Se cumplen tres años desde que el 19 de septiembre de 2021 cambió la vida del sur de la isla de La Palma: ese día empezó la erupción del volcán Tajogaite (nombre que oficializó el Cabildo de la isla el 9 de febrero de 2023, pues hasta entonces se denominó Cumbre Vieja), la cual se extendió durante 85 días, hasta el 13 de diciembre de ese mismo año. Sin embargo, sus consecuencias aún son patentes hoy, al tiempo que prosiguen las tareas de reconstrucción y cuando aún muchas ayudas no han llegado o son insuficientes, y muchas personas todavía no han podido volver a sus casas.

La conocida como isla bonita, y que forma parte del archipiélago canario, vivió hace tres años la que ha sido la erupción más larga de su historia desde que hay registros y hasta la fecha. Las coladas recorrieron kilómetros bajo el mar, arrasando a su paso más de 1.200 hectáreas de terreno (el equivalente a 1.200 campos de fútbol) -y de estas, 370 hectáreas de cultivo-, 1.345 viviendas y casi 1.700 edificaciones (entre ellas, la iglesia de San Pío X, el centro de salud y el colegio de Infantil y Primaria, en Todoque). 7.000 palmeros tuvieron que desalojar sus viviendas, de los que 2.329 se quedaron sin ellas, y aún quedan personas viviendo en hoteles, contenedores o casas modulares y de madera.

Hace unos meses, Amanda Melián, dueña de la conocida como ‘casa de la grieta’ que quedó semisepultada por la ceniza y se hizo famosa por la fotografía premiada con un Pulitzer que hizo el fotoperiodista Emilio Morenatti, señalaba que “nos dieron una vivienda provisional, pero no nos dejan acceder a la nuestra”. Esta vecina de la zona de Las Manchas quiere acceder hasta su vivienda para ver si puede recuperar algo, porque considera que “lo que no se llevó el volcán se lo llevará el tiempo” y no está dispuesta a perder su casa”. Ahora Melián ha decidido cubrir con un plástico su casa como protesta por las trabas burocráticas, pues si no le facilitan el acceso y los permisos para rehabilitar su casa, tampoco permitirá su uso como atractivo turístico y que los turistas continúen sacando fotografías. Desde hace tres años, vive con su familia en una vivienda de módulos prefabricados que le entregó temporalmente el Gobierno canario.

 

El pasado marzo, había ayudas del Estado que seguían sin llegar y el Ejecutivo canario aprobó dos decretos para proyectar una recuperación más ágil. Por un lado, acciones urgentes en materia de vivienda protegida para agilizar la construcción en los tres municipios afectados por el volcán (Los Llanos de Aridane, El Paso y Tazacorte). Y por otro, impulso de medidas para la recuperación económica y social, entre ellas, para los más de 600 agricultores afectados por la lava. “Los tres municipios dañados son eminentemente agrícolas, con plantaciones de plataneras, papaya o vino, y lo que queremos es restablecer todo lo que había anteriormente”, señaló el consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Soberanía Alimentaria del Gobierno de Canarias, Narvay Quintero. Pequeños pasos, paciencia, esfuerzo y resiliencia acabarán devolviendo a La Palma a lo que era antes de la erupción del Tajogaite.

El Cabildo de La Palma ha consolidado nuevas conexiones aéreas para este verano y se trabaja con aerolíneas y touroperadores para hacerlo también de cara al próximo invierno.​​​​​

Claro que no sólo los vecinos y los agricultores siguen afectados tres años después, sino también el conjunto de la economía de la isla bonita. Su turismo, en especial el extranjero, cayó en algunos periodos de 2023 por la falta de conectividad aérea y el bloqueo de la zona más turística (la zona oeste de Los Llanos de Aridane) por altos niveles de gases, pero se prevén mejores cifras para este año. ¿El motivo? El Cabildo de La Palma ha consolidado nuevas conexiones aéreas (vuelos con Ámsterdam, Frankfurt, Bilbao, Varsovia y Valencia, entre otros destinos) para este verano y se trabaja con aerolíneas y touroperadores para hacerlo también de cara al próximo invierno. Eso sí, también tienen que lidiar con la falta de camas, por lo que ya están trabajando en incrementar la infraestructura turística, tanto pública como privada.

