El voluntariado corporativo, uno de los pilares fundamentales de la Fundación Cellnex, busca organizar e involucrar a las personas empleadas y excolaboradoras de la compañía que desean contribuir a generar valor social mediante actividades que dan respuesta a las necesidades de las personas, la comunidad y el medio ambiente.
El 91% de los empleados de Cellnex valora el compromiso con el voluntariado y el 87% están interesados en participar en acciones de este tipo. Según Marco Patuano, CEO de la operadora de infraestructuras de telecomunicaciones Cellnex, “el voluntariado nos permite estar más cerca de los ciudadanos y crear juntos una bola de nieve para impactar positivamente en la sociedad”.
Y ese impacto social es el resultado, en muchas ocasiones, de desnudarnos ante los demás haciéndoles partícipes de nuestra propia experiencia, como hizo en III edición del Día Internacional del Voluntario, celebrado en la sede de la Fundación Cellnex el pasado 22 de noviembre, Álvaro Vizcaíno, un madrileño amante del surf que descubrió quién era, cuando resbaló por una duna, cayó por un acantilado y quedó colgado de un risco cerca de una paradisíaca playa del sur de Fuerteventura.
Estuvo a punto de morir: 48 horas malherido, sin comida y pasando por todos los estados anímicos. Negación, enfado y, al final, aceptación. Había aprendido que las olas siempre vienen en series y empezó a contarlas agarrado a una roca del acantilado. “Vienen 10 seguidas, tengo que tirarme en la secuencia 11. Voy a saltar al agua”, se dijo a sí mismo Álvaro para el que, una de las cosas más importante que debemos hacer en la vida es: tomar decisiones.
Según Marco Patuano, CEO de la operadora de infraestructuras de telecomunicaciones Cellnex, “el voluntariado nos permite estar más cerca de los ciudadanos y crear juntos una bola de nieve para impactar positivamente en la sociedad”
Vizcaíno consiguió que trabajadores y colaboradores de Cellnex reflexionaran por un momento -con los ojos cerrados- sobre su propia capacidad de adaptación, su fuerza interior, intuición y autoconocimiento para tomar decisiones difíciles.
Compartió, además, con los asistentes, cómo era su vida antes pasar por esta situación tan extrema. Álvaro vivía aparentemente un momento dulce en su vida (de ser un comercial y residir en la meseta había pasado a triunfar como empresario en una compañía de e-commerce y a alquilar, junto a otros socios, todo un hotel en Fuerteventura).
Cuando cayó al agua se partió la cadera y la pelvis por tres sitios. Después de luchar contra el mar decidió rendirse. Y eso fue lo que le salvó. Aceptó la situación y se liberó de una carga enorme. Descubrió una máxima de la condición humana. Sólo cambiamos de verdad cuando existe un verdadero riesgo delante. Si después de la caída (física o emocional) eres capaz de “recogerte” a ti mismo, entonces el mundo llega para ayudarte. “Es magia”. Álvaro fue rescatado por una zodiac en la que viajaban tres policías que estaban fuera de servicio. Llamaron al 112 (había cobertura; las telecomunicaciones nos dan seguridad) y vino un helicóptero a rescatarlo.
“No tenemos dos vidas, dos mentes, ni dos corazones. Somos uno, y cuando no estás siendo auténtico contigo, lo sabes”, explicó el surfista para añadir que cuando no sepas qué hacer, “concéntrate en ser”. Ese fue el mensaje de Vizcaíno, al que le paralizaban las alturas y tenía pánico a hablar en público, para los voluntarios de la Fundación Cellnex.
Mayor integración gracias a la accesibilidad digital
Durante la tercera edición del Día del Voluntariado, Lluís Deulofeu, presidente de la Fundación, destacó la importancia de la accesibilidad digital para ayudar a integrar a los más desfavorecidos.
En este sentido, los participantes compartieron con un grupo de personas, con diversidad funcional y diferentes capacidades, actividades enfocadas a las nuevas tecnologías y, en concreto, a la tarea de programar robots. “Entre otras cosas”, señalaba uno de los voluntarios, “aprendimos como los robots ya son capaces de copiar nuestro conocimiento y seguir nuestras órdenes”.
Lluís Deulofeu, presidente de la Fundación, destacó la importancia de la accesibilidad digital para ayudar a integrar a los más desfavorecidos
“Podrían incluso”, tal y como explicó un periodista de New York Times a raíz del lanzamiento de un chatbot de Inteligencia Artificial (IA), “romper las reglas impuestas por sus programadores y proponernos, por ejemplo, ser infieles a nuestra pareja”. “Lo que no van a poder hacer, de momento, es sentir y decidir con el corazón. Ese, aunque parezca extraño, es nuestro privilegio”.