El cantautor cubano Pablo Milanés, fallecido en noviembre de 2022, en su canción “Años”, dice: “el tiempo pasa, nos vamos haciendo viejos”. Y, efectivamente, el tiempo pasa para todos, y la vejez con los años también nos llega. A medida que pasa el tiempo, las células se van deteriorando, como consecuencia de su uso, lo que hace que pierdan la función a la que están destinadas. Entre los problemas o dificultades que implica cumplir años, está la pérdida de equilibrio.

Las personas mayores tienden a sufrir más caídas, lo que hace que se sientan más inseguras e incluso les de miedo salir a la calle por temor a caerse y romperse algún hueso. Esta inestabilidad y sensación de vértigo suele estar provocada por algún problema en el sistema vestibular que se encuentra en el oído interno y que se encarga de mantener el equilibrio, la postura, coordinar los movimientos de la cabeza y del cuerpo, así como de poder fijar la mirada en un punto fijo.  

El funcionamiento del oído interno es complicado ya que se trata de una estructura laberíntica de tubos y cámaras llenas de líquido. Dentro de esta estructura se encuentran las terminaciones nerviosas que detectan el movimiento, la posición de la cabeza y la dirección de la gravedad.

Los efectos secundarios de una medicación, tener la presión arterial baja o algún problema en el músculo del ojo, pueden desencadenar un trastorno del equilibrio

Las señales que envían los nervios del sistema vestibular al cerebro hacen que éste controle el equilibrio tanto al caminar como al parar y los movimientos de los ojos, para poder ver mientras se está en movimiento. La cantidad de células nerviosas va disminuyendo a medida que pasa el tiempo y se llega a cierta edad, así como el flujo de sangre que llega al oído interno. 

Cuando el sistema vestibular sufre algún daño, el síntoma más habitual suele ser la sensación de que todo está en movimiento o da vueltas, lo que provoca vértigo, confusión, visión borrosa y desasosiego y, por tanto, desorientación, pérdida de equilibrio, inestabilidad y caídas. Lógicamente, estos síntomas condicionan las actividades diarias de las personas mayores reduciendo su movilidad diaria, lo que les hace aislarse socialmente y puede llegar a provocarles problemas psicológicos y emocionales (ansiedad y depresión).

Para saber las causas que motivan la pérdida de equilibrio hay que conocer cómo se obtiene la información sobre dónde estamos ubicados en cada momento. Esta información llega primero desde el laberinto, en el oído interno, que envía al cerebro los datos sobre la postura de la cabeza, las aceleraciones y los movimientos bruscos. Segundo, desde la vista, y tercero, a través de la sensibilidad propioceptiva, es decir, las ordenes que le llegan al cerebro, desde las articulaciones y los músculos, de la posición exacta de cada uno de ellos. Si fallan dos de estos tres sistemas, la información no llega adecuadamente y será imposible mantener el equilibrio. 

Es aconsejable mantenerse activo, comer saludablemente, cuidarse los pies, revisar la vista y realizar chequeos regulares ante cualquier cambio en la salud

Con el paso del tiempo se pierde la capacidad de obtener y procesar la información para mantener el equilibrio, aunque también otros factores como enfermedades vasculares que afectan al sistema nervioso, alguna infección o lesión en el oído, los efectos secundarios de una medicación, tener la presión arterial baja o algún problema en el músculo del ojo, pueden desencadenar un trastorno del equilibrio.

 

El doctor Elgeadi, jefe del servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología de los hospitales Quirónsalud San José y Quirónsalud Valle del Henares, recomienda la necesidad “de mejorar la función de los tres sistemas, visual, vestibular y propioceptivo, a través de una serie de sencillos ejercicios, pautados diariamente durante dos meses para evitar los problemas de equilibrio”. 

Los ejercicios son fáciles de hacer y ayudan a mejorar esta patología, el doctor Elgeadi aconseja caminar sobre los talones, manteniendo la pierna derecha sin doblar la rodilla, levantando los dedos de los pies, mirando al frente y cambiando la dirección cada diez pasos. Conservar el equilibrio “a la pata coja”, con un pie durante 10 segundos y luego cambiar de pierna. Con los pies separados, realizar movimientos de balanceo a un lado y a otro, hacia delante y hacia atrás y en círculo.

Las personas mayores tienden a sufrir más caídas, lo que hace que se sientan más inseguras e incluso les de miedo salir a la calle

Caminar de puntillas hacia delante y hacia atrás con los ojos abiertos y luego con los ojos cerrados. Sentados en una silla, agacharse para coger una pelota del suelo, volver a la posición inicial y repetir el mismo ejercicio diez veces. “A pesar de la exigencia que conllevan estos ejercicios, este tipo de rehabilitación requiere constancia y paciencia, ya que es posible que, de manera puntual empeoren los síntomas pues el sistema vestibular está trabajando para adaptarse, por eso es muy importante seguir las pautas que indique el fisioterapeuta”, puntualiza el especialista. 

Para reducir las caídas dentro de casa, es aconsejable retirar las alfombras sueltas, mejorar la iluminación, poner barras de apoyo en zonas más inseguras como el baño y la ducha o, si hay escalones en la vivienda, señalar los bordes con un adhesivo luminoso, de forma que creemos un entorno más seguro dentro de casa. Además, es aconsejable mantenerse activo, comer saludablemente, cuidarse los pies, revisar la vista y realizar chequeos regulares ante cualquier cambio en la salud, para disfrutar de una calidad de vida saludable y reducir el riesgo de caídas y lesiones.