Temperaturas más altas de lo normal, fenómenos meteorológicos extremos… los efectos del cambio climático son cada vez más evidentes, como hemos visto en estos últimos meses y, según los expertos, ya no basta con frenar su impacto, sino que es necesario buscar nuevas fórmulas de relacionarnos con el entorno.
En este escenario, las Reservas de las Biosfera se han convertido en uno de los principales instrumentos que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) fomenta con un ambicioso objetivo: proteger la biodiversidad.
Las Reservas se establecen sobre zonas ecológicamente representativas o de valor único, en ambientes terrestres, costeros y marinos
“Su finalidad es armonizar la conservación de la diversidad biológica y cultural y el desarrollo económico y social a través de la relación de las personas con la naturaleza. Se establecen sobre zonas ecológicamente representativas o de valor único, en ambientes terrestres, costeros y marinos, en las cuales la integración de la población humana y sus actividades con la conservación son esenciales”.
“Pero, además, las Reservas son lugares de experimentación y de estudio del desarrollo sostenible y deben cumplir tres funciones básicas”: la conservación de la biodiversidad y de los ecosistemas que contienen, el desarrollo de las poblaciones locales, y una función logística de apoyo a la investigación, a la formación y a la comunicación.
Esta definición sobre la Red Española de Reservas de la Biosfera califica a esos ecosistemas, tanto terrestres como marítimos, como una de las herramientas más útiles para luchar contra el cambio climático.
UNESCOMed es un espacio destinado a la protección de unas 70 reservas situadas en 17 países distribuidos a lo largo del Mediterráneo
Una lucha en la que participa activamente el Grupo Abertis de la mano de su Fundación que acoge en su sede, situada en el Castillo de Castellet en el parque natural del Foix (entre las provincias de Barcelona y Tarragona), el Centro Internacional Unesco para las Reservas de la Biosfera Mediterráneas (UNESCOMed) desde su inauguración oficial el año 2014.
Se trata de un espacio destinado a la protección de unas 70 reservas (integradas en la Red de Reservas de Biosfera Mediterráneas) situadas en 17 países distribuidos a lo largo del Mediterráneo.
“Incluyen un conjunto de lugares diversos y representativos que albergan un patrimonio socioambiental excepcional relacionado con la biodiversidad, los paisajes y las expresiones culturales. La calidad de estos recursos ambientales y culturales sitúa a las reservas de biosfera del Mediterráneo como laboratorios vivos ideales para el fomento de prácticas y modelos innovadores y circulares, como la conservación de la biodiversidad y de los servicios ecosistémicos, la gestión de los recursos naturales y el fomento del turismo sostenible en todas sus modalidades, como algunos ejemplos”, explican desde la Fundación.
Su labor, fundamental para la sostenibilidad de las zonas sobre las que actúa, ha servido para que el Gobierno de España y la UNESCO hayan renovado el acuerdo por el que nuestro país seguirá albergando otros seis años más el Centro Internacional para las Reservas de Biosfera Mediterráneas.
Este proyecto de protección medioambiental es fruto de la colaboración público-privada entre el Ministerio de Transición Ecológica, el Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB) y la Fundación Abertis.
La apuesta de Abertis por un futuro mejor
El Grupo Abertis no solo acoge en la sede de su Fundación al UNESCOMed, sino que participa periódicamente en la iniciativa Carbon Disclosure Project que permite a la compañía el cálculo anual de la huella de carbono, siguiendo estándares internacionales de referencia, monitorizando y comunicandopermanentemente el impacto de sus actividades sobre el cambio climático, “dando respuesta así a las expectativas de los distintos grupos de interés, además del seguimiento de los objetivos establecidos”, explican desde Abertis.
Además, y respecto a la biodiversidad y capital natural, un total de 1.667 kilómetros de autopistas gestionadas por Abertis en Brasil, Francia, España, Chile e Italia transcurren por espacios naturales de especial protección para la biodiversidad.
“Para el Grupo Abertis”, señalan desde la compañía “juega especial relevancia la conservación y protección de la biodiversidad y el capital natural para la consecución de objetivos relacionados tanto con la descarbonización de las actividades. Para ello, Abertis trabaja permanentemente para minimizar el impacto que tienen sus autopistas sobre los ecosistemas por los que transcurren estas infraestructuras”.
Pero el compromiso sostenible del Grupo con sus autopistas va mucho más allá y se extiende a los propósitos de la economía circular “a través de la búsqueda de materiales reciclables que permitan reducir el consumo de materias primas en su repavimentación”.