Los marxistas -rogelios, como diría el inolvidable Jaime Campmany- siempre han sido muy retorcidos a la hora de torturar.

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Maria Corina Machado, el alma de la resistencia venezolana a la dictadura de Nicolás Maduro, dijo que iba a reaparecer el jueves día 9 en Caracas y así lo hizo. Se dirigió a los manifestantes desde el techo de una furgoneta, según costumbre y luego matones de Maduro le detuvieron, le obligaron a grabar videos, siempre según la oposición, y finalmente la liberaron para que no se diga que le tienen miedo. Es decir, detenida, humillada y liberada. Muy comunista, muy orwelliano (del Orwell de 1984). Esperemos que no neutralizada, porque esta mujer ha demostrado una valentía y un coraje que ya lo quisiéramos muchos varones.

Ahora toca el presidente electo Edmundo Gonzalez que buscaba un medio para llegar a Caracas el mismo viernes 10, en que Nicolás Maduro pretende ser re-investido como presidente a pesar de haber perdido las elecciones.

La reacción española, la antigua metrópoli de Hispanoamérica ha resultado una vergüenza de cobardía y de tibieza. ¿Qué podíamos esperar de un Pedro Sánchez y de un José Manuel Albares, en Venezuela pendientes de un Rodríguez Zapatero que trabaja para la tiranía bolivariana?

Hugo Chávez acusó a José María Aznar de promocionar un golpe de Estado en Venezuela. Pues bien, el chavismo sólo caerá por la fuerza o por la amenaza de la fuerza 

España debe recuperar su papel de metrópoli hispanoamericana... por el bien de Iberoamérica, pero el enemigo está dentro, se llama ZP.

 

No se engañen, a tiranías comunistas como la de Cuba, Nicaragua o Venezuela -ojo, y cada vez más, México y Colombia, que son países más relevanes por su población- sólo se las tumba por la fuerza o por la amenaza directa de la fuerza. Es la única forma de destronar a homicidas tan cínicos como los chavistas venezolanos.

Por su parte, el canciller español, José Manuel Albares, tan presto a defender el fundamentalismo islámico de Hamas, ha tardado días en hablar y sólo al final ha enviado una protesta tibia, melindrosa, por la detención de Corina Machado. Sin comentarios.

Hugo Chávez acusó a José María Aznar de promocionar un golpe de Estado en Venezuela. No sé hasta qué punto fue cierto, pero eso es exactamente lo que había que hacer ahora mismo: un golpe de Estado de verdad, no como los espantajos que él denuncia, para derribar a Nicolas Maduro y a su matón, Diosdado Cabello Rondón.

¿Qué con un golpe de Estado puede correr la sangre? ¡Pero si la sangre ya está corriendo, cada día, en Venezuela!

Mal, también, el neopresidente Donald Trump, que ha hablado tarde sobre Venezuela y tan sólo para decir que Edmundo González y Corina Machado deben seguir vivos y libres, Hombre Donald, esto no parece mucho. Trump debería superar cuanto antes su bobalicón racismo anti-iberoamericano y reparar su ignorancia de patán acerca del mundo hispano. Fue España quien hizo nacer Estados Unidos, Reino Unido llegó más tarde e hizo lo que siempre ha hecho el imperio inglés: no mezclarse con los autóctonos sino eliminar a los autóctonos. Donald, a ver si te enteras de que la Hispanidad es algo muy serio, no el patio de atrás de EEUU. Para desgracia de todos, China sí lo sabe.