Ayer contábamos que la 'fascista' Meloni había hecho público su Gobierno y una de las novedades es el cambio de nombre del Ministerio de Transición Ecológica, que pasa a llamarse de Medio Ambiente y Seguridad Energética, que tendrá a la cabeza a Gilberto Pichetto Fratin, considerado cercano al ahora vicepresidente Antonio Tajani: está a favor del impuesto único, la reintroducción de la energía nuclear en Italia y en contra del impuesto al plástico.
Un cambio de tendendia que ahora parece que no es único de una peligrosa ultraderechista como Meloni. Ahora, el nuevo Gobierno de la progre Suecia ha suprimido el Ministerio de Medio Ambiente, presente en el país desde hace 35 años, algo que situaba a Suecia como uno de los países líderes en temática ambiental.
La cartera se integrará en el Ministerio de Energía, Empresas e Industria, que estará dirigido por Ebba Busch, de los Demócratas Cristianos que ha llegado a afirmar que se había dado "demasiado peso" a cuestiones ambientales en los anteriores gobiernos y que "si queremos resolver las cuestiones climáticas, se trata de transformar la industria y el sector del transporte", por lo que se trabajará en las necesidades del sector económico, industrial y energético.
Y recuerden que Alemania, también muy progre y muy verde, ya anunció que retrasaba el apagón nuclear que iba a culminar el próximo 31 de diciembre unos meses, hasta el próximo 15 de abril. A principios de agosto, el propio Scholz se abría a la rectificación, señalando que “puede tener sentido” retrasar el apagón nuclear.
Y como ha explicado a la perfección Cristina Martín en Hispanidad, actualmente, la energía nuclear está al alza... pero no en España, tristemente: se puede ver en planes de construcción en varios países y en que el productor de uranio Cameco y el fondo Brookfield han comprado Westinghouse por 8.100 millones de euros. Nuestro país tiene un calendario de cierres progresivos para sus siete reactores nucleares entre 2027 y 2035, pero no debe tomar nota del error alemán de prescindir de esta energía sino rectificar su adiós y prolongar su vida útil: es una energía que casi no emite CO2 y que proporciona electricidad de forma estable, garantizando el suministro.
Y por cierto, a lo largo de toda su vida útil, la nuclear emite menos de 4 gramos de CO2 equivalentes por kilovatio hora, 13 veces menos que la solar fotovoltaica, y encima su huella física es mucho menor. Además, para levantar parques de renovables también se talan árboles. ¡Eso no es cuidar el planeta!
Un cambio que apunta a que el mundo va hacia la nuclear, que parece harto de la ruina a la que lleva las políticas climáticas y que no aguanta más tonterias. Un cambio de rumbo que parece que no veremos en España con la verde ministra Ribera a la cabeza.