A Nayib Bukele, el presidente de El Salvador, su pueblo le quiere...igualito que a Sánchez.

Criticado por organismos internacionales de derechos humanos, el pasado 14 de julio, El Salvador negó ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) las acusaciones de las organizaciones humanitarias sobre atropellos a los derechos humanos, acoso a la prensa y torturas.

Lo cierto es que los salvadoreños están encantados con las políticas contra la delincuencia de su presidente -que son envidiadas por los ciudadanos de otros países-, porque antes les mataban en la calle y ahora los delincuentes pandilleros cada vez lo tienen más difícil.