 

La isla bonita es una de las más jóvenes, junto a El Hierro, del archipiélago canario y es conocida también como la isla de los cinco continentes por su variedad de climas y de paisajes, Reserva de la Biosfera por la Unesco desde 2002. Surgió hace 2 millones de años por las erupciones de un volcán submarino y aunque la erupción de otro volcán y sus consecuencias han acaparado casi todo el protagonismo en los últimos tres años, es mucho más que eso. Se trata de un auténtico tesoro en vegetación, paisajes, clima y para observar las estrellas que tenemos bastante cerca o, al menos, más que otros muchos destinos del resto del mundo y que merece la pena descubrir. Entre sus múltiples atractivos, cuenta con la mayor superficie de bosques del archipiélago (en su mayoría formados por pinos y laurisilvas -especie que desapareció del resto de Europa hace 20 millones de años-) y alberga en su punto más alto (el Roque de los Muchachos) el observatorio que incluye el mayor telescopio óptico del mundo (el Grantecan). También tiene el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, que es uno de los mayores cráteres volcánicos emergidos del mundo; 19 espacios naturales protegidos -entre ellos, el Bosque de Los Tilos- y una reserva marina. Esto y mucho más la convierten en un importante patrimonio natural y cultural, pese a su pequeño tamaño (poco más de 700 kilómetros cuadrados).

Entre sus múltiples atractivos, cuenta con la mayor superficie de bosques del archipiélago (en su mayoría formados por pinos y laurisilvas -especie que desapareció del resto de Europa hace 20 millones de años-) y alberga en su punto más alto el observatorio que incluye el mayor telescopio óptico del mundo 

El turismo es una de las actividades económicas de esta isla y ofrece una oferta muy completa: naturaleza, observación de estrellas, aventuras, sabores locales, historia, etc. Incluso se habla del #EfectoLaPalma porque el viaje puede convertirse en toda una experiencia multisensorial. Entre las múltiples opciones hay incluso la posibilidad de hacer una ruta por el pasado y el presente más reciente que permite recorrer un sendero circular de unos 6 kilómetros, durante algo más de dos horas, en pequeños grupos acompañados de guías autorizados, para descubrir el nuevo paisaje que dejó la erupción del volcán Tajogaite. Eso sí, conviene reservar antes y hacerlo siempre con empresas que tengan autorización. También hay opción de realizar excursiones en barco desde el puerto de Tazacorte para observas las nuevas fajanas creadas por la lava.

 

Si uno prefiere dejar la erupción a un lado, la playa Puerto de Tazacorte es una buena opción para darse un baño en el océano Atlántico y relajarse, y poner el broche de oro viendo el atardecer desde el mirador del Time, en Tijarafe; o también viajar al este de la isla, a la playa de los Nogales, en Puntallana; o a la playa de los Cancajos, en Breña Baja. Otro día puede comenzar con aventura y naturaleza con la visita al Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, la mayor atracción turística de la isla y que permite disfrutar de una gran diversidad biológica y geológica. Dentro de este y en su punto más alto se encuentra el Observatorio Astrofísico del Roque de los Muchachos, que se puede visitar en horario diurno y con reserva, y desde su exterior se puede observar el característico mar de nubes de la isla. Para no interrumpir el trabajo de los astrónomos no se permiten las visitas nocturnas, pero se puede subir por la carretera LP-4 hasta su cruce con la LP-403, donde una barrera indica el inicio de diversos puntos de observación alternativos para disfrutar de las estrellas.

La playa Puerto de Tazacorte es una buena opción para darse un baño en el océano Atlántico y relajarse, y poner el broche de oro viendo el atardecer desde el mirador del Time

 

El Parque Arqueológico de Belmaco permite hacer un viaje al pasado más remoto, a través de diez cuevas naturales y una estación de grabados rupestres en los que poder contemplar los primeros petroglifos del archipiélago canario. Otra opción es visitar Las Salinas de Fuencaliente, las únicas en funcionamiento en la provincia y un espacio protegido donde el azul del mar y del cielo se junta con el blanco de la sal y el negro del suelo volcánico, donde se puede observar la forma artesanal con la que se elabora y extrae la sal desde 1967.

