Nicolás Maduro, espero que siguiendo los valiosos y bien remunerados consejos de José Luis Rodríguez Zapatero, se inventó un triunfo electoral frente a la oposición de Edmundo González y Corina Machado y ahora, para redondear la cuestión, se inventa un golpe de Estado que tendrá que reprimir -¡Pobre Nicolás!- sin "debilidad" alguna.

Y ojo que falta el ataque contra la Iglesia venezolana. Desde Jorge Urosa, el vencedor de Hugo Chávez, fallecido en septiembre de 2021, la Iglesia venezolana ha dejado de ser la guía del pueblo, al que ya sólo le queda el exilio

O sea, que se va a cargar, encarcelar, detener, humillar... a toda la oposición, a los ganadores de las elecciones para que nunca pueden vencerle otra vez. Maduro se coloca así en el lugar de todo tirano: ha mentido una vez y ahora tiene que mentir ciento.

También se coloca en la otra tesitura desfavorable: ese tipo de tiranos a los que sólo se puede expulsar por la fuerza, de los que ejecutan baños de sangre con sus profecías autocumplidas y su demagogia permanente, verdugos que se empeñan en pasar por víctimas, precisamente para justificar sus tropelías.

Tras el pucherazo, la represión y el totalitarismo reconfirmado. Mientras, Pedro Sánchez aplaude desde España y su principal agitador, José Luis Rodríguez Zapatero, cobra por asesorar al tirano Maduro.

Al sinvergüenza de Maduro no se le vence con la urnas sino con las armas. ¿Pero no ven que ya sólo le aplauden Pekín y La Habana? Su punto más débil es su cobardía, moral y física

¿Significa esto que Sánchez y Zapatero son amigos? Sí, amigos de conveniencia. Es más, si Sánchez se estrella, por ejemplo por el caso Begoña, el relevo de Sánchez puede ser Zapatero... ¡que Dios nos pille confesados!

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Volvamos a Venezuela. Ojo que falta el ataque contra la Iglesia venezolana. Desde el obispo Jorge Urosa, el hombre por el que Chávez sentía verdadera obsesión y al que venció en un duelo moral sin precedentes, el cardenal fallecido en septiembre de 2021, la Iglesia venezolana ha dejado de ser guía del pueblo, al que ya sólo le queda el exilio.

En cualquier caso, Maduro quiere acabar con la influencia del clero en el pueblo... y lo hará a lo leninista. Eliminando al clero y al laico comprometido con Cristo.

¿Qué tendría que hacer España? No reconocer al Gobierno venezolano y fomentar una gobierno en el exilio, en Madrid. Es lo que se puede esperar de la Madre Patria

Conclusión: al sinvergüenza de Maduro, tirano asentado en el poder, no se le vence con las urnas sino con las armas. ¿Pero no ven que ya sólo le aplauden Pekín y La Habana? Bueno, y Madrid, donde manda Sánchez. Su punto más débil es su cobardía, moral y física.

¿Qué tendría que hacer España? No reconocer al Gobierno venezolano y fomentar una gobierno en el exilio, en Madrid. Es lo que se puede esperar de la Madre Patria. No creo que lo hagan ni Sánchez ni Feijóo: les temblarían las piernas.