Si algún invitado resultaba pertinente en este Congreso CEDE de ejecutivos españoles que se celebra en Granada es Shlomo Ben Ami, ex embajador de Israel en España, de donde salió para convertirse en ministro de Asuntos Exteriores en Jerusalén.
Shlomo Ben Ami sigue siendo un israelita, pero, como buen judío y aunque sea un creyente en su pueblo -mejor sería que fuera un fervoroso creyente en su Dios, Yavé-, Ben Ami sabe tomar distancia y entrar en un análisis general de la guerra de Gaza... como si no fuera con él.
Y la reflexión más general que ha hecho Shlomo Ben Ami en el Congreso CEDE ha sido este: la economía ya no influye sobre la política, es al revés. Esto es tremendo pero me temo que cierto. Cierto y durísimo: cuando manda la economía manda el interés pero cuando impera la política manda, no pocas veces, la más repugnante voluntad de poder, entendido como capacidad de infligir daño.
Y así, Ben Ami habla de dos bloques enfrentados: por un lado China, Rusia e Irán (se ha olvidado de India y del resto de los BRICS, ahora ampliados). Por el otro, y aquí quizás resulte demasiado optimista, asegura don Shlomo que Arabia Saudí, Egipto y Jordania son aliados de Occidente. Yo no estaría tan seguro, sobre todo del saudí Bin Salman, pero supongo que don Salomón hace de la necesidad, virtud. De hecho, en un giro argumental muy propio del embajador israelí más conocido en España, Ben Ami asegura que Irán ha conseguido crear un cerco en torno a Israel. En Siria hay hoy "un despliegue de fuerzas iraníes" que forman parte de ese cerco a Israel. Y esta cuestión no resulta baladí de cara a la conclusión del exministro israelí, en el caso de que Israel se vea obligado a defenderse del Líbano. Al fondo, repito, la amenaza latente de que Israel se vea obligado a usar armamento nuclear del que, oficialmente, carece.
Además, y esta es la guinda de la tarta de don Salomón: "ya no existen hoy victorias militares gloriosas. Que se lo pregunten a EEUU en Afganistan o en Irak o que se lo pregunten a Rusia en Ucrania".
Hoy la retaguardia es el frente. Es guerra de misiles, no de acorazados.
"No conozco muchos casos en la historia donde la diplomacia haya evitado una guerra, Generalmente la diplomacia tiene éxito después de la guerra, no antes. Se requirieron dos guerras mundiales para llegar a la Unión Europea".
El mundo ha cambiado: la economía ya no influye sobre la política, es al revés
Más: Estados Unidos tiene un gran presidente, asegrua Ben ami, que se ve obligado a apostillar... "a pesar de los muchos que le recuerdan sus muchos años", es decir, de los que aluden a la senilidad de Joe Biden. Ahora Ben Ami aplaude su decisión de mover "sus portaviones hacia el este del Mediterráneo" y esto porque sabe que está ante "un conflicto global".
Según él, y esto exige un acto de fe en 'Yayoyou' -la Iglesia católica no exige tanto- lo ha hecho "para disuadir a Hezbolá de atacar a Israel... porque los pro-iraníes tienen en el Líbano 150.000 misiles... si los emplean contra Israel, el Estado judío, antes de ser aniquilado podría tener una reacción" que, atención, Shlomo Ben Ami no duda en calificar como "apocalíptica". ¿Referencia expresa al uso de armamento nuclear por parte de Israel? Pues sí, eso parece.
Observen el conocido pesimismo judío: "Kant escribió la 'Paz Permanente' que puede llegar por la inteligencia humana o por una hecatombe. El hombre sólo sabe hacer la paz por la segunda vía: el hombre sólo sabe hacer la paz tras una guerra".
Y sobre la guerra de Gaza de ahora mismo, una advertencia: un crimen de guerra es disparar contra la población civil, no contra el enemigo, cuando se esconde tras la población civil. Lo primero lo hacen los israelíes, lo segundo, los palestinos. Pues eso.