Gestionar de la manera eficiente el tráfico urbano para hacer las ciudades sostenibles y seguras debe ser una prioridad si tenemos en cuenta que el sector del transporte es responsable de casi el 30% de los gases de efecto invernadero generados en la Unión Europea, un porcentaje que va en aumento.
En concreto, el coche causa el 13% de la contaminación en los 28 países de la UE, pero, además, un modelo basado casi exclusivamente en el uso del vehículo privado genera un grave impacto en la salud, aumenta la siniestralidad vial y provoca una ocupación excesiva del espacio público.
El modelo es Londres porque ha conseguido reducir en un 50% el número de vehículos antiguos y contaminantes en el centro de la ciudad
Y la solución a este problema que agudiza la falta de calidad de vida en las ciudades no pasa únicamente, y según los expertos, por sustituir los vehículos de combustión por vehículos eléctricos, que son menos contaminantes. “Estamos de acuerdo en que hay que buscar alternativas más sostenibles en el transporte, pero también, necesitamos disminuir la congestión para poder crear entornos más seguros, que permitan a los ciudadanos una vida más saludable. Hay que tener en cuenta que el problema de la congestión va a seguir estando presente. Cuando dentro de algunos años la mayoría de los coches sean eléctricos, las ciudades seguirán estando llenas de vehículos, no habrá contaminación, pero sí congestión”, explican desde Abertis Mobility Services (AMS), filial tecnológica del Grupo Abertis experta en sistemas para una movilidad inteligente.
“Según la OMS, 9 de cada 10 personas respiran aire altamente contaminado cada año, por eso es urgente establecer medidas para reducir la contaminación dentro de las ciudades, como es el caso de las Zonas de Bajas Emisiones, (ZBE)”, subraya el director general de AMS, Christian Barrientos.
En España, y en los próximos años, se prevé un aumento exponencial de las ZBE, debido a la Ley de Cambio Climático y Transición Energética diseñada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico que establece que todos los municipios de más de 50.000 habitantes deberán contar con estas áreas antes de 2023.
Esto supone que la implementación de estas áreas de circulación restringida afectará a 150 localidades, que suman más de 24 millones de habitantes, el 52 % de la población del país.
Zona de Bajas Emisiones (ZBE) y el modelo de Abertis Mobility Services
Una Zona de Bajas Emisiones (ZBE) es una herramienta que limita el acceso de los vehículos más contaminantes a determinadas zonas de la ciudad con el objetivo de reducir la congestión y, por tanto, la contaminación. Además, con este sistema también se disminuye la contaminación acústica y la posibilidad de accidentes de tráfico.
La implantación de las ZBE produce tres efectos inmediatos: como hemos comentado, se disuade a los coches que más contaminan para ingresar al sector delimitado por la ZBE, con lo cual se consigue el objetivo inmediato de reducir gases contaminantes y polvo en suspensión; al haber menos vehículos circulando, también se reduce la congestión; y, por último, se mejora la gestión de la demanda, de la información y la experiencia de usuario.
Los servicios de Abertis Mobility Services, parten de soluciones 'end-to-end' ya que elaboran sistemas y operaciones con los protocolos de seguridad y privacidad
Para establecer una ZBE, la tecnología es el requisito mínimo indispensable y Abertis Mobility Services, AMS, cuenta con un amplio conocimiento en este sentido. “Contamos con presencia en 10 países, lo que, además, nos permite aportar conocimiento desde múltiples marcos regulatorios y soluciones. Además, nuestra plataforma de ZBE es flexible y escalable y la implementamos, trabajando desde el análisis de lo que necesita cada ciudad y realizando asesoría para los ayuntamientos sobre el sistema que mejor se adapte a sus necesidades, realizamos la operación y gestión del servicio, uno de nuestros valores añadidos”, señalan desde la empresa.
Los servicios de Abertis Mobility Services, parten de soluciones 'end-to-end' ya que elaboran sistemas y operaciones con los protocolos de seguridad y privacidad, buscan la eficiencia en las operaciones, ponen foco en la experiencia del ciudadano mediante metodologías 'lean', establecen campañas de comunicación y sensibilización para facilitar la aceptación de la regulación e impulsan el desarrollo tecnológico, productos y soluciones ya disponibles.
Londres, el modelo a seguir
El modelo que marca una pauta a seguir es de la ciudad de Londres. En la capital inglesa se ha consolidado un sistema integrado de Pago por Congestión y Zonas de Bajas Emisiones. En tres años se consiguió reducir en un 50% el número de vehículos antiguos y contaminantes en el centro de Londres, lo que se traduce en 17.400 coches contaminantes menos y el equivalente a un atasco de 48 km de largo.
Con esta limitación de entrada a los vehículos, se consiguió una reducción del 44% del dióxido de nitrógeno (NO2) y una reducción del 94% de los londinenses afectados por la mala calidad del aire. Además, los ingresos que se generan por el ‘Pago por Congestión’, la ciudad los reinvierte en mejorar el sistema de transporte público, la habilitación de más carriles bici y nuevos espacios urbanos que permiten una mayor infraestructura peatonal.
Cuando la mayoría de los coches sean eléctricos, las ciudades seguirán estando llenas de vehículos, no habrá contaminación, pero sí congestión
En el caso de nuestro país, Abertis Mobility Services calcula que con la implementación del sistema Congestion Charge en las Zonas de Bajas Emisiones que ya hay instaladas en Madrid 360, se utilizaría el transporte público más que el vehículo privado (en el 52% frente al 48%). También se reduciría el ruido en un 7,6% y las emisiones de CO2 en un 7,2%. En Barcelona, la demora para llegar de un punto a otro bajaría un 64% y el índice de accidentalidad un 16%.