Por patrimonio cultural se define la herencia recibida de una comunidad para ser disfrutada, protegida y transmitida por las generaciones presentes y futuras, y dentro de este se incluyen los monumentos históricos, los restos arqueológicos y algunas tradiciones populares de gran valor. Fue en el siglo XX, sobre todo tras las dos guerras mundiales, cuando aumentó el interés de la sociedad por el patrimonio y su preservación, y en varios documentos internacionales (la Carta de Atenas, el Convenio de la Haya y la Comisión Franceschini) se reconoció su concepción cultural.

También influyeron algunos hechos, como la construcción de la Presa Alta de Asuán en Egipto, que llevó a que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) a lanzar una campaña internacional de salvaguardia. Esta última dio lugar a otras para salvar Venecia y su laguna en Italia, las ruinas arqueológicas de Moenjodaro (Pakistán) o restaurar los complejos del templo de Borobodur (Indonesia). Así, la Unesco inició, con la ayuda del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) creado en 1965, la preparación de un proyecto de convención sobre la protección del patrimonio cultural, donde el movimiento para preservar los sitios culturales y otro relacionado con la conservación de la naturaleza se fusionaron y dieron lugar a la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural en 1972.

La Conveción sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural (1972) estableció que ciertos lugares poseen un “valor cultural excepcional” y pertenecen al patrimonio común de la humanidad, por lo que deben ser conservados, y para ello se creó la denominación Patrimonio Cultural de la Humanidad

 

En dicha Convención se estableció que ciertos lugares poseen un “valor cultural excepcional” y pertenecen al patrimonio común de la humanidad, por lo que deben ser conservados, y para ello se creó la denominación Patrimonio Cultural de la Humanidad. En nuestro país, el Instituto del Patrimonio Cultural de España (antes Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales) se creó en 1985 para adherirse a otros países y cohesionar en un solo centro estatal todos los organismos que había para garantizar una unidad de criterios básicos en la conservación y restauración de bienes culturales.

La Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes (dependiente del Ministerio de Cultura) se encarga del mantenimiento y la actualización del Registro General de Bienes de Interés Cultural y del Inventario General de Bienes Muebles, que recoge información de los bienes que las comunidades autónomas, o el Estado, han decidido poner bajo algún tipo de protección. Los bienes muebles quedan definidos en el artículo 335 del Código Civil y los bienes inmuebles en el artículo 334, y dentro de estos últimos, se encuentran las siguientes declaraciones: monumentos, jardín histórico, conjunto histórico, sitio histórico y zona arqueológica. En paralelo, en 1989, tras el avance que representó la Convención celebrada 17 años antes, se aprobó la Recomendación sobre la Salvaguarda de la Cultura Tradicional y Popular, que determina la importancia de las creaciones identitarias de las comunidades, basadas en la tradición: lenguas, literatura, música, danza, juegos, arquitectura, fiestas y oficios, etc.

En 1989, tras el avance que representó la Convención celebrada 17 años antes, se aprobó la Recomendación sobre la Salvaguarda de la Cultura Tradicional y Popular, que determina la importancia de las creaciones identitarias de las comunidades, basadas en la tradición

 

Volvamos al Instituto del Patrimonio Cultural de España, que se estructura en cinco tipos de servicio. El dedicado a monumentos se encarga de la conservación y restauración de edificios y conjuntos urbanos; así como de la excavación, la investigación y el estudio de yacimientos arqueológicos, conservación de materiales y difusión de los resultados; la investigación y la documentación etnográfica. Por su parte, el de libros y documentos se centra en conservar el patrimonio documental y bibliográfico a través de la recomendación de las medidas preventivas más oportunas y de la restauración de manuscritos, impresos, encuadernaciones, grabados, dibujos, materiales fotográficos, etc. El servicio de bienes muebles elabora y ejecuta planes para conservar y restaurar de los objetos artísticos, arqueológicos y etnográficos que conforman el Patrimonio Histórico. El de documentación se encarga de archivar, procesar y difundir tanto la disponible sobre el Patrimonio Histórico Artístico como la referida a proyectos, intervenciones y trabajos realizados. Y el de laboratorios contribuye desde los aspectos científicos y técnicos a la conservación y la restauración de bienes culturales, a través del estudio material de la obra, su estado de conservación, así como las técnicas y los factores que mejoran su preservación.

En el Anuario de Estadísticas Culturales, publicado en noviembre de 2023, se recogió que el conjunto de bienes inmuebles inscritos en el año 2022 como Bienes de Interés Cultural (BIC) ascendió a 17.819, un 0,7% más que el año anterior; por categorías, la mayoría correspondieron a Monumentos (78,5% del total); y por comunidades autónomas, Andalucía (3.633) y Baleares (3.080) destacaron con las mayores cifras de BIC. Por su parte, los bienes muebles considerados BIC alcanzaron 22.354, un aumento del 4% frente al año precedente; en categorías destacó Pintura y Dibujo, con un 30,7% del total; y por autonomías, Andalucía (6.534) y Galicia (4.134) registraron las mayores cifras.

