Hace más de dos siglos que el médico británico James Parkinson describió la enfermedad que lleva su nombre y, sin embargo, aún está cargada de misterios y de desconocimiento. De hecho, en España sigue sumando cada año diez mil nuevos casos y se trata, solo por detrás del alzheimer[ , de la segunda enfermedad neurodegenerativa con mayor prevalencia.

Como señala el Dr. Juan Manual Oropesa, neurólogo del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón, “se trata de una enfermedad tan compleja que no es fácil de detectar y que requiere en todo caso de un enfoque multidisciplinar e integral”.

En la actualidad, existen fármacos para incrementar la cantidad de dopamina en el cerebro que mejoran notablemente los síntomas al disminuir el impacto de la discapacidad entre los afectados

Una visión rígida

En general se tiene del parkinson  una visón rígida y unívoca, cuando, en realidad, se trata de un trastorno diverso y complejo que afecta a múltiples sistemas y no siempre de la misma manera a todos los pacientes. De hecho, los temblores, que habitualmente se asocian a esta enfermedad, solo se dan en 6 de cada 10 pacientes afectados por ella. En consecuencia, uno de los grandes retos de los especialistas apunta a la importancia de detectar los diversos síntomas, que pueden ser tanto motores (temblor, rigidez de extremidades, lentitud en las acciones, problemas en la marcha…) como no motores (problemas en el sueño, problemas de olfato, estreñimiento, problemas urinarios, alteraciones cognitivas y conductuales, etc.).

Tan diversos son los síntomas, y tan heterogéneos, que, como señala la Sociedad Española de Neurología, hasta en un 40% de los casos la primera manifestación de esta enfermedad es la depresión, un síntoma tan particular que en ocasiones conduce a errores diagnósticos.

Las causas de la enfermedad de parkinson no se conocen plenamente, pero se sabe que hay factores directamente implicados en el desarrollo de esta enfermedad, tales como el envejecimiento, los genes de riesgo o fenómenos inflamatorios. Los especialistas saben que existe una falta de dopamina en un área cerebral concreta y conocen las proteínas anormales que se acumulan excesivamente en el cerebro de los enfermos, como la proteína alfasinucleína principalmente, pero desconocen el proceso e ignoran si en todos los sujetos se desarrolla de la misma manera. Además, el factor genético, que también predispone al desarrollo de esta enfermedad, solo supone entre un 5-10% de los casos.  Es por ello por lo que, actualmente, se considera el parkinson como una enfermedad ambiental/adquirida en sujetos genéticamente predispuestos.

Primeros síntomas

Los neurólogos recomiendan acudir a consulta a toda persona que sienta temblor de extremidades -especialmente en reposo-, torpeza o rigidez de manos, inicio de marcha arrastrando los pies o algún episodio de aceleración de las piernas mientras camina, es decir, siempre que aparezcan síntomas motores anormales en la movilidad.

Hace más de dos siglos que el médico británico James Parkinson describió la enfermedad que lleva su nombre y, sin embargo, aún está cargada de misterios y de desconocimiento

En la actualidad, existen fármacos para incrementar la cantidad de dopamina en el cerebro que mejoran notablemente los síntomas al disminuir el impacto de la discapacidad entre los afectados. El desarrollo de la tecnología también ha mejorado el tratamiento terapéutico de la enfermedad de parkinson , como los dispositivos de infusión continua para la administración de los medicamentos o el desarrollo de nuevas técnicas quirúrgicas.

Además, una vez desarrollada la enfermedad, los pacientes que llevan una vida sana, especialmente una dieta equilibrada con la realización de ejercicio regular aeróbico, pueden ralentizar el impacto de los síntomas de esta enfermedad y llevar una vida normalizada. En todo caso, como señala el Dr. Oropesa, "los hospitales que cuentan con una unidad especializada garantiza un mejor manejo de pacientes con enfermedad de parkinson  que requieran un tratamiento más específico o el desarrollo de técnicas más complejas”.

En todo caso, la investigación sobre esta enfermedad no se detiene.