Desde el pasado 29 de octubre, la vida de 78 pueblos de la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Andalucía no ha vuelto a ser la misma. Una trágica DANA (nombre con el que ahora se llama a la conocida gota fría) que causó virulentas riadas e inundaciones que arrasaron pueblos, dejando a su paso: 224 muertos, tres desaparecidos y heridos; así como más de 100.000 inmuebles, 130.000 vehículos e infraestructuras destruidas; y más de 25.000 de hectáreas de cultivo de afectadas. La respuesta ante la emergencia fue inmediata entre la población con muchísimos voluntarios, a los que se unieron refuerzos (Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, militares, bomberos, etc.). Ahora, aunque todavía queda mucho por hacer y limpiar, se constata que la solidaridad, el esfuerzo y la ciencia están contribuyendo en la reconstrucción.

 

Una prueba de ello es que la magia de la Navidad también se ha hecho presente, en especial con los niños, pues no se han quedado sin la visita de los Reyes Magos gracias a muchos tipos de pajes. Por ejemplo, Fundación Madrina les ha acompañado en su recorrido por varios pueblos valencianos (Algemesí, Paiporta, Catarroja, Nueva Coroma, Sedaví y Calles) y en la caravana destacaba Balla Mbathie, un senegalés que ha vencido a la muerte en dos ocasiones (la primera, en junio de 2006, cuando llegó a España tras 12 días en patera; y la segunda, en la DANA) y que ha ayudado a llevar la ilusión a los niños de Algemesí (Valencia) a través de Baltasar. Bala se salvó de milagro la noche del 29 de octubre: mojado, con hipotermia, cuando el agua rebasaba el metro de altura el barro le tiró y le “arrastró 30 metros en mitad de dos coches”, pero “me pude aferrar a un aire acondicionado y colgarme de un balcón. Le pedí a Dios que me salvara y que me diera la fuerza hasta la última patada”, recordó. Todo quedó registrado en el móvil de uno de los vecinos de Algemesí.

“La DANA me recordó al mar, a la muerte. Pero esta vez, la gente me ayudó, me cuidó. Y ahora, yo puedo ayudar a otros niños”, afirmó Bala emocionado y mientras entregaba regalos a los más pequeños, gracias a la campaña de recogida de juguetes nuevos que organizó Fundación Madrina semanas antes. “Ver sus caras de felicidad me ha hecho olvidar todo lo malo que he pasado”, añadió Bala. También L. pudo sonreír al dar golosinas a los niños, semanas después de llorar por la pérdida de su padre con Fundación Madrina e incluso enseñarles donde murió. Las historias de Bala y L. se han convertido en un símbolo de esperanza para muchos vecinos de los pueblos más afectados. En total, dicha Fundación ha ayudado a que Sus Majestades de Oriente repartieran más de 7000 regalos a cerca de 3.500 niños, semanas después de haber distribuido alimentos básicos, ropa de abrigo, calzado, botas y electrodomésticos, así como ofrecer cercanía y apoyo psicológico. “Ver la sonrisa de estos niños ha sido nuestra mayor recompensa”, subrayó Conrado Giménez, presidente de la Fundación Madrina.

“La DANA me recordó al mar, a la muerte. Pero esta vez, la gente me ayudó, me cuidó. Y ahora, yo puedo ayudar a otros niños”, afirmó Bala emocionado y mientras entregaba regalos a los más pequeños

 

 

 

Entre los múltiples ejemplos del esfuerzo de tantos, está el del Ayuntamiento de Paiporta, que recientemente ha finalizado los trabajos de retirada de lodos y vehículos de todos los garajes afectados. Una tarea que ha sido posible gracias a la contratación de recursos y maquinaria especializada que se han puesto a disposición de las diferentes unidades de la emergencia y en coordinación con la Unidad Militar de Emergencias (UME), los Bomberos, las Fuerzas Armadas y la Diputación para acelerar los trabajos, que sin dicha maquinaria estaban siendo muy lentos. “El Ayuntamiento ha destinado más de 5 millones de euros para acelerar los trabajos y ha contratado 15 empresas con 20 equipos para reforzar los trabajos y ponerlas a disposición de la UME y el Ejército. Nuestro objetivo prioritario es asegurar el bienestar de nuestra ciudadanía y devolver cuanto antes la normalidad a sus vidas”, ha explicado la alcaldesa de Paiporta, Maribel Albalat.

