Donald Trump ha pasado al ataque y ha presentado una demanda colectiva contra Facebook, Youtube (Google) y Twitter por ejercer una “censura ilegal e inconstitucional”. Como recordarán, Facebook suspendió en junio la cuenta de Trump, con 35 millones de seguidores, hasta, al menos, 2023, una censura que ya le aplicó temporalmente en enero, cuando todavía era presidente, tras el asalto al Capitolio.
Ese fue también el pretexto utilizado por Twitter para cerrar su cuenta que contaba con unos 89 millones de seguidores. La censura de Youtube, propiedad de Google, fue anterior y se centró en vídeos del expresidente que cuestionaba el criterio de la OMS durante la pandemia, como si no se pudiera cuestionar, no solo los criterios de la Organización, sino su propia existencia.
El futuro de la demanda presentada ante la Corte Federal del Distrito Sur de Florida es incierto e incluye a los tres máximos responsables de las compañías, Mark Zuckerberg, Sundar Pichai y Jack Dorsey. “No hay mejor prueba de que las ‘big tech’ están fuera de control que el hecho de que prohibieron al presidente de Estados Unidos en funciones” expresarse en sus plataformas, afirmó.
A la hora de prohibir contenidos, estas empresas se amparan en una interpretación legal de la Sección 230 de la Ley de Decencia de las Comunicaciones, de 1996 que, según ellas, les permite eliminar contenidos obscenos o que violen los estándares propios de la plataforma, siempre que actúen de “buena fe”.
Curiosamente, sin embargo, la censura de Facebook, Google y Twitter siempre afecta a los mismos contenidos que, también curiosamente, se oponen a lo políticamente correcto o, si lo prefieren, al pensamiento único. Censurar mensajes críticos con la OMS y su criterio sobre la pandemia es un claro ejemplo de esto. ¿Cómo se explica, si no, que mientras censuran a Trump, esas mismas plataformas difunden los mensajes del líder supremo de Irán, Ayatollah Khamenei, que con frecuencia lanza soflamas sobre la muerte de EE.UU. o pidiendo el exterminio de judíos, según el periodista norteamericano Sean Hannity? Será porque no cuestiona a la OMS.
En cualquier caso bien por Trump. Si las redes sociales se atreven a censurar al presidente de los Estados Unidos, ¿con quién no se atreverán?