A tanta naturaleza también se suman opciones culturales, como la visita al Museo del Puro Palmero, que fue motor económico de Breña Alta, sobre todo, entre los años 20 y 60 del siglo XX,; y en el que también hay parte dedicada a otros productos que se cultivan en la isla bonita, como la vid, la caña de azúcar, la cochinilla o la platanera. Asimismo, cuenta con una tienda donde se encuentra una gran variedad de productos artesanales, puros y otros productos (vinos de autor, mieles ecológicas, sales marinas y los mejores mojos palmeros). Otra opción interesante para las compras es el mercadillo de Puntagorda, con 40 puestos para adquirir productos con certificación ecológica y muy premiados, y además se encuentra situado junto al bosque de El Fayal, con mesas, asaderos y un parque infantil.

Las Salinas de Fuencaliente son las únicas en funcionamiento en la provincia y un espacio protegido donde el azul del mar y del cielo se junta con el blanco de la sal y el negro del suelo volcánico

 

Una buena opción para recordar la historia colonial es el casco histórico de Santa Cruz de la Palma, que fue fundada el 3 de mayo de 1493 por Alonso Fernández de Lugo y que tuvo el puerto más importante en la ruta entre Europa y las colonias de América, tras los de Amberes y Sevilla. Un conjunto histórico-artístico donde ver templos con abundante arte religioso flamenco, una singular serie de balcones de madera labrada, la sede del primer Juzgado de Indias, el Museo Insular, o los teatros Chico y Circo de Marte.

El turismo es una actividad económica relevante de la isla bonita, pero no la única, pues hay ganadería, construcción y algunas pequeñas industrias y establecimientos que transforman productos en otros de consumo y arte: textiles de seda, bordados, queso palmero (obtenido de la lecha de cabra y que cuenta con Denominación de Origen Protegida). Sin embargo, la agricultura es su mayor fuente de riqueza, destacando en plátanos, al ser la segunda isla en su cultivo tras Tenerife; cítricos (naranjas y limones), aguacates, guayabas, papayas, mangos, mangas rojas, verduras, patatas, almendros y uvas para elaborar vino.

La agricultura es su mayor fuente de riqueza, destacando en plátanos, al ser la segunda isla en su cultivo tras Tenerife; cítricos (naranjas y limones), aguacates, guayabas, papayas, mangos, mangas rojas, verduras, patatas, almendros y uvas para elaborar vino

La erupción del volcán Tajogaite arrasó 370 hectáreas de cultivo y para recuperarlas y replantar es necesario hacer antes la denominada sorriba: depositar sobre la superficie de la colada un relleno como capa de baja o muy baja conductividad térmica a base de tierra vegetal, biomasa, etc. para asegurar la viabilidad de las plantaciones. Tras la sorriba y la tarea de replantar en algunas fincas, dos años y medio después ya había algo de optimismo porque habían crecido las primeras plataneras sobre la lava, y los agricultores esperaban que en menos de un año puedan empezar a dar frutos. Asimismo, apuntaban que la riqueza de las tierras basálticas y el calor que emana de las mismas podrían elevar la producción hasta tres cosechas cada dos años en lugar de una al año. En este avance ha contribuido la inversión de más de 10 millones del Gobierno canario para la concesión de licencias y la limpieza de las cenizas de las fincas.

