A menos de un año para el comienzo de las primarias presidenciales republicanas, que decidirán el candidato republicano a la Casa Blanca en 2024, esta semana se ha conocido la que será el primer rival del expresidente Donald Trump, quien lanzó su candidatura el pasado de 15 de noviembre. Se trata de la exembajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidos durante la presidencia de Donald Trump, Nikki Haley, quien anunciará su candidatura el próximo 15 de febrero. La noticia no resulta una sorpresa, dado que Haley lleva años promoviendo su candidatura presidencial. Pero, ¿quién es Nikki Haley?
Con nombre de nacimiento Nimrata Nikki Randhawa, Nikki Haley nació hace 51 años en la ciudad de Bamberg, en Carolina del Sur. Nacida en el seno de una familia de inmigrantes de la India, practicantes de la religión del sijismo. Se graduó en contabilidad en la Universidad de Clemson, en su Estado natal. En 1996, se casó con Michael Haley, militar e integrante de la Guardia Nacional de Estados Unidos en Carolina del Sur. Contrajeron matrimonio por el rito cristiano y por el del sijismo. Un año después, en 1997, Nikki Haley se convirtió al cristianismo, en concreto al metodismo. Sin embargo, siempre se ha puesto en duda la autenticidad de su conversión, dado que aún a día de hoy, sigue participando en ocasiones en servicios religiosos del sijismo. Madre de dos hijos, comenzó su carrera profesional en una compañía de gestión de residuos, antes de comenzar a trabajar en la empresa familiar dedicada al comercio de ropa de mujer, donde se encargó de los asuntos financieros. Con carácter previo a su entrada en política, ocupó diversos cargos en la Cámara de Comercio de Lexington. Su primer cargo político lo asumió en 2005, cuando con 32 años fue elegida congresista estatal de Carolina del Sur. Con apenas 38 años, fue elegida gobernadora de Carolina del Sur, siendo reelegida para dicho puesto cuatro años más tarde. En las primarias presidenciales republicanas de 2016, al comienzo fue crítica con el entonces candidato Donald Trump, sin embargo, cuando éste fue elegido candidato, pasó a apoyarle con firmeza, llegando a ser durante la presidencia de Trump Embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, cargo que ocupó durante casi dos años, hasta finales de 2018.
Una candidata con más ambiciones que convicciones, en la que las bases republicanas nunca han terminado de confiar
En cuanto a sus credenciales conservadoras, si bien Haley durante su período como gobernadora adoptó algunas medidas provida y en favor de la familia tradicional, lo cierto es que siempre ha despertado suspicacias entre las bases republicanas, dado que su discurso nunca ha sido especialmente consistente, y siempre se ha sospechado que sus posturas conservadoras son más de cara a la galería para mantener el apoyo de los electores republicanos, que por verdadera convicción. Nunca ha ocultado sus ambiciones presidenciales, y su figura se asemeja a la de un corcho, que flota siempre y que se arrima al árbol que más calienta, dado que pasó de antitrumpista a trumpista, y ahora ha anunciado que presentará su candidatura presidencial, cuando en 2021, aseguró que no lo haría y que apoyaría a Donald Trump si presentara su candidatura en 2024.
Se trata de una candidatura señuelo, con la que poder posicionarse como vicepresidenta del vencedor de las primarias
Por eso, y ante las escasas opciones que tiene Haley de alzarse con la nominación republicana, algunos consideran que su candidatura es un señuelo y una plataforma para posicionarse en el espectro público, e intentar ser compañera en el ticket electoral del candidato republicano que resulte vencedor, para alcanzar la vicepresidencia de Estados Unidos.
Mientras tanto, el dominio de Donald Trump entre las bases republicanas sigue siendo abrumador. Los dos últimos sondeos relativos a las primarias republicanas reflejan que goza de una ventaja de 20 y 26 puntos respectivamente sobre el gobernador de Florida, Ron DeSantis, que si bien se encuentra a gran distancia del expresidente, es el único potencial candidato que obtiene un porcentaje de voto reseñable. Así, según el sondeo de Harvard-Harris, Trump obtendría un 48% de los apoyos por un 28% de DeSantis, y según Emerson, Trump alcanzaría el 55% de los votos por el 29% de DeSantis. En tercer lugar, prácticamente sin opciones aparecería el exvicepresidente de Donald Trump, Mike Pence, quien obtendría apenas un 6 y 7 por ciento, y en cuarto lugar, precisamente Nikki Haley, que en ambos sondeos obtiene un exiguo 3% de los votos.