La división de la sociedad estadounidense es absoluta. El presidente Joe Biden con su política de acoso y derribo contra el expresidente Donald Trump y la oposición republicana, ha hecho que Estados Unidos se encuentre en uno de los momentos de mayor fragmentación de su historia, con un progresismo radical que destroza el imperio de la ley.
Así, esa profunda separación entre la América progresista y la América tradicional cristiana hace que sea imposible predecir quién resultará victorioso en los próximos comicios presidenciales, para los que apenas quedan nueve meses. Si bien todavía no es oficial, todo apunta a que veremos un nuevo duelo entre Biden y Trump. Una auténtica cita para la historia, dado que habría que remontarse hasta el siglo XIX, cuando el entonces expresidente Grover Cleveland se midió al presidente Benjamin Harrison, quien le había arrebatado la Casa Blanca en las presidenciales cuatro años antes. Cleveland se cobró la venganza y le venció en 1892, convirtiéndose, hasta la fecha, en el único presidente que ha ejercido en dos mandatos no consecutivos, una hazaña que aspira a repetir Donald Trump… 132 años después.
Todo apunta a que veremos un nuevo duelo entre Biden y Trump. Una auténtica cita para la historia, dado que habría que remontarse hasta el siglo XIX, cuando el entonces expresidente Grover Cleveland se midió al presidente Benjamin Harrison, quien le había arrebatado la Casa Blanca en las presidenciales cuatro años antes,... y se cobró la venganza
Pero sin duda, hay preocupación en las filas demócratas, porque el expresidente Donald Trump se encuentra dos puntos por encima de Joe Biden a nivel general, y muy particularmente, porque el republicano supera al demócrata en la mayoría de los siete Estados clave que decidirán la Casa Blanca. Así, Trump goza de una ventaja de entre 4 y 9 puntos en Arizona, Georgia, Nevada, Michigan y Carolina del Norte. También se encuentra por delante, con menos diferencia, por 0,3 puntos en Wisconsin. Biden únicamente estaría por delante en Pensilvania, con una ventaja de 0,3 puntos. De cumplirse estas encuestas, Trump recuperaría la Casa Blanca. Según los sondeos, en los Estados clave serán la economía y la crisis en la frontera los factores que decidan las elecciones, algo que a priori perjudicaría a Joe Biden.
Biden sigue sin tener rival alternativo en las primarias demócratas, y dado que cada día se acerca más la fecha de las elecciones, no parece que nadie le vaya a disputar la candidatura… para la desazón de algunos analistas demócratas. Pero es que la falta de banquillo en la formación progresista es palmaria. Sin duda, a pesar de sus 81 años y su notable deterioro cognoscitivo, Biden sigue siendo la mejor y probablemente la única baza de los demócratas para retener la Casa Blanca.
A pesar de sus 81 años y su notable deterioro cognoscitivo, Biden sigue siendo la mejor y probablemente la única baza de los demócratas para retener la Casa Blanca. Y en el lado republicano, Trump se ha alzado ya con las dos primeras victorias en las primarias de Iowa y Nueva Hampshire, y sólo le queda un rival (Nikki Haley)
En el flanco republicano, Donald Trump se ha alzado ya con las dos primeras victorias en las primarias de Iowa y Nueva Hampshire, y solo queda un rival en las elecciones internas, Nikki Haley, quien se niega a retirar su candidatura, a pesar de que Trump, con un 72% de un intención de voto, le supera en más de cincuenta puntos, dado que Haley no alcanza ni el 20%. Esta abrumadora diferencia, una vez retirados los principales candidatos de las primarias, que han unificado el voto hacia Trump como Ron DeSantis, Vivek Ramaswamy o Tim Scott, acredita que el trumpismo es la fuerza hegemónica en el Partido Republicano, mientras que el viejo establishment neocon que abandera Haley apenas representa a uno de cada cinco republicanos.
Y el golpe final para Haley puede tener lugar en las próximas primarias de Carolina del Sur, el Estado natal de la republicana del que fue además gobernadora, donde Trump le aventaja en 27 puntos. Una dura derrota aquí podría poner fin a su candidatura… o no. Lo cierto es que la campaña de Haley es una comparsa hasta el punto de que en una entrevista esta semana, la candidata llegó a afirmar que “el objetivo en Carolina del Sur no es necesariamente ganar, sino hacerlo mejor que en Nueva Hampshire”. Unas manifestaciones sorprendentes que equivaldrían a decir que es buen resultado una medalla de plata en una carrera en la que solo hay dos atletas. Haley sabe que los republicanos no la quieren como candidata, únicamente está ahí, para el caso de una eventual inhabilitación de Trump… algo que en los tiempos que corren no puede descartarse, dado la persecución que sufre el expresidente en todos los frentes.