Decíamos en Hispanidad que Occidente pretende, de nuevo, terminar con Bashar Al Asad, el hombre que respeta la libertad religiosa de los cristianos. Quienes le atacan, apoyados por Erdogan, no son más que los fanáticos islámicos de siempre: Al Qaeda y el Estado islámico.

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Lo confirman casos como el del obispo cristiano Afram Maalouli, quien hace frente a dichos islamistas que amenazan con decapitarle: no tiene miedo y no huirá de Aleppo ni abandonará a los cristianos de la ciudad.

Mientras, un cristiano sirio publica un contundente mensaje en sus redes sociales: