Recientemente, decíamos que la economía circular es una asignatura pendiente, pues representa el 8,6% de la economía global, y no crece, sino que desciende. En este nuevo sistema relacionado con la sostenibilidad, cobran protagonismo la reutilización y el reciclaje, reduciendo así los residuos. Y en este contexto, cabe destacar que cada año terminan en el mar ocho millones de toneladas de plástico, de las que 640.000 toneladas provienen de las redes de pesca abandonadas, pero ya han surgido diversas iniciativas en España para reutilizarlas como material textil sostenible.

Ecoalf y Eko-REC empezaron una  investigación para un proyecto de transformación de redes de pesca en poliamida (una fibra sintética derivada del petróleo y una de las utilizadas en la industria textil)

En el año 2016, la empresa de moda Ecoalf, creada por Javier Goyeneche, y la compañía vasca Eko-REC, especializada en el reciclaje de tereftalato de polietileno (PET en siglas, un tipo de plástico usado mayoritariamente en envases de bebidas y textiles), acabaron una investigación para un proyecto de transformación de redes de pesca en poliamida (una fibra sintética derivada del petróleo y una de las utilizadas en la industria textil). Eko-REC tenía ya experiencia en el reciclaje de residuos de plástico en nuevos envases de alimentación o en poliéster para alfombrillas de automóvil, y dado que “somos un país con una gran potencia pesquera, por qué no aprovechar las redes”, señaló Santiago Barba, responsable del nuevo proyecto con Ecoalf, llamado Orlegi Sarea.

Una iniciativa que tenía sentido y no era una idea disparatada, pues en Asia ya se había empezado a extraer poliamida de redes de pesca usadas, aunque no en Europa. La primera fase consistió en extraer el granulado para hacer fibra de poliamida, y la siguiente, en convertirla en hilo y testar si funcionaba. Y así fue. Una investigación que también contó con subvención pública y con la colaboración de varios centros de investigación.

A finales de 2016, empezó el proyecto pionero Upcycling The Oceans para limpiar los océanos con la ayuda de los pescadores, convirtiendo el plástico recuperado en tejidos de primera calidad

Por su parte, Ecoalf es una de las empresas pioneras en moda ecológica en nuestro país, pues diseña y comercializa prendas, calzado y accesorios elaborados a partir de materiales reciclados. Entre ellos, hay: botellas de plástico, algodón, suelas de neumáticos, posos de café, lana y ahora también, redes de pesca. A finales de 2016, inició un proyecto pionero denominado Upcycling The Oceans para limpiar los océanos con la ayuda de los pescadores, convirtiendo el plástico recuperado en tejidos de primera calidad.

En el País Vasco también, surgió en 2015 Redcycle, una iniciativa promovida por la empresa Ternua (creada en 1994 y especializada en ropa deportiva de montaña), en cooperación con la compañía italiana Aquafil, la cofradía de pescadores de Guipúzcoa y con el apoyo del Gobierno vasco. Un proyecto pionero en reciclaje de redes de pesca en desuso, junto con otros materiales de desecho de nylon, para transformarlo en hilo regenerado Econyl. Se recogieron 12 toneladas de redes de pesca en desuso que se transformaron en este nuevo hilo con el que Ternua elaborará prendas para su colección otoño-invierno 2020/2021. En su página web, se definen como “la marca que viste a aquellas personas de alma aventurera y espíritu outdoor (al aire libre) que buscan contar con la naturaleza. Personas que recargan su energía al aire libre con prendas de altas prestaciones técnicas, polivalentes y de diseño único”.