El conjunto de bienes inmuebles inscritos en el año 2022 como Bienes de Interés Cultural (BIC) ascendió a 17.819, un 0,7% más que el año anterior; por categorías, la mayoría correspondieron a Monumentos (78,5% del total)

 

En este contexto de mayor interés por la conservación del patrimonio y los bienes culturales, no sólo están implicados la Unesco y otros organismos (como el ICOMOS o el Consejo Superior de Investigaciones Científicas -CSIC-), sino también gobiernos y autonomías, así como entidades sin ánimo de lucro. Asimismo, hay empresas dedicadas a la conservación y la restauración, y otras que contribuyen en estos dos aspectos dentro de su actividad empresarial, como: Ledvance, que se dedica a sistemas de iluminación desde 2016 y ofrece a sus clientes “la transformación de la luz en ahorro real” gracias a soluciones energéticas inteligentes y tecnología solar, dentro de su compromiso por reducir emisiones de CO2 y residuos, y entre sus proyectos destaca la solución de iluminación para una pista de esquí de SkiStar en Vemdalen (Suecia) o la iluminación exterior del Castillo de Oropesa (Toledo) -que es propiedad del Ayuntamiento de Oropesa y alberga un Parador Nacional-. También cabe destacar a Kalam, que se dedica a rehabilitación y restauración, y trabaja para clientes públicos y privados, y ya ha llevado a cabo más de 40 intervenciones en monumentos, conjuntos y paisajes del patrimonio mundial; destacando la realizada en el Colegio de San Ildefonso de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid) que obtuvo en el reconocimiento en los Premios Europa Nostra en 2016. Además, hay otras muchas compañías que colaboran dentro de su responsabilidad social corporativa y con sus fundaciones en temas relacionados con el patrimonio.

La Fundación Endesa surgió en 1998 como expresión del compromiso social de la energética para responder a las necesidades del entorno donde realiza sus actividades y contribuir a su desarrollo. Actualmente, tiene proyectos relacionados con la educación, la formación para el empleo, la biodiversidad y la cultura, y gestiona el voluntariado corporativo. Al hilo de la cultura, lleva más de 25 años iluminado el arte con más de 700 intervenciones realizadas en España, como las catedrales de Burgos, Palma de Mallorca, Barcelona y Vitoria; la Sala Capitular de la Catedral de Toledo, la Basílica de Santa María la Real de Covadonga, el claustro de la Catedral de Santo Domingo de la Calzada, el Puente Romano de Emérita Augusta de Mérida, la Ciudad Califal de Medina Azahara, la Estrella de la Torre de la Virgen María en la Sagrada Familia, el Castillo de Montjuic y el Parque Güell, entre otras en España, y fuera del país destaca la Basílica de Santa María la Mayor en Roma (Italia); y en la página web hay un apartado para hacer un tour interactivo por las más emblemáticas.

Juan Sánchez-Calero, presidente de Endesa y de la Fundación Endesa, refiere “tenemos un firme y decidido compromiso con el fomento y promoción de la cultura y el arte” y que la Fundación ha realizado “nada menos que 700 proyectos de iluminación”

 

 

 

Entre las más recientes intervenciones, está el nuevo sistema de iluminación del lucernario (la gota de cristales de colores que preside el techo de la Sala de Conciertos) del Palau de la Música Catalana, que ofrece versatilidad, más posibilidades escénicas y una alta eficiencia energética al ahorrar en consumo y por ende, también en emisiones, gracias a 16 proyectores de tecnología LED. Al inaugurar el lucernario, Juan Sánchez-Calero, presidente de Endesa y de la Fundación Endesa, refirió que “tenemos un firme y decidido compromiso con el fomento y promoción de la cultura y el arte” y que la Fundación ha realizado “nada menos que 700 proyectos de iluminación, muchos de ellos en monumentos y edificios emblemáticos de la ciudad de Barcelona”, dentro de su labor por impulsar la cultura y la preservación y puesta en valor del patrimonio nacional. José Bogas, CEO de Endesa, añadió que “el lucernario de la Sala de Conciertos es, posiblemente, el elemento más emblemático e icónico. Poder iluminarlo y contribuir a resaltar, aún más si cabe, su imponente estética es para nosotros un tremendo honor y orgullo”. Y Joaquim Uriach, presidente de la Fundación Orfeó Català-Palau de la Música Catalana, expresó su agradecimiento: “Poder contar con colaboraciones como la de la Fundación Endesa y Endesa nos permite mantener vivo este espacio maravilloso y único, Patrimonio Mundial por la Unesco”. El apoyo al Palau de la Música Catalana no solo tiene que ver con la iluminación (el lucernario, la plaza del Palau -actual entrada principal-...), sino que se extiende desde hace 10 años en calidad de mecenas y también hay colaboración en el Palau Digital -la plataforma online que ofrece de forma abierta y gratuita conciertos y contenidos culturales-.

