Rafael Nadal ha declarado sobre el serbio Novak Djokovic, quien se encuentra detenido en la habitación de un hotel por las autoridades australianas por negarse a vacunarse contra el Covid, lo siguiente: "Creo que si quisiera, estaría jugando aquí, en Australia, sin ningún problema. Él tomó sus propias decisiones y todos son libres de tomar sus propias decisiones, pero luego hay algunas consecuencias".
Pues esta vez, y siento decirlo, es Djokovic quien acierta y Nadal el que se equivoca. El serbio, número uno del tenis mundial, me cae antipático pero tiene todo el derecho a no vacunarse y a que por ello no le encierren como si fuera un delincuente. Tiene derecho a resistirse a la indudable tiranía sanitaria que nos quieren imponer el Nuevo Orden Mundial (NOM), es decir, la progresía imperante.
Es cierto que las leyes hay que cumplirlas pero antes hay que cumplir con la recta conciencia y con la justicia... y el primer deber de un gobernante es derogar las leyes injustas
El primer ministro Australiano, Scott Morrison, otro progre al que le encanta el proscenio, aseguró que "La visa del señor Djokovic fue cancelada. Las reglas son las reglas, especialmente cuando se trata de nuestras fronteras. Nadie está por encima de la ley. Nuestra fuerte política de fronteras ha sido clave para que Australia tenga uno de los índices de muerte por COVID-19 más bajos del mundo, seguiremos siendo vigilantes en esto".
Lo de la presunta victoria australiana en muertos por Covid es cosa de mucho mirar, señor Morrison, pero lo que está claro es que su Gobierno ha convertido Australia en una cárcel con la excusa del virus y la necedad de la irresponsabilidad y la solidaridad... forzadas.
Más: es cierto que las leyes hay que cumplirlas pero antes hay que cumplir con la recta conciencia y con la justicia. Y el primer deber de un gobernante es modificar las leyes injustas.
La verdad es que ningún poder humano, puede librarnos de la enfermedad y mucho menos de la muerte. El dictador del siglo XXI es el político que asegura actuar para "salvar vidas"
El padre del tenista serbio, Srdjan Djokocvic, ha asegurado que el Covid se ha convertido en una "lucha por la libertad en el mundo". Otro que me cae gordo (especialmente por su estúpida comparación de Djokovic con Hesuristo) pero aquí acierta de pleno. En efecto, la tiranía del futuro, ahora ya del presente, se perpetrará -ya se está perpetrando- en nombre de nuestra salud y de nuestra seguridad... que para quien está poseído por el pánico supone la misma desesperación. Es la batalla ideológica de nuestro tiempo: luchar porque no nos conviertan en esclavos zombis a costa de prometernos gozar de buena salud.
La verdad es que ningún poder humano, ningún régimen, ni autoritario ni democrático, puede librarnos de la enfermedad y, mucho menos, de la muerte. El dictador del siglo XXI es el político que asegura actuar para "salvar vidas".
Esta vez, Djokovic acierta, Nadal se equivoca.