En un escrito, desvelado por el diario El País, Marruecos se quejaba de varias intervenciones del vicepresidente de Comisión Europea, Margaritis Schinas, en las que defendía la pertenencia a España de Ceuta y Melilla. El texto enviado por la diplomacia marroquí a la delegación de la UE en Rabat, contenía un anexo en el que se recopilaba "declaraciones hostiles" de Schinas sobre Marruecos y "las ciudades marroquíes de Ceuta y Melilla".
En respuesta, según fuentes diplomáticas, el Gobierno español ha enviado una nota verbal a Marruecos para quejarse por esa carta donde Marruecos asegura que Ceuta y Melilla son ciudades marroquíes. Al parecer, en la queja, España ha rechazado "categóricamente" el lenguaje utilizado por Marruecos: se ha dejado "muy claro" a Rabat que "las fronteras españolas, incluidas Ceuta y Melilla, están internacionalmente reconocidas".
Es decir, Marruecos dice que Ceuta y Melilla son marroquíes y nosotros respodemos con una nota verbal diciendo que estamos muy enfadadados: se escuchan las risas de Rabat desde Madrid. Todo ello cuando hace apenas una semana en Melilla se destapaba la supuesta trama de compra de votos por parte del partido pro-marroquí e islamista.
Y una vez más, el Gobierno español se olvida de los ceutís y melillenses, completamente abandonados. En resumen, el objetivo último está claro: que Ceuta y Melilla acaben en manos de Marruecos.
Marruecos quiere hacerse con Ceuta y Melilla, con ofensivas cada vez más agresivas donde usa a su población como carne de cañón. España mira hacia otro lado, olvidando a Ceuta y a Melilla y a los 700.000 marroquíes que viven en el país y que continúan sintiéndose, en su mayoría, fieles siervos de un déspota llamado Mohamed VI. Sánchez ha vendido ambas ciudades cuando vendió el Sáhara, pero no puede dejarlo tan claro, entonces mostramos nuestra oposición a las declaraciones de Marruecos, pero en bajito, no vayamos a molestar. ¿Y si militarizamos Ceuta y Melilla? Parece la única forma de parar a los agresivos musulmanes marroquíes.