Las pruebas de esfuerzo o ergometrías representan una de las principales herramientas con las que cuentan los cardiólogos y médicos especialistas en Medicina del deporte para conocer cómo funciona nuestro corazón. Estos testeos son principalmente necesarios en aquellos pacientes con factores de riesgo cardiovascular y que presentan molestias torácicas con el esfuerzo, o bien en aquellos que, sin tenerlas, ya superan cierta edad.

Son aconsejables, precisamente, en el caso de los varones por encima de los 40 años, y en mujeres por encima de los 50 años; sin olvidar a aquellos que realizan actividad deportiva habitual, para quienes en muchas ocasiones un chequeo de su corazón es imprescindible, o en quienes se inician en la práctica deportiva y quieren conocer el estado de su corazón, por ejemplo.

Según explica el doctor Alejandro Pascual, especialista del Servicio de Cardiología del Centro Médico Quirónsalud Alicante, los factores de riesgo que pueden indicar la necesidad de realizar una prueba de esfuerzo son la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, la hipercolesterolemia, o el tabaquismo.

En el campo de la Cardiología las pruebas de esfuerzo desempeñan un papel fundamental en la evaluación de la salud cardiovascular de la persona

“Los factores de riesgo cardiovascular hacen aumentar la probabilidad de padecer cardiopatía isquémica (obstrucción en las arterias del corazón que pudiera condicionar falta de riesgo en el corazón-isquemia), y la ergometría o pruebas de esfuerzo nos servirían como prueba de detección de una isquemia miocárdica en estos pacientes”, aclara.

Un testeo del estado del corazón

En su opinión, en el campo de la Cardiología las pruebas de esfuerzo desempeñan un papel fundamental en la evaluación de la salud cardiovascular de la persona: “Estas pruebas, también conocidas como ‘pruebas de estrés’, permiten a los médicos obtener información valiosa sobre la capacidad funcional del corazón, al mismo tiempo que permiten identificar posibles enfermedades cardíacas y diseñar planes de tratamiento personalizados”.

 

¿Cómo se realizan? El doctor Pascual explica que estas pruebas se desarrollan mediante la monitorización electrocardiográfica de un paciente mientras realiza ejercicio en un tapiz rodante, o bien en una bicicleta; siendo el principal objetivo de la misma el estudiar cómo se comporta el corazón durante el ejercicio físico, así como detectar una posible isquemia miocárdica, o un mal funcionamiento del corazón, mediante el estudio del electrocardiograma del paciente durante el esfuerzo.

“Durante la prueba de esfuerzo convencional el paciente es monitorizado con un electrocardiograma que va registrando la actividad eléctrica del corazón durante el ejercicio. Además, se van tomando medidas de la tensión arterial de forma periódica durante la prueba”, detalla.

Este experto señala a su vez que existen diferentes protocolos de esfuerzo que, según la programación de la máquina, hacen que el tapiz rodante aumente de velocidad y de inclinación de forma progresiva cada cierto tiempo durante la prueba.

“La ergometría además de servir como prueba de detección de isquemia nos aporta mucha información funcional del corazón: si sube excesivamente la presión arterial con el esfuerzo, si aparecen arritmias y cómo es la capacidad funcional de esfuerzo de un individuo”, destaca el doctor Pascual

Durante la prueba de esfuerzo convencional el paciente es monitorizado con un electrocardiograma que va registrando la actividad eléctrica del corazón durante el ejercicio

De hecho, si por ejemplo se presenta un paciente con dolor torácico que pudiera ser de tipo anginoso, esta prueba nos sirve para descartar o corroborar que el origen del dolor es por obstrucción en las arterias del corazón, algo que se hace más evidente con el esfuerzo, prosigue el cardiólogo de Quirónsalud Alicante.

Los diferentes tipos de pruebas de esfuerzo

Por otro lado, doctor Alejandro Pascual comenta los diferentes tipos de pruebas de esfuerzo disponibles y cuál es su utilidad en diferentes situaciones clínicas. En primer lugar, menciona que la ergometría convencional es la más utilizada en la práctica clínica habitual, y se basa en la monitorización electrocardiográfica durante el ejercicio.

Ésta, además, indica que se puede asociar a la monitorización ecocardiográfica (ecocardiografía de estrés), con el objetivo de observar cómo se contrae el corazón y cómo se comportan las válvulas cardiacas con el esfuerzo físico.

Ahora bien, remarca este especialista del Centro Médico Quirónsalud Alicante que en diferentes circunstancias se puede combinar con el uso de una gamma cámara de Medicina Nuclear, que permite estudiar cómo se distribuye la sangre por el corazón con el ejercicio.

Pascual subraya que es igualmente factible mediante estas pruebas de estrés el analizar cómo se comporta el metabolismo y el aparato respiratorio del cuerpo, cómo realiza el intercambio de gases y ventilan nuestros pulmones durante el esfuerzo, mediante lo que se conoce como una ‘ergoespirometría’, o ergometría con estudio del consumo de gases asociada.

Posibles limitaciones

Eso sí, no todas las personas son aptas para la realización de este tipo de pruebas, según puntualiza el doctor/, y dado que esta prueba se realiza durante ejercicio físico en tapiz rodante o bicicleta, toda limitación funcional para realizar dicho ejercicio se debe tener en cuenta. 

Es factible mediante estas pruebas de estrés el analizar cómo se comporta el metabolismo y el aparato respiratorio del cuerpo, cómo realiza el intercambio de gases y ventilan nuestros pulmones durante el esfuerzo

“No se podría realizar esta prueba en aquellos pacientes con patología cardiaca diagnosticada en fase aguda por el riesgo de descompensación”, alerta el doctor Alejandro Pascual del Centro Médico Quirónsalud Alicante.