Cada 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente y cada 8, el Día Mundial de los Océanos. Dos conmemoraciones que se relacionan y que no son baladí si se tiene en cuenta que cada año se vierten entre 8 y 12 millones de toneladas de plástico a mares y océanos, y de estas 229.000 toneladas acaban en el mar Mediterráneo, todas ellas provocan serios perjuicios a los ecosistemas terrestres y marinos, y también a la biodiversidad.
El 85% de la basura marina son plásticos y los millones de toneladas de estos que se vierten ya han generado la formación de cinco grandes islas (la de mayor tamaño ya triplica la extensión de Francia). Asia es el continente que aporta el 81% de los desechos plásticos globales que se vierten a los océanos; seguido a muchísima distancia de África (8%), Sudamérica (5,5%), Norteamérica (4,5%), Europa (0,6%) y Oceanía (0,37%), según datos de 2019. Es un problema mundial porque allá por 2018 ya había más de 100.000 toneladas de plástico flotando o en las citadas islas (por ejemplo, en la más grande que se encuentra en el océano Pacífico); la cifra no ha parado de aumentar; y en 2020, se refirió que había unas 200 millones de toneladas en el océano Atlántico, diez veces más de lo que se pensaba, según un estudio de un equipo de investigadores del Centro Nacional de Oceanografía de Reino Unido.
En 2018 había más de 100.000 toneladas de plástico flotando o en islas (la más grande está en el océano Pacífico); la cifra no ha parado de aumentar; y en 2020, había unas 200 millones de toneladas en el océano Atlántico, diez veces más
Las colillas son el residuo más frecuente que se ha encontrado Surfrider Foundation Europe, una ONG creada en 1990 que trabaja para proteger los océanos, el litoral, las olas y sus usuarios, en las recogidas que organiza. En 2021, las colillas recogidas ascendieron a 365.772, y después de estas, los residuos más frecuentes fueron: fragmentos de plástico (más de 84.000), de vidrio (más de 31.000) y de poliestireno (más de 29.000); bolsas de plástico; botellas de plástico; envases alimentarios; tapones de botellas; elementos de pesca (redes, amasijos de cuerdas y cordeles).
Keep Sea Blue es una organización internacional independiente con sede en Atenas que ha elegido a la tecnológica estadounidense Oracle para cumplir su misión de mantener el mar Mediterráneo libre de plásticos. Por ello, recoge unas 150 toneladas de plástico al mes, lo que equivale a unos cinco millones de botellas de plástico, y promueve una economía circular para los plásticos de las costas, en la que gracias a Oracle proporciona total transparencia y trazabilidad a lo largo de la cadena de valor de los plásticos. Y ojo, porque tras el levantamiento de las restricciones que se impusieron durante la pandemia del Covid-19, las previsiones indican un crecimiento significativo del turismo este año y Keep Sea Blue estima que se incrementarán un 50% los residuos plásticos en las costas mediterráneas.
Tras el levantamiento de las restricciones del Covid-19, se prevé un crecimiento significativo del turismo este año y Keep Sea Blue estima que se incrementarán un 50% los residuos plásticos en las costas mediterráneas
En España, entre otras, se puede destacar a Mar de Fábula, una asociación sin ánimo de lucro que nació en enero de 2014 con el objetivo de limpiar las playas y cuidar todo el litoral gallego. Por eso se dedica a recoger y retirar toda la basura marina que devuelve el mar a las playas y que en un 90% se trata de residuos plásticos de múltiples formas, tamaños y composiciones.
En el invierno de finales de 2013 y principios de 2014, se produjeron una serie de ciclogénesis explosivas que impactaron con una fuerza desconocida contra el litoral gallego, afectando sobre todo a la Costa da Morte, generando grandes olas que arrojaron ingentes volúmenes de basura a cientos de metros de la costa. Este fue el origen de Mar de Fábula, que se involucró en las tareas de recogida de dicha basura acumulada en los alrededores de Camelle, una parroquia dependiente del municipio de Camariñas (La Coruña), y se planificaron dos acciones ambientales con un destacado simbolismo: la limpieza del Museo-Jardín Alemán y la del Cementerio de los Ingleses (esta llegó a recibir el reconocimiento de la embajada británica).
Desde entonces, Mar de Fábula organiza cada mes limpiezas en playas y tareas de cuidado de la Costa da Morte y del Área Metropolitana de La Coruña: ya lleva 500 millones de toneladas de basura marina recogidas, de las que el 90% son residuos plásticos; y ha rescatado a 1.000 animales; y todo ello gracias a labor de 2.000 voluntarios. Asimismo, realiza un proceso de formación y concienciación ciudadana sobre la contaminación y los daños que generan los residuos plásticos, y la necesidad de parar esto en su origen, con el fin de conseguir que cada uno asume su parte de responsabilidad en la limpieza y conservación del medio marino. Desde enero de 2020, cuenta con unas instalaciones frente al paseo marítimo y la playa de Camelle, desde las que desarrolla sus líneas de actuación para trabajar por el futuro del planeta y dejar un mundo habitable a las nuevas generaciones, y que también incluyen el contacto y la cooperación con otras organizaciones que tienen los mismos objetivos; así como la organización de talleres de creación artística y artesanal a partir de la reutilización de materiales plásticos seleccionados de los enormes volúmenes de basura marina recogida, dando lugar a composiciones, esculturas, máscaras, etc.