 

De hecho, Europlátano, organización de productores de plátanos de Canarias formada por más de 670 socios agricultores que cultivan plátanos y otras frutas tropicales en La Palma, Tenerife y el Hierro, inauguró el pasado 4 de abril la primera finca reconstruida sobre lava y su puesta en producción, recordando que a las hectáreas de cultivo que cubrió la lava se suman otras 300 que se vieron inutilizadas por falta de riego y daños por la ceniza, mermando el volumen de producción. “Es importante y es un placer ver una mancha verde en este entorno negro, aunque solo represente una gota de agua en todo lo que queda por reconstruir”, declaró el presidente de Europlátano, Francisco Lorenzo, como recogió la revista Mercados. Al mismo tiempo, continúan avanzando los trabajos de recuperación de las fincas (excavación por parte de maquinaria de gran tonelaje y allanamiento del terreno, controles de temperatura, construcción de paredes, instalación del sistema de riego...), pero todavía sólo se puede trabajar en las zonas más próximas a los bordes de la colada, que son las únicas que no tienen riesgo de temperaturas elevadas ni de inacción de gases. “Solo hay concedidas 50 licencias en la isla que puedan desarrollar los trabajos y 40 están en ejecución”, comentó el presidente del Gobierno canario, Fernando Clavijo. Y se trabaja con apoyo financiero de la UE, del Gobierno de España y de toda la comunidad canaria.

Para el presidente de Europlátano, Francisco Lorenzo, “es un placer ver una mancha verde en este entorno negro, aunque solo represente una gota de agua en todo lo que queda por reconstruir”

Sin embargo, el mundo del plátano en general tiene dificultades. En 2023 se destruyeron 26 millones de kilos, el sector estuvo muchos meses consecutivos sin cubrir el coste de producción y los agricultores piden que se venda más allá de la Península ibérica y se valore en otros países (Francia y Alemania, por ejemplo), ante el avance de la banana de Sudamérica. La crisis hídrica y la subida de temperaturas también influyen, además, cada agosto se suele producir la pica (inutilización de producción que no se vende para evitar sobreoferta y fuerte caída de precio). Y como los inviernos ahora son más cálidos y “hace que tengamos siete millones de plátanos en pleno verano cuando no somos capaces de vender más de cuatro o cinco”, explicaba Dionisio Rocha, agricultor y secretario de la Sociedad Cooperativa Limitada de Plátanos de la Costa del Silencio en Tenerife (Coplacsil). Además, como en otros productos agrícolas, sufren la competencia de otros que se cultivan en el extranjero y no tienen que cumplir tantos requisitos de trazabilidad de la UE... y se vende a un precio más bajo.

 

Los productores de plátanos de Canarias cuentan con apoyo de la UE a través del programa POSEI, que les compensa con 0,30 euros por cada kilo no vendido, siempre y cuando hayan vendido, al menos, el 70% de su producción asignada. Ahora piden que se actualicen estas ayudas que no han cambiado desde 2007 y que se luche más contra la competencia desleal de la banana extranjera. Aunque esto no bastara para evitar la pica, porque si hay sobreoferta y los precios caen demasiado, los costes de transportes podrían superar las ganancias de la venta... y comprometer aún más su rentabilidad.

Cada año se comen 100.000 millones de plátanos con sus 100.000 millones de cáscaras... a los que se puede dar una segunda vida, gracias a que la fibra de plátano (también llamada fibra de musa)

Todos los millones de kilos de plátanos que cada año supone la pica quizá podrían tener una segunda oportunidad gracias a la industria textil y la papeleras, y la apuesta por la sostenibilidad y la economía circular; reduciendo al mismo tiempo la cantidad de desperdicio alimentario. Cada año se comen 100.000 millones de plátanos con sus 100.000 millones de cáscaras, según la revista de negocios FastCo,... a los que se puede dar una segunda vida, gracias a que la fibra de plátano (también llamada fibra de musa) se obtiene del tallo de la platanera a través de métodos químicos, mecánicos o biológicos; y tiene ventajas frente a las fibras sintéticas: baja densidad, rigidez, buenas propiedades mecánicas, además, es reciclable y biodegradable. Por ejemplo, Green Banana Paper es una empresa que usa el plátano para confeccionar distintos artículos (billeteras, tarjetas de visita y de felicitación, por ejemplo) a partir de sus desechos agrícolas en la isla de Kosrae. Todo ello a partir del proceso de fabricación de papel de plátano, donde las fibras se fusionan a un nivel microscópico para crear un material de papel ‘similar al cuero’ que es liviano, resistente a las rasgaduras y biodegradable, aunque es menos flexible que el cuero.