Como ha venido explicando Hispanidad, en Siria, yihadistas islámicos -o sea, terroristas y fanáticos varios- han tomado el poder, terminando con el régimen de Bashar Al-Asad, que ha huido a Moscú. 

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Los yihadistas están liderados por Mohamed al Jawlani, un terrorista yihadista, por cuya cabeza ofrecía Estados Unidos 10 millones de dólares, y que puede convertirse en el hombre fuerte de Siria, tras la caída de Al-Assad.

La consecuencia principal es que, si bien los cristianos sirios con el dictador Al-Asad disfrutaban de libertad para poder practicar su religión, con la llegada de los yihadistas al poder esa situación podría cambiar radicalmente. 

O sea, que puede ocurrir que esa libertad vaya a terminar y no sólo eso: que los creyentes en Cristo empiecen a sufrir una salvaje persecución, que es lo que pasa allí donde toman el poder los yihadistas, sean estos del Estado Islámico o de Al Qaeda. 

Y es lo que parece que ha empezado a ocurrir, si hacemos caso a estas informaciones aparecidas en redes. Por ejemplo, el asesinato, a manos de los recién llegados al poder, de dos cristianos en un pueblo de Siria, que sigue al asesinato de un matrimonio de cristianos sirios en su casa de Al-Jamasliyye, en el ‘Valle de los Cristianos’.

Esta misma cuenta de X asegura que los cristianos sirios están evitando las celebraciones navideñas por miedo al nuevo régimen islamista.

Por su parte, el padre Bahjat Karakach, párroco de la iglesia de San Francisco de Asís, en Alepo, ha contado a AsiaNews: "Los cristianos siguen perplejos ante todo lo que está ocurriendo: comienzan a hacerse evidentes diversos signos de islamización del país, por ejemplo, se ha celebrado una oración pública con gran número de participantes en las aulas de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Damasco; en diversos puestos de control se pide expresamente a las mujeres cristianas que lleven velo, y a los conductores que retiren todos los signos religiosos cristianos; se alzan diversas voces a favor de la separación de sexos en los espacios públicos, etc.". Aunque también hay ejemplos de solidaridad por parte de los musulmanes, añade este párroco.

A todo esto hay que añadir las recientes declaraciones de obispos cristianos en Siria. Yohanna X Yazigi, patriarca greco-ortodoxo de Antioquía, ha reivindicado la historia cristiana del país (recoge la agenda Fides): “Estamos aquí en Damasco, en la calle recta de Al-Marymiya, junto a la mezquita de los Omeyas, y decimos al mundo que nosotros, como cristianos, venimos de la tierra del Levante y de los cedros del Líbano... de los espacios de Homs y de la historia auténtica de Alepo, de las ruedas hidráulicas de Hama y del rugido de los manantiales de Idlib, del mar de Latakia y del Éufrates de Deir ez-Zor. No somos huéspedes en esta tierra, y no somos hijos de hoy ni de ayer. Venimos de Antioquía de los Apóstoles, de esta tierra que ha impregnado el Universo con el nombre de Jesucristo”. Y añadió: "Al ser cristianos, hay persecución y masacres contra nosotros, pero Dios nunca nos deja solos": 

Por su parte, el arzobispo de Alepo de los maronitas, monseñor Joseph Tobjie, señala que por el momento no se puede "hablar de un país seguro y en paz", recoge Religión en Libertad. 

Así pues, por a poco, y al contrario de lo que algunos medios pretenden vender, comienza la percusión sangrienta a los cristianos en la nueva Siria, que era lo que se preveía tras la llegada de unos yihadistas al poder. 

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