“Los mayores que mejor han soportado esta situación (de confinamiento) se caracterizan por un patrón claro: son personas optimistas, agradecidas, con recursos personales a los que acuden cuando las nubes ennegrecen el cielo, con flexibilidad para cambiar de roles, con capacidad para ser cuidadores y dejarse cuidar”.
Se trata de una de las conclusiones a las que ha llegado un informe elaborado por el Programa de Personas Mayores de la Fundación "la Caixa" en el que se destacan sus fortalezas frente a la adversidad. Bajo la supervisión de su director científico, el psicólogo especializado en geriatría Javier Yanguas Lezaun, el estudio se ha elaborado a partir de las experiencias y vivencias cotidianas de 43 personas de más de 60 años.
“La imagen de los mayores”, dice el informe “siempre se ha situado entre dos extremos: una representación ligada a la decrepitud asociada a los andadores, las sillas de ruedas y las camas de hospital; y otra relacionada con la juventud o la adultez. Como si la realidad de la vejez, llena de claroscuros, de vidas con matices, de fortalezas que surgen de las debilidades, simplemente no nos gustara, o no fuera lo suficientemente atractiva”.
Saben muy bien que esto no es una guerra porque aquí ¡ni falta pan, ni agua, ni se pasa frío!
Sin embargo, lo más sorprendente ha sido comprobar cómo el colectivo más afectado por la pandemia es capaz “a pesar de las dificultades, de situar en un contexto temporal más amplio este momento de confinamiento y coronavirus. Saben muy bien que esto no es una guerra, y miran con cierto desdén a quienes proponen dicha metáfora, porque aquí “¡ni falta pan, ni agua, ni se pasa frío!”.
Y, curiosamente, también, existe una preocupación por el futuro. “No por el propio, ya que muchos creen tener la vida “hecha”, sino por el ajeno: el de sus hijos y nietos, el de los jóvenes, el de los demás. Lo cual resulta paradójico, irónico y conmovedor: el grupo de riesgo del coronavirus (los mayores) ve a los jóvenes como el grupo de riesgo pospandemia”.
Una observación sabia, y casi, casi premonitoria a tenor de lo que está ocurriendo con los más jóvenes en los escasos días que llevamos conviviendo con la denominada ‘nueva normalidad’.
Seña de identidad es también, según arroja el estudio, que los mayores que menos han sufrido se llevan bien con la soledad. Son capaces de, aun echando de menos a su gente, añorando la compañía, aprovechar el tiempo, nutrirse personalmente, “vivir el tiempo y no matar el tiempo”, como recordaba alguno de los que ha narrado su experiencia en este informe.
Todos ellos son usuarios de los EspacioCaixa de Girona, Madrid y Murcia, así como de los centros de mayores de Cataluña, Mallorca, Andalucía, Madrid, Castilla-La Mancha, Castilla y León, y Extremadura.
“Los EspacioCaixa son lugares de encuentro en los que contribuimos a mejorar la calidad de vida de las personas mayores, de acuerdo con nuestros valores: dignidad de la persona, humanismo, solidaridad, respeto a la libertad y compromiso con la sociedad”, explican desde la Fundación “la Caixa”.
Son capaces de, aun echando de menos a su gente, añorando la compañía, aprovechar el tiempo y nutrirse personalmente
De momento, los centros continúan cerrados aunque los voluntarios, que aportan su tiempo y su experiencia, siguen trabajando para gestionar lo mejor posible la situación y la vuelta a la normalidad, cuando se produzca.
“Dejar de repente la actividad es duro. Para nosotros es muy positivo y estimulante hacer esto. Aunque sólo sea porque de alguna forma nos sentimos útiles y porque sentirte activo es sentirte vivo. Como grupo hemos seguido en contacto. Sabiendo cómo estamos cada uno y cómo vamos superando la situación. Con deseos de poder continuar”, nos cuenta Ismael Mielgo, voluntario de 73 años que participa en varios proyectos, y que antes trabajaba en la tesorería de una compañía de servicios integrada en un gran grupo empresarial
-¿Cuáles son las actividades que realizáis en EspacioCaixa Madrid?
-El objetivo es promover "el envejecimiento activo". Con este fin, desarrolla actividades dirigidas a los mayores en el campo de la salud, la actividad física y mental mediante cursos y conferencias. Por ejemplo, existen grupos de "grandes lectores" que son tertulias de lectura; cineforum; cursos de informática, internet, redes sociales... sala de informática donde tenemos ordenadores que se usan individualmente, teniendo a nuestra disposición cualquier tipo ayuda o información. Luego están los voluntarios mayores que actúan como monitores o ayudando a profesores en diferentes cursos.
