Biden, tendría una respuesta bien preparada para los entrevistadores de 'The View'.
Y dice: "Realmente no puedo pensar en nada que se me pase por la cabeza".
Ahora, en su defensa, no estoy seguro de que se le ocurra algo, ya sea sobre las políticas de Joe Biden o sobre cualquier otra cosa. Pero piensen en esto: durante los últimos dos meses, Kamala Harris le ha estado diciendo al pueblo estadounidense que hará las cosas de manera diferente a Joe Biden, cuando con su propia Administración ha aumentado el precio de los alimentos en un 25%,… la frontera está completamente abierta gracias a nuestra ilustre zar fronteriza, Kamala Harris, y toda su campaña ha consistido en fingir que ella no tiene ninguna responsabilidad por las políticas, a pesar de que es la vicepresidenta.
Tal debe ser la preocupación en las filas demócratas que Harris aceptó conceder una entrevista a Fox News, con el fin de buscar atrapar votos en las filas conservadoras, y si ya Harris no tuvo un buen desempeño en medios afines, tampoco fue bien la cosa en la única cadena de corte conservador estadounidense. Así, en una entrevista con el presentador Bret Baier, Harris perdió los estribos, al ser incapaz de dar una respuesta a muchas de las preguntas que se le formulaban, y se limitó a insultar a su rival republicano, Donald Trump, afirmando que era una “amenaza” y una persona “inestable”.
Otro momento de tensión fue cuando la candidata demócrata esquivó la pregunta acerca de si se dio cuenta de la disminución de las facultades mentales de su jefe de filas el presidente Biden. La cuestión no es baladí, precisamente el supuesto deterioro cognitivo de Biden, quien a día de hoy sigue en la Casa Blanca y quien había sido confirmado como candidato demócrata en las primarias presidenciales, fue el motivo por el cual el aparato del partido le apartó contra su voluntad de la candidatura e impuso a Harris como candidata. Por ello, muchos elucubran si Harris había ocultado la incapacidad de su jefe para permanecer al mando, teniendo en cuenta que ha sido su mano derecha durante casi cuatro años y sigue siéndolo a día de hoy.
Otro momento de tensión fue cuando la candidata demócrata esquivó la pregunta acerca de si se dio cuenta de la disminución de las facultades mentales de su jefe de filas el presidente Biden
Y el problema no acaba aquí, la demócrata está teniendo dificultades para dar verosimilitud a la imagen de moderada que está exhibiendo durante la campaña, por cuanto su historial de defensa de políticas radicales de izquierda está saliendo nuevamente a la luz.
Así, se han vuelto a publicar unas declaraciones de Harris, siendo ya vicepresidenta, en el día de Colón en el año 2021, fiesta nacional en Estados Unidos en que se conmemora la llegada de Cristóbal Colón a América, adoptando el discurso del indigenismo radical. Así, se pronunció la demócrata:
“Desde 1934, cada mes de octubre Estados Unidos reconoce el viaje de los exploradores europeos que desembarcaron por primera vez en las costas de América. Pero esa no es toda la historia. Esa nunca ha sido toda la historia.
Esos exploradores marcaron el comienzo de una ola de devastación para las naciones tribales: perpetraron violencia, robaron tierras y propagaron enfermedades.
No debemos rehuir este pasado vergonzoso y arrojar luz sobre él para hacer todo lo posible para abordar el impacto del pasado en las comunidades nativas de hoy.”
También han regresado al foro público las declaraciones de Harris en 2019, cuando era senadora por California y candidata en las primarias presidenciales demócratas, defendiendo una agenda ecologista radical, llegando a amenazar a las compañías petroleras con fuerte multas e incluso con procesos penales por su supuesto papel en la contribución al cambio climático. Ahora, en 2024, Harris celebra el récord estadounidense en la producción de petróleo. La cuestión no es baladí, en Estados clave como Pensilvania la industria petrolera es clave para la economía estatal.
Y el episodio del reciente huracán Milton que ha azotado el Estado de Florida, tampoco ha dejado en buen lugar a Harris. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha cuestionado también el papel de la demócrata, de quién ha denunciado su uso partidista del desastre natural en plena campaña electoral, afirmando así: “Harris nunca ha estado interesada en ninguna de las tormentas que hemos tenido en Florida durante todo su tiempo como vicepresidenta.”