Así, ahora Paiporta ha entrado en una segunda fase de la emergencia, donde las comunidades de propietarios pueden empezar a acondicionar sus fincas, garajes y ascensores. El Ayuntamiento aprovechará los recursos disponibles para apoyar estas labores de limpieza en la medida de lo posible. “Es fundamental que los vecinos y vecinas de Paiporta tengan una accesibilidad a sus pisos segura y eficiente y, para eso, hay que reactivar el funcionamiento de los ascensores”, ha destacado Albalat. Además, han instado Consorcio de seguros “para que agilice las indemnizaciones” y los vecinos puedan avanzar en los trabajos de rehabilitación de sus fincas y viviendas.

En el entretanto, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) -organismo que depende del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades- ha creado una solución eficaz que permite solidificar los lodos para poder extraerlos de forma mecánica y rápida. El trabajo está liderado por el científico Félix López, del Centro Nacional de Investigaciones Metalúrgicas (CENIM) -que está adscrito al CSIC-, con la colaboración de investigadores del Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETTcc) -también del CSIC- encabezados por Ana Guerrero Bustos y Eloy Asensio de Lucas, y además, han contado con la ayuda de las empresas Cemex y Tolsa.

 

López forma parte del equipo que trabaja junto a la UME y los bomberos del operativo de emergencias valenciano en labores de asesoramiento científico para facilitar la retirada de lodo. A través de la ciencia, ante la emergencia, han investigado y desarrollado espesantes de lodo que probaron hace poco más de un mes en diferentes bajos de los municipios de Massanassa y Sedaví. El motivo de dichas pruebas era dar con el compuesto que mejor absorba el agua de los garajes, de ahí que los investigadores hayan decidido mezclar “un polímero con capacidad absorbente con arcilla modificada”, ha explicado López. Unas pruebas que fueron posibles gracias a los materiales donados gratuitamente por Cemex y Tolsa, con las que el CSIC firmó acuerdos marco de colaboración a raíz de la emergencia y las acciones para apoyar las tareas de recuperación: el polímero lo aporta la multinacional de cementos mexicana Cemex y la arcilla modificada la proporciona la empresa española Tolsa, que está especializada en extracción, tratamiento y comercialización de minerales.

Recientemente, los investigadores del CSIC Félix López, Ana Guerrero, Eloy Asensio y Gorka Barquero acudieron al programa televisivo ‘El Hormiguero’ para mostrar el producto absorbente que han desarrollado para solidificar los lodos y poderlos extraer de los garajes de una manera mecánica y rápida. López recordó que “no había forma de sacarlos lodos porque en un momento de la emergencia se colapsó toda la red de saneamiento de toda la zona y se inundaron los garajes, había que proceder a una limpieza rápida y eficaz, y se optó por tecnologías basadas en aspiración y succión, pero el escenario era tan complicado que no había maquinaria suficiente para poder llevar a cabo esa operación compleja. Fue en ese momento cuando desarrollamos esta solución”. 

El producto absorbente creado por el CSIC puede absorber hasta 1.000 veces su peso en agua, aumentando la viscosidad del lodo y permitiendo su extracción con maquinaria. Esto acelera el proceso de limpieza, evita el vertido de lodo a ríos y barrancos, y abre posibilidades para reutilizar los residuos sólidos. Tras el primer uso de dicho producto para extraer los lodos, los investigadores ya trabajan en una segunda utilidad: “Vamos a intentar que este lodo que ha causado tanto dolor y tanta desgracia pueda servir para la reconstrucción”, refirió López. “Estamos desarrollando baldosas, ladrillos, adoquines… para las calles y para toda la reconstrucción, incluso mobiliario urbano de todas las zonas dañadas con este material que es fruto de toda la DANA”, explicó Ana Guerrero.

Aunque todavía queda mucho por hacer y limpiar para que los municipios afectados vuelvan a cierta normalidad, y a pesar de que las 224 vidas arrebatadas no se podrán recuperar nunca, se siguen viendo iniciativas que invitan a la esperanza para que la limpieza y la reconstrucción continúen avanzando.