Entre los más de 700 proyectos de iluminación de monumentos y edificios emblemáticos, también hay unos 25 ejemplos en Madrid (el Museo Arqueológico Nacional, el Museo Thyssen-Bornemisza, el Museo Reina Sofía, el Museo Sorolla y la Biblioteca Nacional, entre otros), y en marzo de 2023 se sumó el número 711: las fachadas y la torre de la Iglesia de Santa Cristina. De esta forma, se convirtió a dicha iglesia no solo en un referente artístico del estilo neomudéjar de finales del siglo XIX, sino también en un ejemplo de eficiencia energética con técnicas que permiten un mayor ahorro energético y respeto al entorno.

Entre las intervenciones de la Fundación Iberdrola están algunas iluminaciones, como las de las catedrales de Santiago de Compostela, Ávila, el interior de la de Palencia y la Nueva de Salamanca, y la de Sigüenza; y el Monasterio de Guadalupe

 

Por su parte, la Fundación Iberdrola surge en marzo de 2002 para el desarrollo del compromiso de la eléctrica con el desarrollo energético, cultural, medioambiental y social de las comunidades donde trabaja. Su labor se desarrolla a través de varias áreas de actuación: conservación y protección del patrimonio artístico y cultural; becas e investigación para contribuir en la formación y la actividad investigadora relacionada con la energía y el medio ambiente; biodiversidad y cambio climático para ayudar a proteger el medio ambiente con proyectos en defensa de la naturaleza; el desarrollo cultural, prestando especial atención a la protección, conservación y mantenimiento del patrimonio artístico y cultural; y la cooperación y la solidaridad, mediante iniciativas de inclusión social y laboral en colectivos más vulnerables.

Entre las intervenciones de la Fundación Iberdrola están algunas iluminaciones, como las de las catedrales de Santiago de Compostela, Ávila, el interior de la de Palencia y la Nueva de Salamanca, y la de Sigüenza; el Monasterio de Guadalupe, la fachada del Palacio de los Chapiteles en Logroño, los puentes romanos de Alcántara y de Talavera de la Reina, la fachada del Congreso de los Diputados, el Tribunal Supremo, la Plaza Mayor de Sigüenza y algunos proyectos expositivos como ‘El Prado en las calles’, entre otras. También están las restauraciones del retablo de Santa María y Todos los Santos, y el retablo de San Fabián y San Sebastián, de la Catedral de Cuenca, en colaboración con la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Madrid (Escrbcm), así como la Catedral y su Cabildo; y de seis códices de los siglos XV, XVI y XVII de San Millán de la Cogolla. De hecho, la Fundación lleva colaborando desde 2012 para recuperar fondos documentales del Monasterio de Yuso, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco (al igual que el de Suso), y ya lo ha hecho en 46 códices de gran valor. Otro ejemplo es la colaboración en la restauración del patio del Palacio de Polentinos -declarado BIC, propiedad del Ejército de Tierra y sede del Archivo General Militar de Ávila-, que se aborda con la reintegración volumétrica de piezas perdidas, la limpieza y la reparación de algunos sillares debido al deterioro provocado al paso del tiempo y las inclemencias meteorológicas.

En colaboración con el Ministerio de Cultura de Portugal y la Junta de Castilla y León hay una iniciativa público-privado denominada Plan de Intervención Románico Atlántico, centrada en la restauración y el mantenimiento del conjunto monumental del arte románico en 24 templos

 

 

 

Dentro de la labor de Fundación Iberdrola tiene un papel destacado el cuidado, la conservación y la puesta en valor de las riquezas histórico-artísticas. Entre los proyectos, está la colaboración con el Ministerio de Cultura de Portugal y la Junta de Castilla y León a través de una iniciativa público-privado denominada Plan de Intervención Románico Atlántico, centrada en la restauración y el mantenimiento del conjunto monumental del arte románico en 24 templos -13 situados en el norte de Portugal y 11 en España en las inmediaciones de los ríos Duero y Támega- para recuperar el patrimonio, hacer una labor de dinamización socioeconómica y potenciar los lazos transfronterizos entre España y Portugal. Además, este año, ha colaborado en la restauración del potro tradicional de Rabé de las Calzadas (Burgos), dentro de la apuesta por conservar los bienes patrimoniales que son testigo de la cultura tradicional; y en la rehabilitación de la cubierta de la Iglesia de Santa María, dos elementos protegidos que forman parte del conjunto histórico-artístico del Camino de Santiago.

En paralelo, también hay proyectos relacionados con los edificios históricos por parte de la Unión Europea, por ejemplo, para que ahorren energía, como el ‘Efficient energy for EU cultural heritage’ (también conocido como 3ENCULT), financiado por fondos europeos. Un grupo interdisciplinario de expertos trabajó en el desarrollo de soluciones a través de una estrategia de conservación y de renovación para mejorar la eficiencia energética de los bienes culturales, y unos equipos (formados por los propietarios de edificios, arquitectos y oficinas municipales) se encargaron de los ocho estudios de caso, además se desarrollaron herramientas de diseño y garantía de calidad, se amplió la base de conocimientos y se fomentó su transferencia. Además, la biblioteca virtual de 3ENCULT supone un valioso recurso para todas las partes implicadas en la restauración y conservación de edificios históricos.