Hay preocupación, tras el ataque ocurrido esta madrugada en la central nuclear de Zaporiyia, pero no hay que alarmarse, a pesar de las declaraciones de algunas autoridades ucranianas. El ataque se ha producido en un edificio de formación situado fuera de la planta, en el que ha impactado un proyectil provocando un incendio, pero no ha habido ninguna emisión radioactiva, según ha señalado el director general de Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA, también llamada OIEA si se habla de Organismo en lugar de Agencia), Rafael Mariano Grossi, en rueda de prensa.
Este último ha confirmado que las fuerzas rusas han tomado el control de las instalaciones, pero que la planta continuaba siendo operada por su personal regular, y que no se han contabilizado víctimas mortales, pero dos responsables de seguridad han resultado heridos. Grossi también ha referido su preocupación y que la principal prioridad era garantizar la seguridad de la planta, su suministro de energía y las personas que la operan. “Estoy extremadamente preocupado por la situación en la central nuclear de Zaporiyia y lo que sucedió allí durante la noche. Disparar proyectiles en que se encuentra una central nuclear infringe el principio fundamental de que la integridad física de las instalaciones nucleares debe preservarse y mantenerse su seguridad en todo momento”, ha subrayado.
Rafael Mariano Grossi, director general de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA): “Disparar proyectiles en el área de una planta de energía nuclear viola el principio fundamental de que la integridad física de las instalaciones nucleares debe mantenerse y mantenerse segura en todo momento”
En el momento de la rueda de prensa, de los seis reactores que forman la planta de Zaporiyia, uno estaba apagado por mantenimiento, dos habían sido apagados de forma controlada, el cuarto reactor estaba operando al 60% de potencia y el quinto y el sexto se mantenían en reserva en modo de baja potencia. En Ucrania, la energía nuclear genera el 50% de la electricidad del país con una capacidad instalada de más de 13.000 megavatios (MW) gracias a 15 reactores repartidos en cuatro plantas (Zaporiyia, Jmelnitski, Rivne y Ucrania Sur), y de dicho porcentaje, el 25% se produce en la de Zaporiyia, que es la central nuclear más grande de Europa y la tercera del mundo (tras la japonesa Kashiwazai-Kariwa y la canadiense Bruce) con una capacidad de 6.000 MW. Además, Grossi ha propuesto una reunión en Chernóbil con representantes de Ucrania y Rusia para pactar garantías de seguridad sobre las instalaciones nucleares ucranianas y ha señalado que Ucrania ha enviado una petición de asistencia inmediata: “Si vamos a dar ayuda, tenemos que estar alllí, y el primero en estar allí debe ser el director general del OIEA”, ha apuntado.
El pasado jueves, Sama Bilbao, directora general de la Asociación Nuclear Mundial (WNA, por sus siglas en inglés), refirió la “gran labor de los trabajadores de la industria nuclear ucraniana” y que los 15 reactores que son operados por la empresa estatal Energoatom estaban funcionando con normalidad, excepto dos que estaban haciendo la parada habitual de recarga. Eso sí, en el evento en el que la Sociedad Nuclear Española (SNE) pidió que no cerrarán los reactores de nuestro país sino que alargaran su vida útil, Bilbao sí se mostró preocupada por la salud mental de los trabajadores nucleares ucranianos: “Tiene que ser muy estresante trabajar en una nuclear o en una hidroeléctrica cuando tienes las fuerzas armadas a la vuelta de la esquina”, añadió.
Una central nuclear no puede explotar como una bomba atómica, es físicamente imposible: la primera utiliza un combustible que tiene un enriquecimiento de uranio 235 del 3-5%, mientras en la segunda es del 90%
Al hilo del ataque a Zaporiyia, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha pedido a Europa que “despierte”, porque “si explota es el fin de todo, es el fin de Europa”. “Por primera vez en nuestra historia, en la historia de la humanidad, el Estado terrorista (Rusia) ha recurrido al terrorismo nuclear”, ha subrayado. Por su parte, el ministro ucraniano de Exteriores, Dmitro Kuleba, ha señalado que “si explota será 10 veces más grande (la catástrofe) que Chernóbil”, la cual se produjo en 1986. Además, hace días, las tropas rusas también se hicieron con el control del área de Chernóbil: en dicha planta hay una zona de exclusion y reactores cerrados desde el año 2000 y en desmantelamiento desde 2021, pero no hay signos de preocupación, como se puede comprobar en este artículo escrito por el investigador español Germán Orizaola.
Sin embargo, conviene subrayar que una central nuclear no puede explotar como una bomba atómica, es físicamente imposible. Así lo ha destacado Alfredo García, ingeniero nuclear y divulgador (más conocido en Twitter como Operador Nuclear), al referir que aunque ambas parten de la fisión nuclear tienen un funcionamiento distinto: el combustible que utiliza una central sólo tiene un enriquecimiento de uranio 235 del 3-5%, mientras que en una bomba atómica es del 90%. Aunque no se puede olvidar el accidente ocurrido en Chernóbil en 1986, la situación actual es muy distinta, pues tras lo ocurrido en Fukushima (Japón) en 2011 a raíz de un terremoto y un tsunami, las centrales nucleares de todo el mundo reforzaron su seguridad y la AIEA ha señalado que la central de Zaporiyia es moderna.
Ante el ataque ruso a la central nuclear #Zaporizhzhya, recordad que una central nuclear NO puede explotar como una bomba atómica por razones puramente físicas. #ApuntesOperador pic.twitter.com/aoKDz2qHz5
— Operador Nuclear (@OperadorNuclear) March 4, 2022
Además, tanto Alfredo García como Manuel Fernández, director de comunicación de la ingeniería Tecnatom (dedicada a la nuclear) y físico nuclear, han explicado en un vídeo cómo está la situación en Zaporiyia a primera hora del mediodía.
Mensaje sobre la situación en la central nuclear ucraniana de #Zaporizhzhia con @fdezordonez, citando como fuente el @iaeaorg
— Operador Nuclear (@OperadorNuclear) March 4, 2022
Para nuevas actualizaciones os remitimos a sus redes y web: https://t.co/rzVNCN2yqO pic.twitter.com/G4EWS38zOz
Y por cierto, conviene destacar dos aspectos. Ucrania tiene cuatro centrales nucleares más en construcción (situadas en Odesa, Crimea, Jarkiv y Chyhyryn). Y también algo más anecdótico que sucedió hace unos años, concretamente a finales de noviembre 2019: cientos de miembros del Sindicato de Trabajadores de la Industria y Energía Nuclear de Ucrania (Atomprofspilka) se manifestaron contra el cese del jefe de Energoatom, Yuri Nedashkovsky, pidiendo a Zelenski que tomara medidas para reintegrarle porque consideraban que no hay otro profesional en el país capaz de proporcionar un nivel de seguridad nuclear y radiológica suficiente durante el funcionamiento de centrales nucleares, además de que es una autoridad indiscutida para los científicos de la energía nuclear en Ucrania y en el extranjero. Una semana después, dicho sindicato hizo manifestacione por la negativa del ministro de energía, Oleksiy Orzhel, a desarrollar energía nuclear, la detención de la construcción de nuevas unidades nucleares y el fin de la cooperación internacional. Según Atomprofspilka, esto dificulta un funcionamiento sostenible del sistema de energía ucraniano, y las acciones del ministro cuestionan la seguridad y confiabilidad de las centrales nucleares del país, como informó la federación sindical mundial IndustriALL.