Suecia se ha convertido este jueves en el miembro número 32 de la OTAN, una adhesión significativa, aunque no tanto como la de Finlandia, sellada hace ahora casi un año, en abril de 2023, porque Suecia, a diferencia de su vecino, no hace frontera con Rusia.
Sea como fuere, la incorporación de Suecia a la Alianza Atlántica se produce en un momento en el que nadie pide la paz para Ucrania y, al mismo tiempo, cunde la idea en la OTAN de que Rusia prepara una invasión de Europa.
Y en el horizonte, la mayor amenaza de todas: la guerra nuclear.