China explota a los niños en la República Democrática del Congo, obligándoles a trabajar en condiciones peligrosas para extraer el cobalto que alimenta los dispositivos electrónicos y los coches eléctricos, según declararon esta semana los testigos en una audiencia del Congreso sobre violaciones de los derechos humanos, recoge Infocatólica de CNA.
El abogado congoleño de derechos civiles Hervé Diakiese Kyungu declaró en la audiencia que los niños son objeto de tráfico y explotación debido a su pequeño tamaño.
Las minas artesanales «a menudo no son más que estrechos pozos excavados en el suelo, por lo que se recluta a los niños -y en muchos casos se les obliga- a descender a ellas, utilizando sólo sus manos o herramientas rudimentarias sin ningún equipo de protección, para extraer cobalto y otros minerales», dijo.
Los niños suelen estar expuestos a minerales radiactivos, lesiones y enfermedades mortales y dolorosas mientras trabajan en la extracción del valioso mineral. «No se les remunera y se les explota, y el trabajo suele ser mortal, ya que los niños tienen que arrastrarse por pequeños agujeros excavados en la tierra», declaró Kyungu, añade Infocatólica de CNA.
La República Democrática del Congo (RDC) produce más del 70% del cobalto del mundo, del cual entre el 15% y el 30% se produce en minas artesanales
Los representantes chinos no son inversores pasivos, sino que están en el lugar, supervisando las operaciones. Una de estas minas situada en Kasulo es propiedad de la empresa china Dongfang Congo Mining. Los mineros artesanales congoleños suelen ser propietarios de las minas sólo de nombre. Las empresas chinas son las verdaderas propietarias y operadoras de las minas, responsables de las condiciones inhumanas.
«Oficialmente se supone que las minas artesanales son propiedad de ciudadanos congoleños que trabajan en “cooperativas”. En realidad, venden el producto extraído de ellas a los chinos y a otros extranjeros, como pakistaníes o indios. Sin embargo, la inmensa mayoría de este mineral se trafica a través de intermediarios chinos».
El padre Rigobert Minani Bihuzo, sacerdote católico que ha trabajado para denunciar el trabajo infantil y las violaciones de los derechos humanos en el sector minero de la RDC, dio testimonio de las peligrosas condiciones de trabajo en las minas.
«Trabajan siete días a la semana y más de 12 horas al día. Utilizando herramientas como martillos, cinceles y palas, sus condiciones de trabajo son como las de la esclavitud. Las lesiones son frecuentes y, para los que se lesionan o enferman, la falta de atención médica significa que "la mayoría morirá debido a diversas enfermedades no tratadas”», recoge infocatólica de CNA.
La República Democrática del Congo (RDC) produce más del 70% del cobalto del mundo, del cual entre el 15% y el 30% se produce en minas artesanales. Este metal se puede mexclar con otros dando lugar a aleaciones, mostrando resistencia a la corrosión, las altas temperaturas y la oxidación; se puede magnetizar; y es un gran catalizador químico. En aleacciones con otros metales se utiliza con muchos fines industriales, por ejemplo, en la fabricación de: motores a reacción y motores de aviones, turbinas que funcionan a gas, armamento militar, herramientas de corte -como máquinas perforadoras-, cintas magnéticas, imanes, audífonos, brújulas, microfonos, dispositivos electrónicos y baterías (forma parte de los circuitos y semicondutores de ordenadores, móviles y otros aparatos, asi como de las baterías de coches eléctricos), etc. Al tener potencial como catalizador químico se utiliza en la industria petrolera y su resistencia a la corrosión y la oxidación es muy útil para recubrir otros metales y cables, así como en la elaboración de secantes de pinturas, esmaltes y barnices, o en la protección de joyería. El cobalto también se usa en la fabricación de herramientas para cirugía y aparatos de uso odontológico e incluso en la radioterapia en pacientes con cáncer y en la esterilización gamma de ciertos artefactos médicos.