Decíamos ayer que, en vísperas de la fraudulenta ceremonia de toma de posesión de la presidencia de Venezuela, el próximo 10 de enero, el dictador Nicolás Maduro está chantajeando a la comunidad internacional tomando a ciudadanos extranjeros como rehenes. 

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Como es bien sabido, el opositor Edmundo González, quien venció en las elecciones del pasado 28 de julio, también quiere tomar posesión como presidente legítimo del país, ese mismo 10 de enero.

Pero Maduro también quiere chantajear a Edmundo González, pegando donde más duele, es decir, a su familia, con una abyecta represión digna de ser enjuiciada en un tribunal penal internacional. Y lo que se le ha ocurrido a Maduro ha sido detener a su yerno, al marido de su hija: 

Lo mismo está haciendo el sátrapa con la otra líder de la oposición, escondida en Venezuela para no ser apresada, María Corina Machado, cercando la vivienda de su madre:

Pese a ello, la opositora declaró: “Si a mí me pasa algo la instrucción es muy clara: para mi equipo, para los venezolanos. Aquí nadie va a negociar la libertad”.

Así es como se refería el presidente de Vox, Santiago Abascal, al dictador Nicolás Maduro, tras conocer sus maniobras contar las familias de los opositores: 

Para apoyar a Edmundo González, nueve expresidentes hispanoamericanos del grupo Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA) se van a desplazar a Caracas, acompañándole. Se trata del expresidente colombiano Andrés Pastrana, Felipe Calderón y Vicente Fox (México), Jorge Quiroga (Bolivia), Mario Abdo Benítez (Paraguay), los panameños Ernesto Pérez Balladares y Mireya Moscoso, la costarricense Laura Chinchilla y el ecuatoriano Yamil Mahuad. 

Todos ellos, han sido declarados ‘persona non grata’ por la Asamblea Nacional de Venezuela, controlada por el chavismo.