El proyecto europeo Oceanets tiene un doble objetivo: evitar la pérdida de redes de pesca y facilitar su recuperación y posterior valorización en forma de productos textiles

En 2019, la Unión Europea y el Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas) pusieron en marcha el proyecto Oceanets con un doble objetivo: por un lado, evitar la pérdida de redes de pesca, y por otro, facilitar su recuperación y posterior valorización en forma de productos textiles. El pasado octubre, ya se habían realizado las primeras pruebas de la herramienta de geolocalización ICT, con la que los pescadores señalizarán las zonas donde detecten obstáculos en los que puedan quedar atrapados sus aparejos y también podrán identificar los puntos donde hayan perdido sus redes para su posterior recuperación. Al mismo tiempo, empezaron las primeras pruebas para desarrollar nuevos métodos de reciclado mecánico y químico, que permitirán dar una segunda vida a las redes recuperadas y que ya no sean de utilidad para el sector pesquero.

En Galicia, dentro del marco de Oceanets, la Cooperativa de Armadores de Pesca del Puerto de Vigo (ARVI) ha trabajado con sus barcos asociados, que han traído las redes inservibles a puerto; con los rederos, que fabrican y reparan dichos aparejos; y con agentes gestores de residuos. Por ejemplo, Tecnopesca, fabricante de aparejos con sede en Pontevedra, ha colaborado en determinar la composición cualitativa y cuantitativa de una red típica de arrastre en Gran Sol (uno de los principales calderos situado en el Atlántico norte) y en tomar muestras para el análisis y valorización, de cara al posterior reciclaje.

El pasado octubre, Oceanets comenzó las primeras pruebas de reciclado químico con las redes de poliamida para obtener fibras que permitan producir prendas de ropa deportiva. Para el resto de aparejos, Aimplas investiga procesos de reciclado mecánico con el fin de mejorar las propiedades del material y posteriormente, poder incorporarlo a distintas aplicaciones de valor añadido. En el proyecto europeo también participan: Ecoalf, la Universidad de Vigo, Sintex y la Asociación Vertidos Cero.

La marca Cholita Corme considera que con la economía circular lo de siempre tiene su sitio, pues REutilizar es Revivir 

Todas estas iniciativas buscan, en definitiva, extender la reutilización y el reciclaje de las redes de pesca a gran escala. Y podría tener éxito, pues así lo demuestran casos de menor tamaño, como por ejemplo, la marca Cholita Corme, creada por la coruñesa Gema Neira. “Atando cabos, enredando, oliendo a mar, escuchando las olas… y pensando como envolver conservas de las buenas, con algo hecho a mano y con mucha historia llegamos a las rederas de Corme, pueblo marinero, y gentes entrañables. Cholita Corme es mucho más que una marca de productos reciclados, es un trocito de nuestra historia, es dar una nueva vida y es poner en valor. Es Economía Circular para un nuevo mundo donde lo de siempre tiene su sitio, donde REutilizar es Revivir”, se lee en su página web.

A la creación de bolsas, se suma también mobiliario y hasta alumbrado navideño a base de redes de pesca

Los orígenes de esta marca gallega se explican por el descenso del oficio del mar, un contexto ante el que las rederas de los municipios coruñeses de Cariño y Corme hicieron frente apostando por la artesanía, creando originales bolsos, bolsas de asa, collares y pulseras a base de redes de pesca. Este proyecto permitió que surgiera la marca Cholita Corme: a Neira se le ocurrió hacer bolsas como “las que llevaban nuestras abuelas” y contactó con las rederas de Corme para que, a partir de redes reutilizadas, crearan envoltorios para los productos del mar. Pero al ver su implicación, fue más allá y apostó por la creación de bolsas bajo la filosofía de la economía circular, permitiendo llevar un “trocito” de mar y de Galicia siempre a mano. A las rederas de Corme y Cariño, se han unido las de otros municipios, como Malpica y Portonovo, y el proyecto sigue creciendo: de hecho, ahora también elaboran mobiliario y en las pasadas Navidades, incorporaron redes de pesca reutilizadas en el alumbrado de una calle de A Coruña.

Iniciativas y proyectos con un buen fin -limpiar parte de los mares y dar una nueva vida a las redes de pesca-, que demuestran cómo es posible realizar una propuesta de moda y accesorios sostenible.