(Oído en radio, visto en TV) Abdulah Arabi, delegado del Frente Polisario en España, en RNE: "España ha elegido al agresor"

El repentino giro que ha dado el Gobierno en la posición oficial que España ha tenido durante décadas sobre el Sáhara ha abierto un  frente. Hoy varios grupos registrarán en el Congreso una petición para que Sánchez dé explicaciones. En Las Mañanas de RNE hablamos con Abdulah Arabi, delegado del Frente Polisario en España, que asegura que se lo temían por la ambigüedad y tibieza mostrada por nuestro país, al que acusa de falta de visión estrategia por cerrar un frente con Marruecos y abrir el de Argel.

El delegado del Frente Polisario en España habla de mazazo con el pueblo saharaui y explica que “la cuestión del Sáhara Occidental sigue siendo de descolonización y tiene que resolverse mediante el ejercicio libre y transparente del pueblo saharaui si quiere aceptar la autonomía que propone Marruecos o si quiere la independencia, se tiene que respetar. Es él el que tiene que decidir, no España ni nadie en su nombre. Y, añade, “España lo que hace es que se inclina que la opción de la autonomía podría ser la mejor opción, pero decide el pueblo. En este caso, España ha elegido al agresor.”

Abdulah Arabi cree que la decisión del Ejecutivo tiene una visión corta sobre los países del norte de África y que con ella no se está respetando el Derecho Internacional que tanto se reclama en la guerra de Ucrania.

En RNE, Luis Planas, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación ha dicho: "Habría que pararse, pensar y revisar las hemerotecas. La postura que el gobierno de España ha transmitido al gobierno de Marruecos está en línea con la que se defendió en los años 2007 y 2008".

"Hay que ser conscientes de que las decisiones hay que pensarlas [...] Esto no es inacción, es intentar sacar el máximo rendimiento y efectividad a las decisiones que tomemos".

Planas, que fue embajador de España en Marruecos durante siete años, ha pedido al Partido Popular que antes de hacer declaraciones, revise "las propias posiciones que ha adoptado como Gobierno en el periodo anterior".

En la SER, Ángels Barceló opinaba: "Y con la temperatura en la calle escalando el termómetro, Pedro Sánchez se pega un tiro en el pie en política internacional, con un asunto, especialmente sensible para la izquierda en este país y con un trasfondo emocional indiscutible. El giro que ha dado, por sorpresa, en la cuestión del Sáhara, que sigue sin una explicación suficientemente comprensible que lo avale. No solo no sabemos por qué lo hace, ni por qué lo hace ahora, sino también por qué lo hace sin consultar con nadie, ni con los socios de Gobierno, ni con la oposición, ni con el tercer actor implicado, Argelia, que no es un detalle menor.

No solo se trata de un cambio de postura histórico que supone dejar abandonado, de nuevo, al pueblo saharaui, es un cambio que se produce como intentando que nadie se dé cuenta. Una decisión demasiado importante, demasiado sensible, demasiado incomprensible como para pasar página de la manera como pretende Pedro Sánchez".

En TVE, Unai Sordo, secretario general de CCOO; ha dicho: ""Lo que hemos dicho es que no hay ninguna huelga convocada en el sector del transporte. Lo que hay que ver, más allá de caracterizar de dónde viene o deja de venir la llamada al paro es si hay causas (...) Las causas están".

Creemos que hay que tomar medidas de carácter urgente para disminuir los precios en general, los energéticos particular, y para hacer frente a la situación atraviesan sectores que se ven afectados por el precios de los carburantes, fertilizantes y otros".

"El Gobierno tiene que plantear un plan económico a corto, medio y largo plazo que sea convincente y concite el acuerdo de las organizaciones representativas que concite, la negociación al menos, entre sindicatos y empresas".

En Onda Cero, Carlos Alsina reflexionaba: "En la cabeza de Sánchez el alineamiento con Marruecos sólo tiene ventajas: te ganas a Mohamed, deja de enredar en la frontera, se olvida de una vez de Ceuta y Melilla y lo tienes como socio para combatir posibles amenazas. A cambio has de bendecir que se quede con un territorio que ocupó por las bravas, pero siempre podrás alegar que tantos años después hasta los saharauis merecen que esto se acabe.

¿Y Argelia? Ah, Argelia se fingirá ofendida pero acabará echando cuentas. Con España como aliado tiene el mercado europeo del gas al alcance de la mano. Gas argelino en lugar de gas ruso. Negocio goloso que bien vale hospitalizar de por vida al Frente Polisario.

