Cuando hablamos de circulación, la primera imagen que nos viene a la cabeza es la de atascos y retenciones, especialmente cuando hay una operación salida de la ciudad, en vacaciones o festivos largos que aprovechamos para hacer una escapada, todos a la misma hora y el mismo día. Pues el sistema circulatorio del cuerpo humano es muy similar al sistema de carreteras por dónde circulan los vehículos, con la diferencia de que en vez de coches, circula la sangre.

El sistema circulatorio o sistema cardiovascular está formado por los vasos sanguíneos que transportan la sangre desde y hacia el corazón, llevando oxígeno y nutrientes a todos los órganos y tejidos del cuerpo además de ayudar a eliminar los productos de desecho. La sangre siempre circula en la misma dirección para que todo fluya adecuadamente. Las arterias llevan la sangre desde el corazón al resto del cuerpo y las venas la devuelven desde los órganos del cuerpo hasta el corazón. Venas y arterias transcurren paralelamente a lo largo del cuerpo y, por lo general tienen el mismo nombre.

En España, la prevalencia de esta patología alcanza al 37 por ciento en varones en edad adulta y al 64 por ciento en mujeres

Muchas venas del cuerpo, especialmente las de los brazos y las piernas, tienen unas válvulas, formadas por dos aletas que se abren cuando la sangre va hacia el corazón, como si fueran las compuertas de una presa, y evitan que la sangre regrese por donde ha venido. Si por algún problema como puede ser la contracción de un músculo, la sangre intenta retroceder, o se queda estancada en la vena, estas compuertas llamadas cúspides, se cierran para impedirlo. Así, estas válvulas o cúspides, se abren cuando la sangre va hacia el corazón y se cierran en caso de circular en sentido contrario. El cuerpo tiene venas superficiales que se encuentran en la capa de grasa que hay debajo de la piel, venas profundas que están en los músculos y a lo largo de los huesos y venas conjuntivales que son las pequeñas venas que unen a las superficiales con las profundas.

 

Cuando las venas no son capaces de realizar un adecuado retorno venoso, se produce una insuficiencia venosa crónica o flebopatía crónica. Esta enfermedad es muy frecuente en la población en general aunque aumenta su incidencia en mujeres con los embarazos y con la edad.  En España, la prevalencia de esta patología alcanza al 37 por ciento en varones en edad adulta y al 64 por ciento en mujeres. Sin embargo, cada vez se ve más en gente joven debido al estilo de vida sedentario. “Se calcula que las enfermedades relacionadas con la insuficiencia venosa crónica afectan a más del 50 por ciento de la población. El perfil del paciente es el de adulto de edad superior a 60 años y se prevé un crecimiento progresivo de esta patología en los próximos años vinculado al envejecimiento de la población” afirma el doctor Paolo Casoni, especialista del Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Quirónsalud Marbella.

El 30 por ciento de los casos que consultaron a su médico por un problema de arañas vasculares, resultó ser la punta de un iceberg

Los principales problemas que afectan a las venas son las fistulas arteriovenosas, que sucede cuando la conexión entre las arterias y las venas no es la correcta, suele ser una patología congénita y se desarrolla a lo largo de la vida. La tromboflebitis, ocurre cuando por culpa de un coagulo de sangre, se inflama una vena superficial. También puede suceder que el coagulo ocurra en el interior de una vena profunda, entonces estaríamos hablando de una trombosis. Cuando una persona está mucho tiempo de pie, las venas de las piernas tienen más posibilidades de sufrir coágulos o hinchazón, ya que la sangre debe circular desde las venas de las piernas hacia arriba, hacia el corazón, superando la fuerza de la gravedad.

 Cuando estas venas sufren algún problema, pierden elasticidad, se dilatan y hacen que las válvulas no se cierren correctamente. Si esto sucede, la sangre no fluye hacia el corazón, cae y se acumula en las piernas produciendo las temibles varices, también llamadas venas varicosas o arañas vasculares.

En la mayoría de las personas los problemas circulatorios pasan desapercibidos, y sólo se ha diagnosticado el problema de insuficiencia venosa crónica cuando han ido a la consulta del médico por un problema estético, al notarse en las piernas las venas hinchadas. “el 30 por ciento de los casos que consultaron a su médico por un problema de arañas vasculares, resultó ser la punta de un iceberg, el síntoma de un problema mayor que podía desembocar en varices, flebitis o trombosis” asegura el doctor Matteo Pizzamiglio especialista del Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Quirónsalud Marbella. Además, las personas con este tipo de patología, suelen presentar problemas que afectan al corazón, el metabolismo o la piel, “todos los pacientes con extremidades edematosas, con piernas hinchadas, pueden esconder problemas metabólicos o cardiacos, pero también insuficiencia de la bomba venomuscular que merece la pena estudiar” apostilla el doctor Casoni.

El tratamiento suele ser individualizado y depende del grado de la insuficiencia venosa

 Existen diversos factores que influyen en la aparición de varices como la edad, ya que con el paso de los años, las paredes de las venas tienden a debilitarse y son más propensas a dilatarse. El embarazo y los cambios hormonales también aumentan la dilatación de las venas. El sobrepeso y la obesidad incrementan la presión en las venas de la pelvis y las piernas lo que hace que exista un mayor riesgo de padecer varices y otras complicaciones asociadas con problemas vasculares. El sedentarismo o la falta de actividad física también influye en la aparición de varices pues el estar mucho tiempo sentado, ya sea viajando o delante de una pantalla, estar mucho tiempo de pie o permanecer inmóvil son situaciones que impiden la correcta circulación de la sangre.

El tratamiento suele ser individualizado y depende del grado de la insuficiencia venosa. Normalmente las medias de compresión suelen estar indicadas para mejorar la circulación. En algunos casos, se puede realizar una fleboesclerosis, una técnica que se utiliza para tratar las venas varicosas y así mejorar el aspecto físico del paciente.