Los progres deberían reparar en por qué sus posturas resultan repugnantes a cada día más personas, tanto católicos como simples conservadores. Es curioso, la izquierda es la inventora de la autocrítica pero jamás la pone en práctica.
Es más: el progresismo no acepta que ha destrozado esa idea moral primaria que constituye la base de la democracia: ser capaz de considerar, no que el contrario tenga razón, sino que el contrario pueda actuar con rectitud de intención. Si no en todo, al menos sí en parte.
Insisto: no hablo de considerar que el de derechas tenga razón en algo. Eso ya es para nota. No, me refiero, simplemente, a que el izquierdista de hoy, cada día más sectario, no puede ni aceptar que el derechista, alguna vez, actúe con rectitud de intención.
Y ojo, para el izquierdista, tanto el cristiano como el patriota son ultras. Así, defender al concebido y no nacido, es decir, al ser más inocente y más indefenso de todos: resulta que, para el progre, es fascismo... y tiene bemoles la copla.
La izquierda debería abandonar su sectarismo: ser cristiano es ser un señor que no piensa como el progre... afortunadamente. Pero no es un ultra
Por otra parte -y ahí sí que los progresistas tienen una razón, aunque no tengan razón-, el progre considera un fachas al patriota. Digo que tiene una razón porque, en efecto, históricamente, el fascismo no es más que la deificación de la nación. El fascista o el nazi se siente superior al de otro país o al de otra raza, por la sencilla razón de que su nación, o su patria se han convertido en su religión, en su dios. Recuerden que tanto el nazismo como el fascismo eran ateos.
Ahora bien, eso no significa que todo aquel que ama a su patria -patriotismo viene de padre , estamos hablando de una virtud- sea un fascista. No creo que se merezca ulteriores explicaciones. Simplemente se ama a la patria porque es la sociedad que rodea desde tu nacimiento, forma parte de ti, es tu mundo. Sólo que la patria no es dios.
En la región alemana de Turingia ha triunfado la ultraderecha del AfD, Alternativa para Alemania. No es un movimiento cristiano sino nacionalista. No es nazi aunque está trufado de ese sentimiento de superioridad y de resentimiento hacia los vencedores de Alemania que estuvo en la raíz del nazismo.
No, AfD triunfa porque muchos alemanes están cansados, no de acoger al inmigrante, sino de la ingratitud del acogido que no pocas veces tiende a la delincuencia. Sencillamente, muchos alemanes se sienten despreciados en su propia patria. ¿Tan difícil es entender eso?
No todo aquel que ama a su patria es un fascista. Parece evidente pero el drama de nuestro tiempo consiste en que se hace necesario argumentar las evidencias
Dos conclusiones:
- El gran triunfo del pensamiento progresista -probablemente una contradicción ‘in terminis’- ha consistido en que la fe cristiana pueda ser calificada como ultraderechismo... que tiene bemoles la copla.
- Es verdad que el nacionalismo exacerbado degenera en fascismo, pero el que considera una la virtud del patriotismo sólo rebela que el mundo ha envejecido, porque las dos muestras de la decrepitud intelectual es el prejuicio y el sofisma. El patriotismo no es fascismo.
Y si combinamos ambos ‘logros’ del progresismo y lo aplicamos a España, resulta que, según el progresismo imperante, Vox es un partido ultra. Pues no, Vox es un partido cristiano, al menos es el único que pretende serlo, y Vox es un partido patriota, que no tiene por qué significar fascista. Y lo digo yo, un poco harto de que, al menos últimamente, los chicos de Abascal gusten más de hablar de formas que de fondo, de patria que de fe, algo muy poco cristiano.
La izquierda debería abandonar su sectarismo. Ejemplo: ser cristiano es ser un señor que no piensa como el progre... afortunadamente. Pero no es un ultra.