Desde el año 2001, cada 20 de junio se celebra el Día Mundial del Refugiado. Pero ¿qué es un refugiado? Si uno recurre al Diccionario de la RAE, encuentra que se define como una "persona que, a consecuencia de guerras, revoluciones o persecuciones políticas, se ve obligada a buscar refugio fuera de su país". Un término que, tristemente, sigue de actualidad en nuestros días y que además, nos es bastante cercano en Europa. Por ello, no es de extrañar que también sea una realidad bajo la lupa de la responsabilidad social corporativa (RSC) de las empresas, que cada vez se involucran más con las sociedades en las que desarrollan su actividad. En el tema de los refugiados cabe destacar la corriente migratoria de más de cinco millones de personas que se han visto obligadas a huir de la guerra en Siria hacia Europa, lo que ha generado un drama humanitario sin precedentes en la historia reciente. Pero esto no sólo ha afectado a los gobiernos, organismos supranacionales y ONGs, sino también a las empresas, que ahora tienen el deber ético de actuar y colaborar a mejorar la situación de los refugiados. Y es que no sólo se trata de prestar ayuda humanitaria ante este fenómeno, sino que en muchas ocasiones la colaboración va mucho más allá y tiene que desarrollarse también en el seno propio de las empresas cuando contratan a refugiados como trabajadores. Esto es lo que le ha ocurrido a Inditex, por ejemplo. Su relación con la crisis de refugiados en Europa empezó en 2013 y desde entonces ha donado ropa y dinero a varias organizaciones sin
En Turquía, hay alrededor de tres millones de refugiados sirios, lo que ha provocado la aparición de una política de 'Tolerancia Cero' ante cualquier situación de explotación laboral
Asimismo, cabe destacar el trabajo conjunto con plataformas internacionales, como Ethical Trading Initiative (ETI). De hecho, desde 2007, han desarrollado trabajos y proyectos, además de en Turquía, en: China para que los migrantes internos conozcan las prestaciones sociales a las que tienen derecho e India con el fin de erradicar prácticas de empleo abusivas. Pero no sólo eso, los refugiados también son beneficiarios del proyecto 'En las fronteras de Colombia', que sigue ayudando a las víctimas del largo conflicto tras el inicio del proceso de paz, y de los programas EPGO (Educar Personas, Generar Oportunidades) en diversos países de América y África, todos ellos desarrollados por la Fundación Entreculturas y el Servicio Jesuita a Refugiados (SJR). En 2016, se calcula que unas 16.930 personas han realizado labores relacionadas con la educación, la formación y la integración sociolaboral, gracias a los EPGO. Además, en el nuevo convenio trienal con Entreculturas se va a desarrollar el EPGO II América, África y Asia, con 22 proyectos de ayuda humanitaria para asistir a migrantes forzosos o refugiados en México, Sudáfrica y Líbano.