El pasado mes de septiembre, el presidente estadounidense, Joe Biden, anunció que todas las empresas de más de cien empleados estarían obligadas a adoptar mandatos de vacunación obligatoria para sus trabajadores, o bien someterlos a pruebas semanales de detección de Covid-19.
La vacunación obligatoria se ha convertido en un mantra indiscutible para la progresía mediática. Con el apoyo entusiasta de la Casa Blanca y de los Estados y las principales ciudades controlados por los demócratas, la persecución contra aquellos que han mostrado reparos a vacunarse ha devenido en una cacería sin control.
De nuevo, Joe Biden y los demócratas ponen en solfa la libertad en EEUU
Como ejemplo de ello, encontramos empresas como la aerolínea estadounidense United Airlines, que ha anunciado que despedirá a los 232 empleados que se han negado a recibir la vacuna. Desde el principio, el sector aéreo ha sido uno de los más presionados para la imposición de la vacunación obligatoria, incluso contra la propia voluntad de empleados y directivos. En este punto, cabe recordar que el CEO de la aerolínea Southwest Airlines afirmó que él estaba en contra de obligar a sus empleados a vacunarse contra el Covid.
Pero las represalias contra la libertad no quedan ahí, en el sector sanitario, Northwell Health, el mayor proveedor de servicios sanitarios de Nueva York, ha anunciado el despido de los 1.400 empleados que han optado por no vacunarse.
En el plano deportivo, la estrella de la NBA, Kyrie Irving, ha sido suspendido por su club, los Brooklyn Nets, hasta que se vacune. La NBA ha apoyado la decisión del club, y ha indicado que, a los jugadores que no puedan jugar por no estar vacunados, se les retendrá el salario.
No obstante, desde el Partido Republicano, cada vez son más las voces que se oponen a las órdenes de vacunación obligatoria. Así, en respuesta a la decisión de la Casa Blanca, el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, ha emitido una orden ejecutiva prohibiendo que cualquier entidad empresarial de su Estado pueda establecer mandatos de vacuna obligatoria tanto para empleados como para clientes o consumidores. La cuestión no es baladí, ya que Texas, con más de 29 millones de habitantes, es el segundo Estado más poblado del país.
Y aunque no lo crean, y pese a lo defendido por la progresía mediática, Abbott no es un negacionista desequilibrado, y ha continuado señalando que “la vacuna es segura y efectiva, pero que debería ser voluntaria y que nadie puede ser obligado a vacunarse”.
Wyoming, donde el gobernador Mark Gordon y la Fiscal General Bridget Bill han anunciado que su Estado se opondrá en los tribunales al mandato de vacunación para las empresas privadas que exige la Casa Blanca
La decisión de Texas ha contado con el respaldo de otros Estados republicanos. En particular, cabe destacar el de Wyoming, donde el gobernador Mark Gordon y la Fiscal General Bridget Bill han anunciado que su Estado se opondrá en los tribunales al mandato de vacunación para las empresas privadas que exige la Casa Blanca.
Al margen de la dudosa constitucionalidad de los mandatos de vacunación obligatoria, los mismos pueden tener efectos perniciosos en diversos ámbitos. En Chicago, una de las ciudades más asoladas por la ola de crimen sin control que arrasa el país, el jefe de uno de los principales sindicatos del Departamento de Policía de la Ciudad ha advertido que las fuerzas policiales podrían reducirse a la mitad de su capacidad, cuando entre en vigor el mandato de vacuna o test obligatorio para los agentes de policía, acordado por el Ayuntamiento de la ciudad, liderado por la demócrata Lori Lightfoot, una de las alcaldesas más sectarias de la nación.
El jefe de uno de los principales sindicatos del Departamento de Policía de la Ciudad ha advertido que las fuerzas policiales podrían reducirse a la mitad de su capacidad, cuando entre en vigor el mandato de vacuna o test obligatorio para los agentes de policía
Y este problema también podría afectar a los hospitales. Así, el CEO del Hospital del Scotland County en Memphis, el Doctor Randy Tobler, ha anunciado que no forzará a sus empleados a vacunarse, porque ello supondría que dejaran su trabajo y una merma de efectivos que no será posible asumir.
De nuevo, Biden y los demócratas ponen en solfa la libertad en EEUU.