- Los mayores ¿tienen más herramientas para adaptarse a situaciones difíciles cómo ésta? Es lo que se desprende del informe sobre las fortalezas de las personas mayores en el confinamiento
-Creo que básicamente somos y tenemos las mismas herramientas de todo el mundo. Algunas peculiaridades. Pero no tanto como se nos quiere hacer creer. Estamos acostumbrados a que todo el mundo nos diga qué y cómo actuar. (es que “son como niños”). Eso nos da un criterio para decidir si hacemos caso o no. Mientras no nos llega el deterioro mental y cognitivo, tenemos nuestro criterio, nuestra forma de ver las cosas y actuar, que nos ha servido en nuestra vida, ¿por qué no nos va a valer ahora? Hemos aprendido, después de enfermedades, situaciones adversas, que cosas son inevitables, que cosas dependen de nosotros, que acciones no podemos decidir. No nos agobia la urgencia del futuro, nuestra urgencia y nuestra mirada está en el presente.
-Tu participas, además, en varios proyectos como el de CiberCaixa Solidaria de Régimen Abierto. ¿Cuál es su función, a quién va dirigido y dónde reside su importancia?
-Es un aula de informática para presos en régimen abierto. En nuestro caso para el Centro de Inserción Social Victoria Kent. Dirigido a reclusos de dicho centro, con nulo o escaso conocimiento digital. El objetivo del curso es iniciarles en el uso del ordenador, orientado fundamentalmente a la búsqueda de trabajo. La importancia es facilitar unas herramientas, imprescindibles hoy, a unas personas que las desconocen y que por su situación las necesitan.
-Además eres el encargado de diseñar las sesiones y de dirigir el equipo de voluntarios ¿no es así?
-Todos los voluntarios somos jubilados, y nuestra salud es todo lo buena que puede ser, con ello se garantiza que la actividad no se interrumpa. Yo soy el coordinador del grupo y como tal, organizo o determino el desarrollo concreto de cada clase. Siempre con el conocimiento y consentimiento de resto de los miembros del grupo. Valoro las nuevas iniciativas o sugerencias de modificaciones o aportaciones a la actividad.
-¿Es ahora, en estos momentos, más necesaria que nunca vuestra labor?
-Nuestra labor es necesaria porque existe una situación y personas que necesitan ayuda. Esto no se soluciona solo. En circunstancias como la actual la necesidad aumenta.
Sobre el programa de Personas Mayores de la Fundación “la Caixa”
La Fundación ”la Caixa” impulsa desde sus orígenes, hace ahora más de cien años, un amplio programa para las personas mayores que les ofrece un abanico de actividades variadas y recursos distribuidos en más de 600 centros de mayores, propios o en convenio con administraciones públicas, en toda España.
Anualmente, más de 789.000 personas mayores participan en más de 16.000 iniciativas sociales, culturales, de salud y tecnológicas, destinadas especialmente al fomento del envejecimiento activo, la participación social, y el respeto y la dignidad de este colectivo.
El 18,1% de la población española tiene actualmente más de 65 años, una cifra que crece año tras año y que supone una amplia variedad de realidades sociales y económicas
El objetivo del Programa de Personas Mayores es contribuir a mejorar su calidad de vida facilitándoles también información y conocimientos para que tomen decisiones importantes en la adquisición de hábitos saludables que contribuyan a mantener su autonomía, evitando la exclusión social y empoderando a las personas mayores como miembros activos de la sociedad.
Asimismo, la entidad ha puesto el acento en el acompañamiento y apoyo a los mayores más vulnerables, “así como en proporcionar recursos a nuestros mayores para preservar su dignidad y un buen trato para con ellos”, explican desde la Fundación.
El 18,1% de la población española tiene actualmente más de 65 años, una cifra que crece año tras año y que supone una amplia variedad de realidades sociales y económicas, entre ellas la exclusión y la vulnerabilidad social. “Por ello, la Fundación ”la Caixa” sigue trabajando para generar metodologías de intervención que promuevan el desarrollo personal de las personas mayores y que prevengan las situaciones de dependencia que este escenario demográfico dibuja en un futuro próximo”.