La luz puede ser perjudicial para nuestra piel. Podemos quemarnos y a la larga, una sobreexposición, sumada obviamente a otros factores, puede dar lugar al cáncer de piel. Sin embargo, la luz también se ha convertido en una herramienta para curar a nuestra piel enferma en caso de cáncer.
El tratamiento en sí se conoce como ‘terapia fotodinámica’. “Usa un medicamento llamado ‘fotosensibilizador’ o sustancia fotosensibilizadora, y un tipo particular de luz. Cuando los fotosensibilizadores se exponen a una longitud de onda de luz específica, producen una forma de oxígeno que elimina a las células cercanas”, explica el Instituto Nacional del Cáncer norteamericano.
Cada fotosensibilizador es activado por la luz de una longitud de onda específica, según añade, y ésta determina qué tanto puede viajar la luz dentro del cuerpo. Por consiguiente, en la terapia fotodinámica los médicos usan fotosensibilizadores y longitudes de onda de luz específicas para tratar distintas áreas del cuerpo.
En la terapia fotodinámica, los médicos usan fotosensibilizadores y longitudes de onda de luz específicas para tratar distintas áreas del cuerpo
A juicio de la doctora Isabel Aldanondo, jefa del servicio de Dermatología del Hospital Quirónsalud San José (Madrid), esta terapia se utiliza fundamentalmente en el tratamiento del cáncer de piel no melanoma y de las lesiones precursoras del mismo, así como en los casos de carcinoma basocelular, o en lesiones precursoras del carcinoma epidermoide, en la queratosis y queilitis actínicas (masas asperas que aparecen en la piel por sobreexposición al sol), o bien en la enfermedad de Bowen.
“La ventaja de este tratamiento respecto a la cirugía convencional es fundamentalmente estética, ya que permite la curación de lesiones de cáncer de piel sin cicatriz residual, así como el tratamiento de lesiones premalignas no visibles al ojo humano”, avanza la también directora de la nueva Unidad de terapia fotodinámica del citado centro hospitalario.
Entre otro de sus beneficios se encuentra que la terapia fotodinámica se puede utilizar con resultados variables en diversas patologías inflamatorias como la psoriasis, el acné, las infecciones por el virus del papiloma, o en el linfoma cutáneo de células T, por ejemplo. “Tiene también una aplicación estética, consiguiendo un rejuvenecimiento fundamentalmente en aquellas pieles con importante daño solar crónico”, celebra la especialista.
La ventaja de este tratamiento respecto a la cirugía convencional es fundamentalmente estética, ya que permite la curación de lesiones de cáncer de piel sin cicatriz residual
En concreto, se trata de un tratamiento basado en la fotooxidación y en la destrucción celular selectiva, mediante la utilización de un fotosensibilizante. Para ello, la doctora Aldanondo menciona que se requieren tres elementos:
1.- Fotosensibilizante: Se trata de una sustancia que se aplica al paciente en la zona a tratar, en forma de gel o de crema. Tiene una alta capacidad lipofílica para atravesar las membranas biológicas, y para localizarse de forma específica en las células diana, que aquellas que tienen una multiplicación anómala y son por tanto malignas o premalignas.
2.- Fuente de luz: Una lámpara que emite una luz con una longitud de onda y potencia suficientes como para penetrar en el tejido tumoral y activar la sustancia fotosensibilizante.
3.- Oxígeno: Al aplicar la luz se produce una activación del fotosensibilizante que pasa a un estado excitado y da lugar a una reacción fotoquímica con formación de radicales libres de oxígeno, que producirán una fotooxidación y destrucción de las células diana. Además de la muerte celular directa se producen unos daños colaterales a los vasos de la zona que, junto con la reacción inflamatoria local y la respuesta inmunológica del paciente, dan lugar a la curación del tumor.
“Es un procedimiento muy sencillo que se realiza en consulta. Consiste en la aplicación de la crema fotosensibilizante en la zona a tratar, que se debe dejar en incubación durante tres horas. Posteriormente se aplica la luz durante un tiempo variable, en función de la extensión del campo de tratamiento, entre unos 10 y 30 minutos”, describe la jefa del servicio de Dermatología del Hospital Quirónsalud San José.
Gracias a las nuevas lámparas que permiten regular las potencias, se puede individualizar la manera de aplicar el tratamiento en función de la tolerancia del paciente
Pese a que la aplicación de la luz puede resultar molesta en algunas zonas, la dermatóloga subraya que, gracias a las nuevas lámparas que permiten regular las potencias durante el tiempo de tratamiento, se puede individualizar la manera de aplicarlo en función de la tolerancia del paciente.
Sobre sus efectos secundarios, la doctora Aldanondo menciona que puede producirse una reacción inflamatoria, necesaria para su funcionamiento, que da lugar a enrojecimiento, inflamación, y aparición posterior de costras, que será más o menos intensa dependiendo del daño solar del paciente. “Con el seguimiento dermatológico adecuado, aproximadamente en 7-10 días se habrá producido una regeneración epidérmica completa”, celebra la especialista de la Unidad de terapia fotodinámica.