No podemos dejar de lado los problemas que puede acarrearnos la exposición a las altas temperaturas; un hecho bastante peligroso en las poblaciones más vulnerables, como son los niños y los ancianos, y a quienes las elevadas cifras del termómetro pueden afectar con serias consecuencias para su salud.

De hecho, tal y como advierte la doctora Asunción Gonzálvez, jefa del Servicio de Medicina Interna del Hospital Quirónsalud Torrevieja, las personas mayores son el colectivo más vulnerable frente a las altas temperaturas, sobre todo si son hipertensos, y toman medicación para la presión arterial alta.

"Una de las características de algunos fármacos antihipertensivos es que es pueden tener un componente diurético, lo que, sumado a las altas temperaturas del ambiente, hace que el paciente pierda más líquidos”, advierte esta experta.

En el caso concreto de los menores de edad, la especialista del Hospital Quirónsalud Torrevieja, recomienda tener precaución porque pueden deshidratarse, aunque se encuentren en la sombra o en la orilla de la playa

 

Por ello, aconseja, entre otros puntos, que las personas mayores mantengan una hidratación adecuada, bebiendo un mínimo de 1,5 litros de agua al día, y siempre aunque no tengan sensación de sed; dado que también las personas de edades más avanzadas, tal y como recuerda la especialista de Quirónsalud Torrevieja, pueden olvidar lo necesario que es hidratarse al carecer por la edad de esa sensación de sed.

Principales efectos del calor extremo en nuestra salud

Con ello, la doctora Gonzálvez advierte de que las altas temperaturas pueden provocarnos una sensación de debilidad, estado de confusión, vértigo, cefaleas, cansancio, sensación de náuseas acompañada de ansiedad, aparte de sudoración. “Estos son los principales trastornos motivados por las altas temperaturas, que pueden agravarse si no se toman las medidas oportunas”, mantiene.

Pero es que, en el caso concreto de los menores de edad, la especialista en Medicina Interna del Hospital Quirónsalud Torrevieja, recomienda tener precaución porque pueden deshidratarse, aunque se encuentren en la sombra o en la orilla de la playa. "En los niños debemos estar atentos a los posibles cambios en el comportamiento, desde un llanto irritable al aletargamiento, y ofrecerles agua de manera regular, aunque no tengan sensación de sed", insiste.

Según remarca esta especialista, uno de los principales problemas que presenta la exposición inadecuada a las altas temperaturas es que sus efectos pueden ir más allá del golpe de calor, y agravar las patologías ya existentes en el paciente, sobre todo de tipo respiratorio o cardiovascular.

Cuidado con el golpe de calor

A su vez, ve idóneo siempre el evitar la realización de deporte al aire libre en las horas centrales del día, principalmente si se presentan calambres musculares intermitentes en las extremidades tras finalizar el ejercicio: "Estos calambres suelen estar relacionados con la respiración acelerada durante el ejercicio, y con la cantidad de sales que se pierden por el sudor. Además, pueden ser los síntomas incipientes de un golpe de calor".

Golpe de calor: Tras llamar al 112, lo idóneo es colocar al paciente afectado a la sombra, abanicarle, no hay que darle de beber, quitarle la ropa si fuera posible, y bajar su temperatura mojándole la piel 

De hecho, esta experta remarca que los golpes de calor son la manifestación más extrema tras una exposición al calor inadecuada, de aparición súbita, en apenas horas, y consecuencia de que el cuerpo ha sobrepasado rápidamente los 40 grados.

Se trata de una urgencia médica, argumenta esta doctora, porque si no su pronóstico puede ser muy malo, constituyendo una causa de fallo multiorgánico con importantes secuelas a nivel renal, neurológico, e incluso hepático, pudiendo dar lugar a la muerte del paciente de no tratarse a tiempo.

En estos casos, la doctora Asunción Gonzálvez, jefa del Servicio de Medicina Interna del Hospital Quirónsalud Torrevieja, subraya que el paciente puede presentar confusión, pérdida de conciencia, dolor de cabeza intenso, delirio, respiración acelerada y pulso acelerado, piel enrojecida, seca y caliente, entre otros síntomas.

“Tras llamar al 112, lo idóneo es colocar al paciente afectado a la sombra, abanicarle, no hay que darle de beber, quitarle la ropa si fuera posible, y bajar su temperatura mojándole la piel mediante compresas de agua fría, sobre todo en la zona del cuello, en la cabeza, y en las axilas.