Ha llegado el verano y, con él, el riesgo de intoxicaciones alimentarias. Hay diversos motivos por los que esto puede darse y podemos enumerar algunos factores que favorecen su aparición: las altas temperaturas, que pueden facilitar la proliferación de microorganismos patógenos en los alimentos o bebidas y el menor procesado y cocinado de alimentos, pues los alimentos crudos o que se consumen fríos o con poco grado de cocinado propios de la época pueden contaminarse más fácilmente por estos microrganismos, así lo explica el doctor Rafael González de Caldas, pediatra del Hospital Quirónsalud Córdoba.
Y, otro aspecto, casi el más habitual, a tener en cuenta son los viajes, ya que por un lado van a hacer que consumamos alimentos fuera de nuestro ámbito habitual, de los que no controlamos su cocinado y procesado. Y, por otro lado, para muchos niños puede ser la primera vez que salen de viaje, y se exponen a nuevos alimentos o incluso a nuevas formas de cocinar.
Sería adecuado reducir el consumo de los alimentos “de riesgo”, como ensaladas o pescados marinados o curados sin cocinar
Además, el doctor González de Caldas especifica que en los menores de 3 años, y sobre todo de 2 años, algunos de los sistemas que podemos llamar “protectores” a nivel digestivo no están totalmente desarrollados, ya que algunos elementos como la acidez gástrica, algunas enzimas “destructoras” de proteínas o el propio sistema inmunitario intestinal llegan a su pleno desarrollo o funcionamiento pasado un tiempo desde el nacimiento y son todavía inmaduros en los dos primeros años de vida del niño, lo que los hace más vulnerables a poder sufrir estas intoxicaciones alimentarias.
Así, y teniendo en cuenta estos factores, se podrían minimizar los riesgos sobre todo siguiendo una pauta que es mantener la cadena de frío. Es importante que siempre intentemos mantener al máximo la cadena frio de los alimentos más sensibles y no tenerlos mucho tiempo fuera del frigorífico antes de consumirlos, como verduras o frutas que se van a consumir directamente o salsas recién preparadas, es preferible preparar las ensaladas justo al servirlas e introducir la pasta o el arroz en el frigorífico nada más cocerlos.
Del mismo modo, el pediatra recalca que es fundamental asegurar un adecuado cocinado de los alimentos, sobre todo alimentos como huevos y pescados, que pueden ser más sensibles a contaminarse de estos microorganismos, así como evitar si es posible el consumo de estos alimentos crudos o marinados, especialmente en los menores de 2 años.
Y sería adecuado también reducir el consumo de los alimentos “de riesgo”, como ensaladas o pescados marinados o curados sin cocinar, salsas o platos que se elaboren con ellas y no se sometan a cocción o calentamiento.
Los viajes hacen que consumamos alimentos fuera de nuestro ámbito habitual, de los que no controlamos su cocinado
Y, por último, el doctor González de Caldas recomienda que el agua que se ingiera debe ser mejor embotellada fuera de casa, principalmente en los niños. Si seguimos estas recomendaciones, tendremos un verano seguro y tranquilo.