Bostezar, masticar, comer, hablar o gritar, son acciones que se pueden llevar a cabo gracias a la mandíbula, el hueso más grande y fuerte de la cara y el único de la cabeza que se puede mover. El maxilar superior da soporte a los dientes superiores y a los músculos de la masticación y la expresión facial y el maxilar inferior o hueso mandibular, donde están las piezas dentales inferiores es la parte del esqueleto óseo facial que se mueve al comer, hablar o masticar.

La mandíbula se une al resto de los huesos de la cara a través de las articulaciones temporomandibulares, dos articulaciones que se encuentran una a cada lado de la mandíbula.

Los problemas que se pueden presentar en esta parte del cuerpo van desde alteraciones en la mordida, diferencia de tamaño entre el maxilar superior e inferior, lo que puede llegar a provocar maloclusión, es decir una alineación incorrecta de los dientes, hasta fracturas o dislocaciones.

Bostezar, masticar, comer o hablar, son acciones que se pueden realizar gracias a la mandíbula, el hueso más grande y fuerte de la cara y el único de la cabeza que se mueve

Una mandíbula fracturada suele ocurrir como consecuencia de un accidente o un traumatismo en la cara como puede ser una pelea, un accidente laboral, de tráfico o deportivo, un tropiezo o una caída o después de algún proceso dental.  “Suelen ser múltiples y con frecuencia bifocales, es decir golpe-contragolpe, porque la mandíbula es un hueso único con dos articulaciones temporomandibulares que permiten su conexión con el cráneo. Estos casos siempre requieren un enfoque especializado para asegurar una recuperación correcta” explica el doctor Antoni Arcas Sanabre, especialista en Cirugía Oral y Maxilofacial y Responsable del equipo Maxilo Dexeus del Hospital Universitari Dexeus.

 

Los síntomas de una fractura mandibular son diferentes según donde se encuentre la fractura. Suelen presentar dolor en la zona afectada y aumenta con el movimiento de la cabeza; hematomas e hinchazón; dificultad para masticar y abrir la boca; dolor de oído; desviación de la mandíbula e imposibilidad de encajar los dientes correctamente. En algunos pacientes, puede verse afectada la capacidad de hablar y masticar.

Ante una persona que presenta una fractura mandibular, es importante la atención médica con urgencia. Una vez en el hospital, el especialista confirmará el diagnóstico de la fractura con una tomografía computarizada (TAC) y una ortopantomografía, una radiografía panorámica frontal en dos dimensiones de los dientes y los huesos maxilofaciales. “Es común que las fracturas mandibulares se asocien con lesiones dentales y es fundamental tratarlas adecuadamente ya que la mordida previa del paciente suele ser una guía útil para colocar la mandíbula y reducir la fractura en la posición correcta” añade el Doctor Arcas.

Los síntomas de una fractura mandibular son diferentes según donde se encuentre la fractura. Suelen presentar dolor en la zona afectada y aumenta con el movimiento de la cabeza; hematomas e hinchazón, entre otros

El tratamiento de una fractura de mandíbula debe ser personalizado pues dependerá de la localización de la fractura, del estado dental del paciente y, por supuesto del paciente. Lo que sí es igual para todos los casos es la meta del tratamiento: conseguir el alineamiento adecuado del hueso de la mandíbula para que los dientes superiores e inferiores cierren correctamente. En muchas ocasiones es necesaria una intervención quirúrgica para alinear e inmovilizar el hueso de manera que pueda sanar sin complicaciones.

En los casos en los que se requiere la cirugía para fijar el hueso fracturado, esto se lleva a cabo con placas y tornillos de titanio quirúrgico que consiguen mantener la estabilidad de la mandíbula durante el proceso de curación. A veces es necesario realizar rehabilitación para mejorar los resultados de la intervención.