Es muy conveniente que los séniors estén al tanto del tipo de fraudes y estafas de las que acostumbra ser objeto este grupo de población.

Estos son algunos ejemplos de fraudes que suelen sufrir los adultos mayores.

El falso técnico

Aunque son muy comunes los fraudes del falso revisor del gas o de la luz que acude al domicilio de una persona mayor y le desvalija la casa, hay variantes más recientes.

Una de ellas es el vishing del falso empleado de una entidad bancaria, que contacta por teléfono a un sénior para decirle que está siendo observado por criminales para robarle. Suelen llamar a teléfonos fijos de personas preferiblemente que vivan solas.

Con la excusa de proteger sus bienes, le propone enviarle a supuestos expertos, falsos policías o falsos empleados del seguro a su domicilio. Allí, los delincuentes convencen a la persona mayor para que les entregue dinero, joyas o tarjetas bancarias. Si no lo consiguen, en ocasiones recurren a la intimidación o incluso la violencia para robarle.

El timo del hijo o del familiar en apuros

Los séniors también suelen ser objeto de estafas a través de WhatsApp o Telegram. Una de las más habituales es la del hijo en apuros. En este caso, los delincuentes suelen enviar un mensaje al móvil de la víctima haciéndose pasar por su hijo u otro familiar.

En él le dicen que se encuentran en una situación complicada y que necesitan que les envíe dinero o, simplemente, que no disponen de su propio teléfono y que necesitan dinero urgentemente para comprar otro. Las víctimas pueden llegar a hacerles varias entregas de dinero con distintos pretextos.

Otros fraudes similares utilizan perfiles falsos en redes sociales para contactar con las víctimas y hacerse pasar por familiares, conocidos o, incluso, nuevos romances, para sustraerles sus datos bancarios o pedirles dinero.

Engaños en el cajero automático

Existen métodos específicos de fraudes a adultos mayores en los cajeros automáticos. Uno de ellos se conoce como el timo de la siembra.

Consiste en que los estafadores esperan a que una persona mayor vaya al cajero automático a retirar dinero y ver así su número secreto. A continuación, tiran al suelo un billete de 5 o 10 euros y avisan a la víctima de que se le ha caído.

Cuando se agacha a recogerlo, le roban la tarjeta o se la cambian por otra parecida. Antes de que se dé cuenta de que ocurre algo raro, son capaces de retirar dinero de su cuenta en varias ocasiones.

Este no es el único método, ya que a veces también pueden distraerle hablando u ofreciéndole ayuda para hacer el reintegro, momento que aprovechan para ver el pin y hacer el cambiazo de tarjeta o libreta.

El tocomocho

Puede sonar a fraude antediluviano, pero sigue de plena actualidad. El timo del tocomocho consiste en que los estafadores abordan a la víctima por la calle con la excusa de que tienen un billete de lotería premiado que no pueden ir a cobrar con distintas excusas.

Cuando se han ganado su confianza, le ofrecen comprarlo por menos dinero que la cuantía del supuesto premio. Una vez que se hacen con el dinero, se van y la víctima se encuentra con que no ha sido premiado cuando intenta cobrar el premio.

Por qué a los séniors

Hay ciertas características de los adultos mayores que los pueden hacer más propensos a ser víctimas de fraudes y estafas, un problema que se ha agravado a raíz de la pandemia: en zonas como Cataluña, por ejemplo, las personas de más de 65 años denunciaron un 78 % más de estafas en 2022 que en 2019, según los últimos datos disponibles de los Mossos d’Esquadra.

¿A qué se debe este aumento? Son varias las posibles razones :

  • Brecha digital: hasta el 96 % de los delitos que denunciaron en 2023 los mayores de 65 años son fraudes online, según el informe de cibercriminalidad del Ministerio del Interior. Esto se debe a que parte de este grupo de edad puede estar menos familiarizado con las nuevas tecnologías y con las técnicas disponibles para prevenir este tipo de fraudes que otras personas más jóvenes.
  • Soledad: muchas personas mayores viven en soledad y no tienen un fácil acceso a familiares, amistades o expertos de confianza a quienes acudir para verificar o contrastar información ante un intento de fraude.
  • Exceso de confianza: hay séniors que son más propensos a confiar en cualquier persona que los contacte, aunque no la conozcan, en parte por el aislamiento en el que viven. También pueden ser más vulnerables a la manipulación emocional e incluso al apremio de los estafadores para que actúen rápidamente y sin pensarlo mucho.

