Hace unos días, Pedro Sánchez se volvía a arrugar ante Mohamed VI, al cambiar la postura de España respecto al Sáhara Occidental, aceptando que pase a ser una provincia marroquí. Una ‘gesta’ de la que presume el Gobierno, aunque no ha gustado entre sus socios de coalición ni socios de investidura, y ojo, porque también ha enfadado a Argelia, que se ha ganado el apoyo de China.
Al presidente del Gobierno parece que le vale todo para contentar a Marruecos, y ya ha dejado de pedir un referéndum de autodeterminación, tal y como recogía la resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Y al reino alauí, claro está, le ha gustado la cesión: la primera muestra ha sido el regreso de su embajadora en Madrid, Karima Benyaich, que fue llamada a consultas el pasado mayo, tras la crisis diplomática que provocó la acogida en un hospital del líder del Frente Polisario, Brahim Gali.
Argelia y China no sólo han unido fuerzas respecto al Sáhara, sino que han cerrado un acuerdo para sumar a Argelia al proyecto de la Nueva Ruta de la Seda
En el otro lado, está el enfado de Argelia, cuya primera reacción ha sido calificar el cambio de postura española como una segunda traición a los saharauis y llamar a consultas a su embajador, Said Moussa. Asimismo, se ha hecho con un gran aliado en su defensa del Sáhara Occidental: los ministros de Asuntos Exteriores de Argelia y de China, Ramtán Lamamra y Wang Yi, respectivamente, han defendido “una solución duradera y justa en el marco de la legalidad internacional, en particular de las resoluciones pertinentes de Naciones Unidas”, en un comunicado. Y no sólo han unido fuerzas respecto al Sáhara, sino que han cerrado un acuerdo para sumar a Argelia al proyecto de la Nueva Ruta de la Seda, la propuesta china para aumentar su interconexión con África, Europa y el resto de Asia, y lo esperan firman lo antes posible.
A la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, no le gusta la “enorme opacidad” e “incoherencia” del PSOE, por cambiar de postura sobre el Sáhara sin dar explicaciones y sin contar con su socio de Gobierno (Unidas Podemos). Es más, le ha recordado a Sánchez que hay que cumplir las resoluciones de Naciones Unidas y que quien se está desmarcando de ellas es el PSOE, pero no romperá el Gobierno, porque el acuerdo señalaba que las decisiones en política exterior las tomaba Sánchez y que dicha política la marcaba él y el ministro de Exteriores, José Manuel Albares.
En Argelia, tiene una fuerte presencia Cepsa, destacando tres proyectos de exploración y producción de petróleo, y su participación en un campo de gas natural. Además, Naturgy es el dueño del 49% del gasoducto Medgaz, junto a un fondo ligado a BlackRock
Por su parte, Nadia Calviño, vicepresidenta primera y titular de Economía, ha asegurado que Argelia va a seguir suministrando gas a España. Menos mal, porque es nuestro principal suministrador (con cerca del 40% del total), aunque en los dos primeros meses de este año le ha ganado EEUU gracias a la fuerte exportación de gas natural licuado (GNL) que llega en metaneros a las plantas de regasificación, según los últimos datos de Enagás, pero ojo, porque el GNL es más caro que el gas que llega a través de los gasoductos. Calviño ha destacado que Argelia es un socio “muy importante” con el que “estamos trabajando constantemente en un diálogo permanente”, y que será Albares quien comparecerá públicamente para hablar sobre el Sáhara (lo hará el miércoles en el Congreso de los Diputados).
En Argelia, tiene una fuerte presencia Cepsa desde 1987 y es socio de la empresa argelina de exploración de hidrocarburos Sonatrach desde 1992. Actualmente, tiene tres proyectos de exploración y producción de crudo en la cuenca de Berkine que cuenta don una producción de más de 110.000 barriles diarios equivalentes: Rhourde el Krouf (RKF); Ourhoud, el segundo campo más grande de Argelia y Bir el M’sana (BMS). Cuenta con contratos en hidrocarburos en vigor hasta 2040 y también una relación comercial en gas natural y GNL, y participa en el campo de gas natural de Timimoun. El país africano es el tercero con mayor número de empleados de Cepsa, con 115, tras los de España (3.139) y los de Portugal (341), de una plantilla que cerró 2021 en 9.820 personas; y también el tercero que más ha aportado al beneficio neto (108 millones de euros), después de España (179 millones) y Colombia (112 millones). Eso sí, ya no es el dueño del 42% del gasoducto Medgaz: se lo compraron Naturgy y Sonatrach (la primera controla el 49% a través de un vehículo en el que dio entrada a un fondo energético ligado a BlackRock y la segunda posee el 51% restante).