Ahora ya, que el juego de carambolas que tiene Sánchez en su cabeza se cumpla o no habrá que verlo. Hace tres años no le veía mayor interés al gasoducto de los Pirineos y ahora anda promocionándolo como la solución para el abastecimiento europeo (a ver, es Sánchez). (...)

Sánchez podrá plantear, defender, promover el cambio de postura. Pero a quien corresponden debatirlo y decidirlo es al Congreso de los Diputados.

El país lo gobierna Sánchez. Pero el país no es suyo. La posición española sobre el Sáhara, plasmada en acuerdos internacionales, no se fija por decreto.

Comparezca en el Parlamento el presidente, plantee su criterio, defienda sus argumentos y sométase luego a la voluntad de las Cortes. Es usted el presidente del gobierno de una nación democrática, no Julio César".

En Onda Cero, la directora general de Seguridad, Procesos y Sistemas Corporativos de Adif, Esther Mateo, asegura en 'Más de uno' que el problema informático que afecta a las líneas de cercanías en Madrid no se debe a un hackeo sino consecuencia de las obras que se están llevando a cabo en la estación Chamartín-Clara Campoamor.

"El enclavamiento es el gran ordenador que garantiza todas las rutas posibles que se pueden realizar en una estación", aclara Mateo. Por este motivo, Adif decidió "mantener el tráfico con flujos de paso restringido" hasta que se pueda garantizar la seguridad de todas las líneas.

Mateo niega que esta avería informática sea fruto de una injerencia o ataque informático por parte de ningún país. "Estamos en permanente vigilancia en ese sentido, pero en este caso le puedo asegurar que se debe a la carga de software y nada tiene que ver con un ciberataque", asegura.

En Onda Cero, Fernando Ónega reflexiona en 'Más de uno' sobre la decisión de Pedro Sánchez de reconocer la soberanía marroquí sobre el Sáhara occidental: "El proceder del presidente no se entiende, qué le vamos a hacer. Tiene que haber alguna clave oculta, algún secreto de Estado o algo así, para que un hecho de trascendencia histórica se haya conocido de la forma en que se conoció: a través de la Casa Real de Marruecos que publica una carta del presidente del Gobierno español.

Es como si Moncloa hubiese enviado esa carta sin darse cuenta de su contenido, se sorprende de su impacto y tiene que organizar una rueda de prensa del Ministro de Asuntos Exteriores, pero no para informar, sino para confirmar lo que dice Marruecos.

Siendo esto muy trascendente, lo que realmente vulnera las normas, los principios y la tradición diplomática de los países democráticos es que la política exterior no es la política de un partido, y mucho menos de un presidente, sino el fruto de un consenso con las demás fuerzas políticas, al menos de las que tienen posibilidades de gobernar.

Y no sólo no se buscó ese consenso en asunto tan sensible, sino que no se facilitó la menor información al principal partido de oposición. Y para aumentar el esperpento, no fue informado el Consejo de Ministros, y tampoco es seguro que se haya compartido información con Argelia en momento tan delicado para el comercio del gas.

Eso hace que tenga razón Núñez Feijóo cuando califica el hecho como “una temeridad”. Este cronista suscribe esa calificación hasta que haya una información que la desmienta. Y solo el presidente Sánchez la puede dar".

En la SER, Diego San José opinaba: "O puede ser que el que esté equivocado sea Enrique Ossorio, el consejero de Educación de la Comunidad de Madrid que el otro día se preguntaba dónde estaban los pobres de la capital. Y lo hacía mirando al suelo. Es decir, sólo entiende por pobreza al clásico mendigo que lleva pantalón roto, pelo sucio y está tirado con una cerveza. Vamos, que para el Consejero de Ayuso la pobreza se erradicó en España el día en que el Señor Barragán dejó de salir por la tele.

Pero esa vara de medir la pobreza tiene, por lo menos, dos errores. Primero, que hay otros tipos de exclusión social que no son tan obvias como la mendicidad. Y segundo, que si lleva pantalón roto, pelo sucio y está tirado con una cerveza, también puede ser un estudiante de comunicación audiovisual.

De los políticos uno espera que trabajen para arreglar los problemas de la sociedad y no para que los nieguen. El negacionismo de la pobreza es tan poco efectivo como el avestruz que esconde su cabeza debajo de la arena. Eso sí, cambiando el avestruz por un político que cobra 107 mil euros al año y la arena por el barrio de Salamanca".