Esto no quiere decir, ni mucho menos, que todos los séniors sean vulnerables a las estafas, de las que puede ser víctima cualquiera.

Sin embargo, muchos estafadores conocen este tipo de vulnerabilidades, que son más comunes en este grupo de edad, y tratan de explotarlas. Utilizan técnicas de ingeniería social para ganarse la confianza de las personas y no hay grupo de población libre de ellas.

Claves para evitar fraudes a séniors

Es muy importante que las personas mayores conozcan algunas técnicas para prevenir fraudes, sobre todo los diseñados para su grupo de edad.

  • Aprender ciberseguridad: el INCIBE cuenta con un espacio especialmente creado para que los séniors incrementen su seguridad digital. 
  • Desconfiar de los chollos: muchos fraudes comienzan con la promesa de ganancias extraordinarias a cambio de muy poco esfuerzo. Es importante recordar aquello de que «nadie da duros a cuatro pesetas» y desconfiar ante ofertas demasiado atractivas a cambio de dinero, datos o acceder a una página web.
  • Contrastar la información: los delincuentes suelen intentar apresurar o amedrentar a sus víctimas para que actúen sin tiempo a reflexionar o contrastar la información falsa que les ofrecen. Es mejor tomarse un tiempo para reflexionar e incluso contrastar la información que nos dan. Ante cualquier petición inusual, conviene tomar la iniciativa y contactar con la persona o entidad que supuestamente la haya realizado para comprobar si es cierta.
  • Cuidado con dejar pasar a cualquiera: las revisiones de instalaciones como la del gas o la luz siempre van precedidas de una comunicación por parte de la compañía, así que no se debe dejar pasar a cualquier persona que aparezca con la excusa de hacer una comprobación en el domicilio

En este sentido, CaixaBank se ha aliado con el grupo de teatro humorístico Tricicle para la producción de una microserie de seis capítulos en clave de humor dirigida a promover la prevención del fraude y la ciberseguridad. El contenido gira alrededor de recomendaciones de buenas prácticas asequibles para todas las edades, con guiños especiales a uno de los colectivos que más demandan formación sobre estas materias: los sénior.

 

Los vídeos tienen como finalidad prevenir y concienciar sobre prácticas que ayudan a prevenir el fraude. El primer capítulo, ya disponible, se titula “Cómo operar con seguridad en cajeros” y, en él, los integrantes del trío cómico dan consejos y recomendaciones de seguridad a la hora de utilizar un cajero automático. El resto de capítulos se centrará en explicar otro tipo de fraudes y estafas a través de WhatsApp, del teléfono, en domicilios, a través de redes sociales e Internet.

La serie, de acceso gratuito, se difundirá principalmente por los canales online de CaixaBank: portal web y redes sociales. Asimismo, los gestores de la entidad podrán enviar el contenido a través de WhatsApp, de forma que algunos clientes lo recibirán en sus móviles y podrán compartirlo con quien deseen.

El primer capítulo, y disponible, se titula “Cómo operar con seguridad en cajeros” y, en él, los integrantes del trío cómico dan consejos y recomendaciones de seguridad a la hora de utilizar un cajero automático

La iniciativa de CaixaBank se suma a las diferentes acciones en educación financiera que la entidad lleva a cabo. Por ejemplo, en los últimos dos años, los gestores sénior de la entidad han realizado más de 9.500 sesiones presenciales con personas mayores, que han recibido formación específica en digitalización, que incluyen contenidos sobre uso de WhatsApp, Bizum y seguridad digital y este año. CaixaBank cuenta desde 2019 con un equipo especializado en la propuesta de valor para el colectivo sénior.