Tras la publicación del resultado electoral en Venezuela por parte del Consejo Nacional Electoral venezolano (CNE), que ha dado el 51% de los votos al dictador Nicolás Maduro y un 44% al opositor Edmundo González, la certeza de que ha habido pucherazo electoral se hace cada vez más clara. 

El CNE ha otorgado supuestos 5,1 millones de votos a Maduro y 4,4 millones de votos a González. Pero no se lo cree nadie. Y las reacciones han comenzado a producirse.

El propio interesado, Edmundo González, aseguraba haber ganado con el 70% de los votos y denunciaba: "Aquí se han violado todas las normas, al punto de que aún no han sido entregadas la mayoría de las actas". "No descansaremos hasta que la voluntad del pueblo de Venezuela asea respetada". 

Mientras que la opositora inhabilitada y verdadera líder de la oposición, María Corina Machado, decía: "Sabemos lo que hoy pasó". 

El dictador Nicolás Maduro se ha apresurado a celebrar su pucherazo: "El fascismo en Venezuela no pasará".

Una reacción muy llamativa ha sido la del presidente chileno Gabriel Boric, reconocido izquierdista, que ha vuelto a arremeter contra la dictadura venezolana: "El régimen de Maduro debe entender que los resultados que publica son difíciles de creer. La comunidad internacional y sobre todo el pueblo venezolano, incluyendo a los millones de venezolanos en el exilio, exigimos total transparencia de las actas y el proceso, y que veedores internacionales no comprometidos con el Gobierno den cuenta de la veracidad de los resultados. Desde Chile no reconoceremos ningún resultado que no sea verificable". 

Otro Gobierno izquierdista, el peruano, también ha manifestado sus dudas sobre los resultados, por boca de su ministro de Exteriores, Javier González-Olaechea, que ha condenado "en todos sus extremos la sumatoria de irregularidades con voluntad de fraude por parte del Gobierno de Venezuela". Y "ante los muy graves anuncios oficiales de las autoridades electorales venezolanas", ha llamado a consultas a su embajador en Caracas.

No menos relevante ha sido la reacción del secretario de Estado de EEUU, Anthony Blinken: “Tenemos serias preocupaciones de que los resultados anunciados no reflejan el deseo o los votos del pueblo venezolano… la comunidad internacional está observando de cerca y actuará acorde”.

En España, el Gobierno ha mostrado una reacción disimulada e hipócrita ante el pucherazo y el ministro de Exteriores José Manuel Albares ha señalado: "Nosotros queremos una total transparencia y por eso pedimos una publicación de las actas mesa por mesa. No tenemos un candidato. Queremos que se garantice la transparencia. La clave es esa publicación de los datos mesa por mesa para que puedan ser verificables".

Y es que cabe retirar que el expresidente Jose Luis Rodríguez Zapatero (PSOE), uno de los más firmes defensores de la autocracia de Pedro Sánchez, es también uno de los más firmes defensores de la dictadura chavista... 

Y decimos también que el Gobierno español ha tenido una reacción hipócrita ante los presuntos resultados en Venezuela porque no ha dicho ni mu ante los atropellos a los que sometió la dictadura venezolana a los políticos españoles de PP y Vox que se desplazaron al país caribeño y fueron tratados como delincuentes por el régimen. 

Otros mandatarios hispanoamericanos han reaccionado también. Por ejemplo, el argentino Javier Milei: "Argentina no va a reconocer otro fraude" en Venezuela: "Dictador Maduro, afuera".

Asimismo, el presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, ha apuntado que "Venezuela merece resultados transparentes, certeros y apegados a la voluntad de su pueblo". "Recibimos con muchas dudas los resultados anunciados".

Por su parte, el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, ha lamentado que "era un secreto a voces" que el chavismo se impondría en los comicios tras un proceso electoral "viciado" desde el primer momento. 

Mientras que el presidente de República Dominicana, Rodrigo Chaves, ha señalado que la supuesta reelección de Maduro es "fraudulenta":

Los venezolanos también han empezado a reaccionar ante el pucherazo, con una cacerolada en la capital, Caracas:

Y el español ZP, de asesor del tirano.